C8 Cap 7

Lot se acercó a la puerta principal para, a pesar de tantos pensamientos e incógnitas revoloteando en su mente, tuvo que tranquilizarse y tomar control de su cuerpo. Antes que Isidoro llegara a la puerta, vio en el jardín a una muchacha vestida de negro, se pasaba por el jardín. Al tratar de perseguirla con la vista, desapareció, y Lot quedó sorprendido. De inmediato Isidoro atendió a Lot, tomó sus llaves y abrió la puerta. Hacía calor, como siempre en Horizon, un tremendo calor que tenía sudando las sienes de Lot.

—Después de tanta locura, por fin, aquí estamos, pasa, adelante

—dijo Isidoro, bastante alegre. Controlar la mente de un hombre es cansado, este tipo de hechizos cansa, pero era necesario, debes evitar ponerte en peligro.

—¿Quién es la muchacha vestida de negro?

—¿Lucy? —dijo sorprendido entre labios

—¿Así se llama? —preguntó Lot

—Es mi hija, no te metas con ella, ni se te ocurra, no es por celos, solo que por ahora está castigada. —dijo Isidoro en un tono oscuro y solemne.

Lot se sorprendió ante la reacción de su líder, y dejó de pensar en aquella joven vestida de negro que paseaba por el jardín.

—No lo haré, solo te decía, porque me asustó.

—¿Te asustó una jovencita vestida de negro? Hay cosas más temibles que eso —dijo Isidoro mientras buscaba en su librero el grimorio de Tenebrarum.

—Pues no es nada normal, además hace mucho calor como para que ande vestida así —dijo Lot.

—No es para tanto, cumple una amonestación.

—¿Qué hizo?

—Hizo algo indebido, los delitos de los demás se cuentan si vas a ayudarles en su penitencia —contestó Isidoro.

—¿Qué busca?

—El grimorio de Tenebrarum, pero al parecer Lucy anduvo removiendo mis libros, de seguro ella lo tiene. Es que aquí guardo las copias para los nuevos integrantes, pero no lo encuentro, además que solo tenía uno. Le preguntaré a Lucy.

Isidoro salió de la sala en busca de su hija. Mientras tanto, Lot se acercó al librero y observó los distintos tomos.

—¿Eres el nuevo verdad?

—Tu padre dijo que no podía hablar contigo.

—No te preocupes, está en el salón, de seguro busca la última copia del grimorio —dijo Lucy mientras tomaba un líquido rojo de una copa.

—¿Qué es ese jugo que tomas?

—Sangre.

Lot quedó sorprendido, pero pensó que tal vez solo se trataba de una broma, pero alzó la mirada y vio a aquella jovencita pálida, vestida de negro, con el rostro cubierto con un velo. Parecía que iba a un funeral. No sabía qué responder, supuso que corría peligro si continuaba hablando con esta joven, sin embargo, Isidoro llegó a tiempo.

—Lucy

—¿Qué buscas, padre?

—Tú lo sabes bien ¿Dónde lo dejaste? Y vete a tu habitación, podrías lacerarte con este calor —dijo Isidoro en un tono elevado.

—No te preocupes, tengo un nuevo amigo, Lot.

—Lot no es tu amigo, vete a tu habitación y toma tu medicina.

—Toma, aquí está el libro —dijo Lucy mientras tomaba un poco de su copa.

—Lot, toma el libro y acompáñame a la sala de reuniones.

Lot tomó el libro de las manos frías y pálidas de Lucy. Ese fría le recordó a las manos de su difunta novia, quien al despedirse en el funeral, tomó sus manos, y las sintió igual de fría como las de Lucy. Su piel se erizó, y se llevó el libro en seguida.

—Eres un ser extraño, tiemblas mucho, no tengas miedo, solo es sangre —dijo Lucy.

—¡Lucy! Nos interrumpes, vete a tu habitación —dijo Isidoro.

Lucy levitó con sus ropas y se dirigió a su habitación, abrió la puerta, y luego de un portazo la cerró.

—Tengo el libro —dijo Lot.

—Bien, vamos a la sala…

—Me explicarás...

—Está bien, ya que insistes. Lucy cometió un grave delito, ella asiste a las reuniones para jóvenes, sin embargo, tiene la fortaleza mía, y los deseos macabros de su madre. Una noche me dijo que mató a un hombre, dijo que lo mató porque sentía ganas de hacerlo, y al matarlo se llenó de placer. Eso fue hace seis meses, mató al hombre, y tuve que encerrarla por un tiempo. Yo sabía que la furia de su madre, esa furia innecesaria corría en sus venas, pero nunca pensé que llegaría tan lejos. Es mi hija, debo protegerla, pero Tenebrarum descubrió el hecho y la castigó convirtiéndola en vampiro. Es un castigo temporal, para que aprenda que matar es una necesidad última, y peor matar a un hombre inocente.

