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C4 Graduación

Nicole no podía creer que hubiera caído tan fácilmente en su juego. No podía resistirse: su mirada era tan intensa y su aroma tan cautivador que se perdía en el momento. Era un completo patán que estaba poniendo a prueba su resistencia.

Se apuró a alistarse, eligiendo un top corto y una minifalda de mezclilla. Se hizo una coleta alta, se puso unas zapatillas, agarró su mochila con los libros y bajó las escaleras corriendo.

Bruno estaba furioso. La esperaba en la sala y, al ver a Nicole descender, la examinó de arriba abajo. Pensó que estaba loca si creía que podía salir así vestida.

"¿A dónde piensas ir vestida de esa manera?", preguntó.

"¿De qué manera? Así es como nos vestimos las chicas de mi edad, pero claro, tú no estarías al tanto a tus años", replicó ella con sarcasmo.

"Voy a contar hasta tres, y si no has subido a cambiarte para entonces, subiré yo y te cambiaré yo mismo."

"De acuerdo, abuelo, subiré a cambiarme. Pero cálmate, no es bueno alterarse a tu edad", dijo ella, burlándose.

Subió de prisa y cambió la minifalda por un par de jeans. Prefería mantener la paz si quería terminar su carrera universitaria.

Cuando bajó de nuevo, ya cambiada y lista, Bruno no pudo evitar pensar que aún se veía muy atractiva. Se reprendió mentalmente otra vez; debía controlar sus pensamientos. Era mejor apresurarse si no quería llegar tarde a la oficina, donde le esperaban para una reunión.

El viaje a la universidad transcurrió en silencio. Nicole pensó que, por lo menos por el momento, Bruno se estaba conteniendo de hacer comentarios despectivos. Al llegar, salió del coche con rapidez. Solo había caminado unos metros cuando se topó con su mejor amigo, a quien conocía desde la infancia. Él se acercó y la saludó con un beso en la mejilla. Nicole sintió la mirada penetrante de Bruno en su espalda. Sabía que tendría problemas al volver.

Bruno no lograba comprender por qué se encendía de ira al verla tan cerca de aquel tipo. Se prometió a sí mismo tener una conversación seria con ella en cuanto estuvieran de vuelta en casa.

Había tenido una mañana complicada en la oficina. Surgieron problemas con la falta de materiales en el proyecto de construcción, lo que le obligó a realizar una inspección personalmente. Era el momento de recoger a Nicole, y optó por mandar al conductor. Aquella chica le sacaba de quicio cada vez que la veía.

Cuatro meses habían transcurrido desde que Nicole retomó sus estudios universitarios. Era el día de su graduación, y tanto su familia como Bruno la acompañarían a la celebración. Vestía un elegante traje rojo de cuello alto y un pronunciado escote en la espalda. Había dudado en llevarlo, pero era un obsequio de su madre y no quería decepcionarla.

Al descender Nicole por la escalera, Bruno la esperaba. Él lucía distinguido en su traje negro. Al arribar a la ceremonia de graduación, Bruno se adelantó para abrirle la puerta y tomó su brazo. Ella lo miró desconcertada y él se inclinó para susurrarle.

"No te hagas ilusiones. Es importante dar una buena impresión." En ese instante, alguien capturó una fotografía de ambos.

Entrando al lugar, Nicole divisó a sus padres en la mesa. Sondra también estaba presente; no la había visto desde la boda y no había tenido oportunidad de hablar con ella desde entonces. Maximilian también se encontraba allí; había perdido a sus padres siendo joven y los padres de Nicole habían sido un soporte fundamental para él.

Al ver a Max, Bruno no pudo disimular su molestia. Él era el hombre que había saludado a Nicole con un beso. Tras los anuncios, Max la invitó a bailar y Nicole aceptó con gusto. En el momento en que Max la tomaba del brazo, Bruno intervino, la atrajo hacia sí y la miró fijamente a los ojos. Avanzaron hacia la pista de baile al compás de una melodía suave. Bruno la abrazaba con firmeza por la cintura.

"Te lo dije bien claro: tienes que respetarme. No pienso ser el hazmerreír de nadie", afirmó él, atrayéndola más hacia su cuerpo. El aroma de ella y el calor de su piel lo inquietaban.

Ella trató de zafarse, pero él no se lo permitió. La guió con movimientos pausados por la pista de baile y, al finalizar la canción, regresaron a la mesa.

Nicole tomó asiento al lado de su madre, mientras Bruno se alejaba en ese instante. Tras conversar un rato con sus padres, Nicole se excusó para ir al baño. Camino al pasillo, escuchó ruidos. Con estupor, descubrió a Bruno besando a Sondra. Un impulso de llorar la embargó y huyó del lugar.

