C42 CAPÍTULO CUARENTA Y DOS
—Dime qué te inquieta, querida—dice mamá cuando tomamos asiento en la sala de estar.
—Necesito que me digas cómo el rey vampiro planea usar mi sangre para revivir a su hermano.
—¡No está haciendo tal cosa!—chilla, entendiendo de inmediato por qué estoy haciendo la pregunta.
—Mamá, los hombres lobo se están muriendo. Más cada día