C52 Sabía que no me defraudarías
Mientras caminaba delante de él, Roxanne no pudo evitar preguntarse qué era lo que le había hecho parecer tan agresivo con ella. Levantó el brazo izquierdo y echó un breve vistazo a su reloj de pulsera de cuero. Su descanso sólo le había robado diez minutos de su jornada laboral. Seguramente, esos diez minutos no bastarían para enfurecerlo.
Pero entonces, era Lancelot, pensó