Nicole ignoraba la verdadera historia. Bruno había ido al baño y Sondra lo siguió. Era la oportunidad perfecta para acercarse a él sin la presencia de su hermana.

"Hola, querido cuñado. Qué bueno encontrarte solo al fin. De haber sabido que eras tú en esa sala, no habría dejado que Nicole ejecutara su plan. Yo misma habría entrado para ayudarte con tu 'problema'", dijo Sondra con un guiño insinuante.

"Seguro que estabas compinchada. Apareciste en el momento justo. No soy ningún ingenuo, Sondra. Era evidente que todo estaba meticulosamente orquestado", replicó él.

"Fue ella quien me lo pidió. Ha querido atraparte desde hace tiempo y finalmente lo logró. Te vio en una fiesta y quedó prendada de ti. Lamento haberme dejado arrastrar y colaborar en su estrategia", confesó él, frunciendo el ceño.

Bruno percibió que Nicole se aproximaba y, en ese momento, Sondra se aferró a él y lo besó. Bajo otras circunstancias, él lo habría rechazado, pero sabía que aquello perturbaría a Nicole. Disfrutaba observando su rostro desencajado al verlos juntos. Cuando Sondra se marchó, la apartó de un empujón.

"No vuelvas a hacer eso sin mi permiso", le espetó con ira antes de marcharse, dejándola abandonada en el pasillo.

Sondra esbozó una sonrisa malévola. Ese beso había valido la pena. Pronto, Bruno estaría a sus pies.

Regresó a la mesa y no encontró a Nicole. Al preguntar por ella, su padre le indicó que estaba en la terraza. Fue hacia allí y, al llegar, la osadía de aquellos dos lo dejó atónito.

Maximilian tenía su brazo alrededor de la cintura de Nicole y con la otra mano le sostenía la barbilla. Bruno se acercó al sujeto y le asestó un golpe en la espalda. Era consciente de que no debía armar un escándalo, pero su ira era incontenible. No iba a permitir que se mofaran de él de esa forma.

Tras una acalorada discusión, tomó a su esposa del brazo con brusquedad porque, quisiera o no, así era como todos veían a Nicole: como "su esposa".

"¿Quién diablos te crees para abrazar a mi mujer de esa manera?", inquirió, con ganas de despedazar al tipo con sus propias manos.

"¿Ahora de repente te importa? Seguro que hiciste algo para que terminara así", contestó Max con enfado.

"Lo que ocurra entre ella y yo no es asunto tuyo. Es mi esposa y no toleraré este tipo de faltas de respeto". ¿Quién se había creído ese imbécil?

La atrajo hacia sí y la chica tropezó. Max, incapaz de soportar la escena, le propinó un fuerte puñetazo a Bruno en el rostro. Bruno respondió y se desató una pelea. Al escuchar los gritos, los padres de Nicole acudieron para separarlos. Bruno, convencido de que no tenía que dar explicaciones a nadie, tomó a Nicole entre sus brazos y se alejaron.

Nicole consideró aclarar la situación, pero luego pensó que sería en vano. Al descubrirlos besándose, optó por refugiarse en la terraza, evitando que sus padres la vieran así. No era solo el hecho de que estuviera con otra mujer o la indiferencia ante ser descubierto; lo que realmente le hería era que, de todas las mujeres, tuviera que ser ella, movida sin duda por el rencor de su hermana.

Maximiliano la siguió hacia afuera y no pudo resistirse a lanzarse en sus brazos. Necesitaba sentir que alguien le importaba. Max la abrazó fuertemente y le acarició la barbilla.

"¿Qué te ocurre, mi pequeña libélula?" Así la había apodado desde que era una niña.

Nicole iba a contestar cuando Bruno, cegado por la ira, le propinó un golpe en la espalda.

Ya en el coche, Bruno comenzó a increparla a gritos. Estaba furioso por lo que había presenciado. Verla con otro le provocaba un profundo malestar.

"Lo único que te pedí fue que te comportaras y me haces quedar como un idiota. No soy ningún tonto al que puedas tomar el pelo."

"No estaba haciendo nada malo. Max es como un hermano para mí. Pero, ¿quién te crees que eres para cuestionarme cuando tu propio comportamiento deja mucho que desear?"

"No tengo por qué darte explicaciones. Te lo dejé bien claro desde el principio. No te entrometas en mi vida." No iba a permitir que esa mocosa insulsa se aprovechara de él, de eso podía estar seguro.

Al llegar a la mansión, Nicole salió del coche y corrió hacia su habitación. Estaba harta de la situación. Sondra tendría que oírla. No iba a tolerar que siguiera destrozando su vida. Ya había soportado bastante.

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