C1 Capítulo 1
–A ver Luci… Solo ve y lánzate sobre él, después de todo tu solo besas a los chicos –mi compañera se encoge de hombros. –Bien merecido te tienes el apodo de microondas –le miro con gesto dolido y le saco la lengua.
–Assia para ser mi mejor amiga deberías ahorrarte tus comentarios, eres cero doliente, ¿Sabias? –ahora quien saca su lengua es ella.
Estamos de fiesta en uno de los mejores clubs de Barcelona, antes de comenzar el nuevo semestre en la universidad debo pasármela de lo mejor, comenzar clases es comenzar un martirio día a día.
–Lucia, mira aquel chico guapo –mis ojos van en dirección al dedo índice de Assia y sí que tiene razón, que guapo que es.
–Mira ese monumento, ¿Son cosas mías o tiene tatuajes? Oh, lo que brilla en su lóbulo derecho ¿Es un arete? Su barba bien cuidada, yo le calculo más de veinticinco años –Assia escupe todo su trago el cual trataba de tomar y me mira sorprendida.
– ¿Más de veinticinco? No lo creo Lu, se ve joven, quizás la manera en que viste o su estatura le hace ver de más años, pero para mí tiene la misma que la nuestra –la miro y doy un simple asentimiento
–Bueno ya que, más de veinticinco o menos igual es muy lindo, muy guapo, ¡Por dios! Si, está bueno –las dos lo contemplamos y sin darnos cuenta su mirada nos encuentra.
– ¡Mierda! –Assia con prisa voltea, yo sin embargo engancho mi mirada a la de él y un leve pellizco de Assia hace que rompa esa conexión extraña.
–Si sabes que eso duele, es guapo Assia, me gusto, creo que es ideal para solo, tú sabes, besarle –Assia revolotea sus ojos y decide ir por unas bebidas.
Mi mirada está en busca de ese chico y busco entre la masa de gente que se encuentra hoy sábado en el club, las luces, la música y las personas me marean y dejo de buscar.
Una buena electrónica comienza a sonar en todo el lugar y mi cuerpo sin duda comienza a disfrutar, cierro mis ojos y me dejo llevar por la música.
Coreo al igual que todas las personas que están aquí, siento la presencia de alguien detrás de mí y volteo rápidamente para encontrar a mi amiga Assia con par de bebidas, pero simple y sencillamente me equivoque, no es Assia mi amiga y no son par de bebidas, es el chico que hace un momento ambas estábamos contemplado, de cerca deja saber lo guapo que realmente es, tiene un cabello color castaño oscuro o quizás negro, aun no sé, debido a las luces del lugar, sus cejas son densas, tiene unos hermosos labios y sus ojos color café. Confirmo que si tiene un arete y algunos tatuajes a la vista, su mirada es realmente intensa, el aura que emana es un poco inquietante.
Esta tan cerca de mi oreja que siento su respiración caliente, respiración que me eriza toda la piel y me hace sentir cosquillas en mi estómago
–Hola, ¿Qué tal estas? –ahora pasamos al tono de su voz, es ronca y un tanto sexy.
–Hola un placer –estiro mi mano
–Un placer.
– ¡Lucia! Aquí están, las, ¿Bebidas? –Assia se sorprende de verlo.
–Así que te llamas Lucia, mucho gusto, nos veremos pronto, yo debo irme –y así sin más el chico guapo se va.
– ¿Está permitido asesinar a tu mejor amiga por haber interrumpido un momento tan increíble? –Assia bufa y me entrega mi bebida toma su móvil y comienza a escribir.
–Dame un momento le estoy informando a mi madre que si muero es porque tú me asesinaste por haber jodido un maravilloso encuentro con un chico sexy –río al escucharla y la abrazo.
–Eres la mejor, siempre lo serás –ahora es Assia quien ríe.
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Son cerca de las tres de la mañana y decidimos irnos antes de emborracharnos más de lo normal y no tengamos como manejar hasta casa.
Al igual que dentro del club hay una gran multitud de gente fuera de este, todos en sus autos con música a todo volumen, otros partiendo a vuestra casa y otros simplemente viendo con quien ligan para irse a una de esas cosas de momentos. Camino junto a mi mejor amiga en dirección a su coche y lo encontramos, todo me da vueltas pero al menos mi alcoholímetro está en un buen nivel de no hacer o decir estupideces.
– ¿Que no es ese el chico sexy? –Assia señala por encima de tres coches más y me encuentro con esa mirada intensa nuevamente.
–Sí, ya vayámonos, quiero irme a casa –mi mejor amiga asiente.
Entramos al coche y ella lo enciende, se asegura de no atropellar a nadie y sale entre los coches, maneja poco a poco por las personas que están en la calle y frena de sorpresa justamente al lado del coche de ese chico, trato de no voltear y verlo pero una intensa atracción me hace hacerlo.
Lo encuentro con sus ojos sobre mí y labios rectos, labios que de un momento a otro comienzan a curvarse de lado y me regala una sonrisa tan sexy como el, Assia toma el ruedo nuevamente y nos alejamos, lo veo por el espejo más y más lejos y en un segundo lo pierdo de vista.
…
Los domingos son para dormir, para relajarse, para no salir de cama, para no escuchar ruido, para dejar pasar de a poco una linda resaca que me tiene la cabeza partida en dos, quien demonios hace tanto ruido a estas horas de la mañana.
