C1 Noche de bodas

En una habitación oscura, Shen Qi yacía solitaria en una cama grande y suave, se encontraba totalmente desnuda bajo la colcha.

Esta noche, ella y el Joven Segundo Maestro disfrutarían de su noche de bodas.

"Toda boda precisa de un banquete", pensó mientras esperaba a un hombre postrado en una silla de ruedas que diría palabras vacías: "Después de que te laves te espero en la cama, todo producto debe ser verificado".

Inspeccionando la mercancía

"Para él, tan solo soy una mercancía que toma cuando la necesita".

De repente, la puerta se abrió, todo el cuerpo de Shen Qi se tensó al instante, y de forma inconsciente, agarró con fuerza el borde de la colcha.

Se rumoreaba que el Joven Segundo Maestro de la familia Ye era un tanto aborrecible y poseía un carácter violento. Después de que una enfermedad paralizase su pierna, se volvió más temperamental todavía.

Incluso existían ciertos rumores de que asesinó a sus cinco esposas anteriores, razón por la cual no ha habido una sola persona en la ciudad que después se haya atrevido a casar a su hija con la codiciosa familia Ye.

Pero la familia Shen se atrevió.

La familia Shen se encontraba prácticamente arruinada, su capital se estaba agotando hasta unos límites que la situaban al borde del colapso. Su padre había pedido un préstamo a un usurero, y en consecuencia, debía hacer todo lo posible para no sumergir a la familia Shen en una crisis aún mayor.

Los prestamistas son feroces si no se les paga, se presentan en la casa del deudor gritando fuertes amenazas y llegando incluso a provocar su muerte.

Pero entonces, apareció la familia Ye como un clavo ardiendo al que podrían agarrarse; puesto que los padres eran reacios a sacrificar a la hermana pura e inmaculada, ofrecieron a la familia Ye su otra hija, a pesar de que eso supusiera para ella un segundo matrimonio.

"No podría soportar la amargura de mi padre por echar al traste más de 20 años criando con sumo cariño a su hija pequeña, debe ser su hermana Shen Qi la que se case por segunda vez, aunque deba hacerlo con un miembro de la horrible familia Ye".

Cuando escuchó el sonido de la silla de ruedas sobre el piso, Shen Qi permaneció paralizada, no atreviéndose ni a respirar.

A través de la oscura penumbra, pudo ver como una figura se acercaba a ella cada vez más.

La colcha se apartó de repente dejando su cuerpo al descubierto, y a continuación, sintió una gran mano acariciándola. Fría, muy fría, como él.

"¡Ah!" - Shen Qi no pudo evitar soltar un grito.

Con el fin de burlarse de su esposa, el hombre preguntó con irónica indiferencia: "¿miedo?"

El hombre no detuvo sus movimientos, sus delgados dedos comenzaron un recorrido pausado desde la mejilla, a través de su esbelto cuello, su delicada clavícula... y luego, bajando aún mas, en busca de su infinito atractivo.

Shen Qi tiró de la colcha con fuerza intentando eludir el íntimo contacto.

Sin embargo, notó como llegaba a la parte inferior de su abdomen la forma plana de una mano, que sin intención todavía de cerrarse, bajaba despacio sin detenerse...

"¡Para, para!" Cuando ya estaba a punto de tocar su parte más íntima, Shen Qi cogió apresuradamente la mano del hombre con las suyas.

Cuando los hombres encuentran resistencia para acceder a esta sensible zona femenina, es fácil que se altere su estado de ánimo de forma brusca, dando paso a comportamientos muy reprochables como... ¡el abuso!

Considerando esta posibilidad, el cuerpo de Shen Qi tembló con más fuerza, y dijo cubriéndose su entrepierna: "Joven Maestro Ye, no puedo hacer esto, yo..."

"No soy capaz".

A pesar de la rigidez de su cuerpo, Shen Qi pudó sentir, a través de las manos, que aún seguía temblando.

"Oh, que reacción tan sentimental, realmente te comportas como un niño". Su voz sonó fría, con un tono mordaz.

Al escuchar sus palabras, Shen Qi reaccionó encogiéndose en la cama,

En el segundo siguiente, como si la cegase una luz brillante, Shen Qi cerró los ojos inconscientemente.

El hombre retiró la mano, sus agudos ojos se clavaron sobre ella y sus labios delgados se iluminaron cuando dijo: "¿Debería llamarte Shen Yue o Shen Qi, señora mía?"

Ante el tono amenazador, Shen Qi golpeó severamente la cama provocando una sacudida, y al subir los párpados, su mirada se estrelló contra un par de ojos profundos y fríos.