—¿Lucy es un vampiro?

—Es temporal, ya te dije, solo es un castigo temporal, por eso toma su medicina —dijo Isidoro un poco enojado por contar aquel asunto.

—¿Sangre?

—Sí, tengo que conseguirla en el Hospital Central —Dijo Isidoro cansado del tema. Empecemos, es hora de adentrarnos al grimorio.

Isidoro tomó el libro y Lot se acercó a la mesa donde el líder le indicaba el temario del libro.

—Para comenzar, el Título I: Pensamientos ancestrales. Es uno de los fundamentos que debes aprender de memoria, y repetirlos, porque la mayoría de los cantos se conjeturan con estos principios, además, en las oraciones, dependiendo de la necesidad individual, siempre se comienza con un fragmento de este texto. Entonces, cantos y oraciones, lo más básico. Déjame ir por el libro de cantos.

Isidoro se levantó del asiento y buscó en el librero de la sala de reuniones.

—Aquí está —dijo Isidoro acercándose otra vez a Lot para explicarle el contenido del grimorio.

—El idioma del grimorio es sencillo, es una lengua romance, proviene del latín, sin embargo, hay que acercarse al libro como un instrumento de adoración, no es concebible leer el grimorio en busca de conocimiento superficial, porque siempre, después de una oración, en específico, una oración de revelación, es dictada por Tenebrarum. Esta revelación es un talento dado por el dios de la oscuridad. Esto te tomará toda la vida, porque mientras asciendes de rango, y conoces más de Tenebrarum, tu sensibilidad, que es el talento dado por Tenebrarum, se vuelve más poderosa. Es decir, que durante una etapa juvenil, aunque ya a tu edad, eres un hombre adulto, en el caso de mi hija, a ella todavía no se la ha revelado toda la verdad, necesita más tiempo adorando a Tenebrarum. Como te he dicho, esto no es de un día para otro, se necesitan muchos años para apenas dominar el himnario, y las oraciones.

—Demasiada información para procesar —dijo Lot, luego de un suspiro.

—No te preocupes, con el tiempo verás que todo es sencillo, además debes realizar tus oraciones diarias, de esa manera te conectarás con Tenebrarum, y cada día memoriza los fundamentos del grimorio. No puedes desobligarte, cada día que pasa y sin oraciones, es un día perdido, debes mostrar tu fidelidad y poco a poco ascenderás de rango, pero no porque nosotros, los superiores, lo hayamos decidido, sino porque Tenebrarum lo decidió para mostrar su gloria.

—Está bien, memorizaré los fundamentos, oraré todos los días y aprenderé los cantos.

—El próximo domingo tenemos reunión, espero verte —dijo Isidoro mientras se levantaba de la silla.

—¿Por qué dices eso?

—Por ahora, como te le he dicho antes, hay cosas que no puedes comprender.

—No pienso interrogarte, ni cansarte con tantas dudas, pero algún día tienes que contarme lo que sucedió con Madgia. ¿Sabes? A veces lloro pensando en ella.

—Basta, no digas más, ella está en el paraíso. Nuestro dios es justo, además de seguro te reveló que ella se encuentra a su lado, no hay nada que temer. Vete, tengo que recibir a otros integrantes, ya es hora.

Lot se levantó de la silla, tomó los libros, y le estrechó la mano a su líder.

—Hasta pronto —dijo en tono de cortesía y respeto.

Isidoro vio sus ojos, eran los mismos ojos que tenía Valsar, su hermano, al temer la muerte, parecía que Lot temía a la muerte, como todos, peor en él, pensaba Isidoro, en él la muerte parece incomodarle más que a los demás.

—No temas, recuerda revisar la hoja de la fonética, llevas suficiente material para empezar a orar y cantar los himnos, prepárate, cuando asciendas de rango te contaré más cosas.

Te abriré la puerta para que puedas salir.

Lot se dirigió a la salida acompañado de su líder.

—Hasta luego —dijo Lot mientras se dio la vuelta en busca de la pista principal para tomar un taxi.

Isidoro volvió a la casa, y mientras subía las escaleras del jardín que conducía hacia el interior de la casa, el timbre volvió a sonar. Bajó las escaleras, y observó que se trataba de Tremen y Locuario.

—Ya era hora, los estaba esperando —dijo Isidoro.

—Presiento que alguien estuvo antes que nosotros ¿se trata de Lot?

—En efecto, tuve que salvarlo hoy en la tarde, estaba a punto de sufrir un colapso.

—Debe tener más cuidado, espero entienda los asuntos verdaderos de nuestro dios —dijo Tremen.

—Pasen

Los hombres entraron y subieron las escaleras. Tomaron asiento en la sala principal. Tremen observó a Lucy.

—¿No llevas más de cinco meses con ese castigo?