– ¡PODRÍAN POR FAVOR DEJAR DE HACER TANTO RUIDO, PAR DE IDIOTAS! –grito desde mi habitación y de golpe abren la puerta de esta.
–Uhh, mi tierna hermanita ¿Tiene resaca? ¿Ah? ¿Ah? ¿Ah? –mi hermano Rubén se tira sobre mí y lo tiro de un golpe al suelo.
– ¡Déjame en paz! Déjame dormir tranquila –escucho la risa de mi otro hermano y siento que este no es mi día.
–Oh, pero que tierna se ve nuestra linda Lucia el día de hoy, solo mira este hermoso clima dominguero, que tal si jugamos ¡A LAS COSQUILLAS! –el grito de Ricardo me aturde y Rubén se le une, los dos están sobre mi riendo y haciéndome cosquillas.
–Ya déjenme en paz par de críos, son unos niñatos, suéltenme –la risa de los 3 se escucha en toda la casa y lágrimas corren por mis mejillas.
No paramos de jugar a las cosquillas hasta que llega mamá de brazos cruzados, ceño fruncido y botando humo por la nariz.
–Si saben que deben arreglarse y ayudarme con el almuerzo, que por cierto tu Rubén dejaste a medias – ¿Almuerzo? ¿Arreglarnos? ¿Qué diablos ocurre aquí?
– ¿De qué hablas? ¿Tendremos visitas? –mis hermanos y mamá me miran sorprendidos y mi hermano Ricardo me da con una almohada en la cabeza.
–Diablos Luci, tú y Lorenzo son inseparables y no recuerdas que dijo que hoy vendría su novia formal con sus padres –un pequeño bombillito intermitente esta sobre mi cabeza y reacciono, mierda ese almuerzo.
Los saco a todos de mi habitación y con prisa enciendo mi estéreo, pongo algo de música y busco en mi armario algo lindo para este almuerzo, mientras mamá y mis hermanos preparan todo yo decido prepararme para estar lista y conocer a esa chica que por fin robo el corazón de mi hermano mayor.
Elijo unas zapatillas plateadas, unos vaqueros color negro y una blusa blanca con detalles plateados que hacen juego con las zapatillas. Entro a mi baño y me despojo de toda mi ropa, abro la ducha y continuo con mi baile y canto dentro de esta, me muevo de un lado a otro con el jabón en mi mano izquierda y mi shampoo de micrófono en la otra.
A los minutos termino mi baño y seco mi cabello, por lo menos es de ese cabello liso estable y no rizado alocado, aunque a veces desearía tenerlo de ese modo, lo cepillo y paso mi secador para secarle lo más rápido que puedo, termino con este y mi cabello castaño resalta aún más.
Coloco mi ropa interior color rosa pastel, coloco mi ropa para este almuerzo planeado por mamá, dos de mis torturantes hermanos y yo, aunque yo solo me dedicare a inspeccionar a la chica.
Saco todo mi maquillaje y comienzo a maquillarme, sombra, delineador, rímel, sombra de cejas, rubor, polvo compacto y labial rosa, arreglo nuevamente mi cabello, noto mis ojos grises aún más resaltados y estoy completamente lista. Miro por la ventana y veo que están dos coches, el de mi hermano y otro color azul oscuro, se me hace conocido pero le ignoro, apago el estéreo y como la cereza del pastel aplico un poco de perfume.
–Lucia, ya han llegado ya estaba por tocar tu puerta –encuentro a mi hermano Rubén, el segundo de los cuatro hermanos y esta tan guapo.
–Yo estoy lista, ¿Estoy linda? ¿Me veo bien? –él asiente y me da un beso en la frente.
–Hermosa desde que llegaste a nuestras vidas mi niña –le doy un montón de besos en la mejilla y bajamos tomados de la mano, ya Ricardo está en la sala y nos encontramos con todos.
Veo a Lorenzo junto a una linda chica de cabello rizado rubio y quizás esos dos son sus padres, les sonrío y camino hasta mi hermano, le abrazo y él toma mi mano.
–Lucia, ella es Margaret Gaos mi novia –extiendo mi mano al igual que ella lo hace y estrechamos nuestras manos.
–Un placer Lucia, tu hermano me ha hablado mucho de ti, ellos son mis padres y el, bueno, mi hermanastro –el tono de su voz cambia un poco, todos lo ignoran pero yo no.
Saludos a sus padres y luego intento saludar a su hermanastro quien está de espalda viendo las fotos en nuestra pared, él escucha el carraspeo de Margaret y voltea, mis ojos se abren como de par en par, siento una ligera comezón en mi garganta y este no es lo jodido momento para comenzar a toser, no delante de él.
–Ho–hola, un placer, Lu–Lucia –expulso una maldición internamente por estar tartamudeando.
–Mucho gusto, Illán Gaos nos volvemos a encontrar –sonríe con ese aire tan arrogante que ahora deja muy claro, pasa su tan bonita lengua por su labio inferior y yo comienzo a toser.
–Sí, verdad –es lo único que logro decir.
Noto que todos caminan al comedor, Illán y yo nos quedamos viendo y sus dientes blancos se asoman en una tan radiante sonrisa, madre del amor hermoso, que linda sonrisa.
– ¿Estas fantaseando conmigo?
– ¿Qué? –digo en un hilo de voz, el vuelve a sonreír.
Illán acerca su rostro al mío y yo solo quiero ver si mis mejillas están de un color carmesí, y por favor desearía que no.