Reino de los elegidos/C6 Capítulo 6
+ Add to Library
Reino de los elegidos/C6 Capítulo 6
+ Add to Library

C6 Capítulo 6

Kit parecía disfrutar de la velada. Eli no estaba seguro de si eso le alegraba o no, pero prefería eso a verla pasar la noche entera parada en un rincón, temblando como una hoja o intimidada por su madre. La reina, en cambio, mantenía una mirada intensa que, con demasiada frecuencia, se posaba sobre él, aunque no se había acercado a la princesa durante toda la cena ni el baile.

Tenía que reconocer que le costaba apartar la vista de ella. En parte, era su deber protegerla, pero principalmente era porque Kit deslumbraba con su belleza. Siempre había sido encantadora, delicada como una flor o las alas de una mariposa. Su piel de porcelana era lisa como el satén y su cabello oscuro y pestañas resplandecían incluso en la penumbra. Sus ojos azules brillantes tenían el don de hacer sentir a cualquiera completamente cómodo, ya fuera amigo o desconocido, y cuando se posaban en él, se sentía como la persona más importante del mundo.

Tras varias horas de baile, notó que ella comenzaba a mostrar signos de cansancio y, por primera vez, rechazó una invitación a bailar, optando por reunirse con sus damas de compañía, sus primas, al margen de la pista. Sostenía una copa en su mano, que vació con sorprendente rapidez. Una sirvienta, conocida por Eli, le entregó otra y luego se dirigió hacia él. La mirada de Kit lo seguía. Al verlo oculto entre las sombras, la expresión de la princesa se transformó y una sonrisa sincera se esparció por su rostro.

"¿Le traigo algo, Comandante?", preguntó la joven con una mirada coqueta.

"No, gracias, Blankka", tartamudeó Eli, sin apenas desviar la mirada de ella. Logró despegar sus ojos de Kit lo justo para comprobar si la reina Rona estaba atenta y, como esperaba, así era. Blankka soltó un pequeño murmullo, parecido al balido de una oveja, y se retiró, pero él ya no le prestaba atención.

Kit hacía señas en su dirección, y en poco tiempo, Isla y Avinia también lo observaban con asombro. Se percató de que sería un desaire no acercarse a saludar al invitado de honor. Tomando aire, comenzó a bordear la pista de baile, asegurándose de que sus guardias mantuvieran sus posiciones asignadas. Todo parecía estar bajo control, y al acercarse a la princesa, el resto de sus pensamientos se esfumaron.

"Por fin te encuentro", exclamó Kit con entusiasmo. "Me preguntaba si habías venido. ¿Dónde te habías escondido?" Su mano descansó con naturalidad sobre su brazo, y él no pudo evitar cuestionarse el contenido de su copa.

"Estaba oculto entre las paredes, con las ratas y las cucarachas", contestó él con una sonrisa socarrona, "esperando a que todos se marcharan o cayeran rendidos."

"¿Esperando para atacar las sobras?" intervino Avinia, asomando por detrás del hombro de Kit.

"Exactamente". Él le lanzó una mirada y luego volvió su atención a Kit, quien seguía deslumbrante a pesar de la avanzada hora.

"No digas tonterías. He estado deseando bailar contigo y no lograba encontrarte."

Instintivamente, Eli giró la cabeza buscando con la mirada a la reina. Aunque ella miraba hacia otro lado, él podía sentir su escrutinio. "Lamento decirte que he estado ocupado. Trabajando. Velando por tu seguridad."

"Oh, claro. Esta noche hemos estado plagados de amenazas. Aquel joven", Kit señaló hacia un pelirrojo corpulento, "me ha agredido con el tacón de su bota". Levantó su vestido ligeramente para mostrar su zapatilla de satén azul. "Creí que no volvería a caminar jamás."

"Lamento escuchar eso. ¿Quieres que me encargue de él?" Eli se preguntaba por qué ella habría elegido bailar con un hombre tan poco agraciado, pero luego pensó que probablemente había aceptado todas las invitaciones que le habían hecho. No era propio de Kit comportarse de manera descortés.

"No hace falta", dijo ella, negando con la cabeza y haciendo que unos rizos sueltos enmarcaran su rostro. "La próxima vez sabré hacerlo mejor". Tomó otro sorbo de su bebida y le pasó la copa a Isla. "Aunque podrías compensármelo".

Él no pudo evitar alzar una ceja, intrigado. "¿Y cómo sería eso?"

"Baila conmigo, Eliason. Mejor dicho, invítame a bailar".

"Princesa, temo que eso no será posible", la provocó él, con ganas de jugar con uno de esos rizos.

"¿Y eso por qué?" Preguntó ella, con el labio inferior asomando ligeramente, como al borde de un puchero.

"Porque acabas de rechazar a aquel caballero, el alto de los dientes prominentes, y eso implica que no puedes bailar con nadie más hasta que esta canción acabe".

Kit se cruzó de brazos y lo observó detenidamente. "Pues bien, esta canción está a punto de terminar, y entonces estaré libre de nuevo".

"Katrinetta, sabes que estoy de servicio". Aunque deseaba llevarla a dar vueltas por el salón, Rona no apartaba la vista de ellos.

"Y tú sabes que no desistiré hasta que me invites a bailar". Echó un vistazo por encima del hombro de él, entrecerrando los ojos. "A menos que, por supuesto, prefieras bailar con aquella criada. ¿Cómo se llama? ¿La rubia?"

Se volvió y vio que Blankka aún lo observaba. "No estoy seguro", mintió. "¿Qué te hace pensar que querría bailar con ella?"

"No sé", se encogió de hombros Kit. "Es bonita, ¿no te parece?"

"No lo había notado", volvió a mentir. Cuando los músicos tocaron las últimas notas de la melodía pausada, y consciente de que ella no se retiraría sin más, él extendió su mano. "Princesa, ¿le apetecería bailar?"

Los ojos azules de Kit brillaron con picardía. "Pensé que nunca me lo ibas a pedir."

Report
Share
Comments
|
Setting
Background
Font
18
Nunito
Merriweather
Libre Baskerville
Gentium Book Basic
Roboto
Rubik
Nunito
Page with
1000
Line-Height