C22 Bien, esta vez la atrapó.
Su mirada recorrió una vez más su imagen en el espejo. Se pasó las manos por el vientre plano. Con el traje rojo y la chaqueta que llevaba, parecía feroz y segura de sí misma; todo lo que no era en ese momento.
Se miró el pelo. Se había atado los mechones rubios por encima de la cabeza en una coleta rígida. Emily, a la que había despertado hacía dos horas para que se lo hiciera