Mis Dos Chicos/C7 7. Niñita
+ Add to Library
Mis Dos Chicos/C7 7. Niñita
+ Add to Library

C7 7. Niñita

Sus facciones eran bastantes delicadas, pero su cabello teñido blanco con negro y su vestimenta lo hacían lucir más rudo.

—No te voy a hacer daño, lo prometo. Solo necesito que no grites —asentí repetidamente.

Alejó su mano lentamente mirándome con los ojos entrecerrados.

Cuando vi su mano totalmente alejada grité.

—AYUDAAAA... —me tapó la boca nuevamente y me miró enojado.

—Cállate, niñita —rodó los ojos. Lo fulminé con la mirada.

¿Cómo que niñita?

Mordí su mano con la mayor fuerza que pude.

Adivinen qué

¿Adivinaron?

Si, ni se inmutó

—Mira, me llamo Ondreaz, no soy un ladrón ni nada de eso. Sólo estaba arrancando de unas personas y vi que la ventana estaba abierta así que simplemente entré. Si fuera un violador te hubiese hecho algo mientras dormías. Si quieres puedes revisar todo, no he robado nada —su voz sonaba sincera.

Entrecerré mis ojos mirando mi casa detalladamente, pero no se veía nada raro. A los segundos asentí.

—¿Puedo confiar en ti? ¿Si te destapo la boca no gritarás? —volví a asentir.

Alejó su mano otra vez de manera lenta y mirándome atento.

—¿No había otra casa con las ventanas abiertas donde pudieras entrar? Casi me muero del susto cuando te vi, idiota —lo recriminé.

—Tal vez, pero esta casa me quedaba más cerca —se encogió de hombros.

—Bueno —caminé hacia la puerta—. Supongo que ya te puedes ir —iba a abrirla pero él me lo impidió.

—No, espera —se acercó a la ventana y corrió la cortina. Bufó—. Aún están afuera, no puedo salir.

—¿Y a mí qué? —me crucé de brazos.

Admito que para tener a alguien desconocido dentro de mi casa no me siento insegura. No se ve alguien malo.

—Como sea —se acercó al sofá y se sentó como Pedro por su casa.

—Hey, no te acomodes mucho —mi voz sonaba indignada.

—Lo siento, pelinegra. No me iré hasta que esos bastardos desaparezcan —tomó el control de la televisión. Di un pequeño grito de frustración.

—Está bien —dije derrotada.

—¿Cómo te llamas? —preguntó.

—María.

Me miró y alzó la ceja.

—Sé perfectamente cuando alguien está mintiendo. Volveré a preguntar, espero que ahora seas simpática y me digas tu nombre. ¿Cómo te llamas?

—Zoë, me llamo Zoë —me aclaré la garganta mientras ponía los ojos en blanco.

—Que lindo nombre, mucho más lindo que Maria.

Me acerqué al sillón y me senté lo más lejos que pude de él bajo su intensa mirada.

—¿Por qué te perseguían? —le pregunté curiosa.

—No les he pagado lo que les debo —se encogió de hombros.

—¿Cuántos años tienes?

—Diecinueve. ¿Alguna otra pregunta? —contestó borde.

Negué.

—¿Estás sola?

—¿Ves a alguien más por aquí? —contesté borde yo también.

—Ah, entonces no hay problema si me quedo a dormir acá.

Quedé boquiabierta.

—¿Tú estás loco? Ni en tus mejores sueños te quedarás a dormir acá. Dios, ¡no te conozco!

—Pelinegra, eres demasiado exagerada —puso sus pies sobre la mesita que estaba frente al sofá.

—Me hablas como si nos tuviéramos confianza, como si nos conociéramos desde hace años —fruncí el ceño.

—Yo soy así —se encogió de hombros restándole importancia.

—Bueno, Don yo soy así, necesito que te vayas ya. Me voy a dormir —me paré del sofá y fui a abrir la puerta.

A regañadientes se paró y caminó hacia la salida.

—Que pesada eres, pero está bien —dijo resignado y salió. Rápidamente cerré la puerta.

Que extraño fue eso

Report
Share
Comments
|
Setting
Background
Font
18
Nunito
Merriweather
Libre Baskerville
Gentium Book Basic
Roboto
Rubik
Nunito
Page with
1000
Line-Height