C31 CAPÍTULO TREINTA Y UNO
—Gracias, Ekaterina—dice Theo una vez que termina de lanzar el hechizo del escudo plateado.
Retrocedo y le doy espacio a Theo para derribar la puerta de la celda de mamá. Planeamos rescatarla esta noche. No tenía forma de salvarla porque habría sido difícil sacarla a escondidas ya que no puede enmascarar su olor como yo. Con Ekaterina aquí