C180 No te merezco.
La intensidad de sus ojos cuando me miró despertó algo en mi alma. Mi otra mano hurgó en el grueso escote de mi suave sudadera rosa de gran tamaño para sacar el reluciente y caro collar de rubíes que llevaba al cuello. "Ya me has hecho un regalo de bodas, Neil". Mi voz era suave al darme cuenta de que el pequeño pero caro regalo que le había hecho antes le había hecho tan feliz