C8 Castigo
"Ven aquí", invitó Lorenzo con un gesto audaz de su dedo.
Bajé la mirada al suelo y, con cierta vacilación, me acerqué a él hasta quedar frente a su escritorio.
Se levantó de la silla y se dirigió hacia mí. No alcé la vista hasta que él tomó mi barbilla y me obligó a mirarle. Ese gesto bastó para que me rindiera ante la intensidad de su mirada