C108 Mejores amigos para siempre
"¡Chica, no me digas que sigues dormida!". Eso fue lo primero que oyó Roxanne, antes de que Emily le estrellara una almohada en la cabeza. Ella gimió de dolor -que conste que no sentía dolor, la almohada estaba llena de plumas- y se incorporó lentamente, restregándose los ojos con el dorso de las palmas de las manos.
Roxanne y Emily rompieron a reír cuando se miraron en pijama