Serendipia/C2 Capítulo 2
+ Add to Library
Serendipia/C2 Capítulo 2
+ Add to Library

C2 Capítulo 2

Los días del funeral habían terminado, ya la verdad estaba dicha y eso ocasionó que Gustavo se distanciara de Laura, al parecer prefería estar solo antes que recibir las muestras de cariño de ella quien a todo momento le llamaba e invitaba a salir, hasta ese momento Laura no era capaz de entender que todo había sido muy fuerte, que perder a su madre era duro, pues cuando ella pasó por eso tan solo tenía cuatro años y no recordaba nada, tampoco comprendía la gravedad del asunto de la casa puesto que su estabilidad giraba en torno a la convivencia con Gustavo.

Esa mañana se despertó muy molesta porque ya habían pasado tres días sin verlo ni comunicarse con él. Se duchó, se vistió con un abrigo rojo, sandalias y pantalón blanco, todo estrictamente coordinado, se enrolló el cabello, se maquilló y se fue directo a una cafetería, antes de ordenar su desayuno llamó cinco veces a Gustavo pero este no respondió, empezó a sentirse frustrada y ansiosa. Al no obtener respuesta asimiló que esa mañana no desayunaría con él.

-

Señorita, deme un café por favor, pero muévase, hey- Le pidió a la mesera con un tono de desprecio.

-

Tomó el teléfono, llamó a Marcelo y sin siquiera saludarlo monologó desesperada:

-

Qué terrible, se supone que Gus es mi prometido y qué le pasa que no me responde, ahora resulta que se muere la mami y uno olvida a la novia, tú no te imaginas, Marcelo lo que debo soportar aquí, la gente me ve mal. Quiero que tú me digas ahora mismo que es lo que le pasa a Gustavo; vienes te lo llevas y yo a un lado, o qué me vas a decir que ya se fue a Managua a buscar al papito, digo porque es que yo soy la tonta que se entera de último de las cosas. Gustavo está ahí contigo, dime, respóndeme por Dios, qué fastidio con ustedes…

-

Tranquila, Laura, cómo te voy a responder si no paras de hablar- La interrumpió Marcelo un poco molesto. Mira, Laura, yo soy amigo de ustedes pero eso no significa que soy el niñero de tu novio, lo mismo que te dije ayer lo reitero ahora, deja por una vez en la vida a ese hombre en paz, no ves que lo asfixias con tu intensidad, ya Lau, bájale un poquito a tu histeria, Gustavo acaba de perder a su mamá, es un proceso duro necesita estar solo, ahora que noto que ya sabes lo del problema con su papá pienso que deberías apoyarlo dejándolo un momento libre para que él reflexione y sepa qué decisión tomar, de verdad, Laura, es un consejo sano que te doy

-

¡No, pues véase aquí el defensor de Gustavo Villareal, qué belleza! Tú de qué lado estás Marcelo, no se supone que yo soy tu mejor amiga, pues no te veo muy metido en el papel, mi querido abogado. Me dices que lo apoye de esa manera pero es que Gus y yo somos uno solo, Marce, las decisiones siempre las tomamos juntos, si me entiendes- Le gritó con desesperación.

-

Pues claro que soy tu amigo, Laura, justo por eso te pido que pares con esta dependencia de Gustavo, déjalo un momento, oye.

-

Te repito, juntos tomamos las decisiones, por eso no entiendo por qué se ha alejado- Le respondió intentando obtener una pista sobre Gustavo.

-

Eso era antes, Laura, todo cambia, se le movió el piso al hombre, qué puedo hacer yo, no está para saliditas, desayunos, citas y amoríos, necesita estar solo y pensar qué hacer ahora con su vida- contestó Marcelo ya molesto

-

¿Hacer con su vida, Marcelo? ¿Qué te pasa? Pues obvio casarse conmigo, soy lo que le queda, su apoyo incondicional, el amor de su vida, ya no está mamá pero estoy yo, su futura esposa, madre de sus hijos- Dijo como minimizando el dolor que sentía Gustavo

-

Ay, Laura, tú sí que eres insensible pero sobre todo egoísta- Le gritó con voz seca y cortó la llamada

-

¿Insensible yo? Gus es el insensible que olvidó que tiene novia, qué terrible- Dijo con furia mientras miraba el café.

Aquella conversación la había dejado peor y con una sensación de impotencia terrible, Laura pensaba solamente en su felicidad y si para tener eso había que pasar por encima de otros eso no era un problema, pensaba solo en su bienestar en lo que ella pudiera sentir u opinar sobre cualquier acontecimiento, Gustavo estaba en su estudio de fotografía pensando en qué hacer para encontrar a su padre pues desde hace diez años no lo veía y no tenía ni la menor idea de la dirección de su casa en la capital y sobre todo él ni siquiera conocía esa ciudad, en el velorio había percibido la molestia de Laura quien aunque había intentado disimular era claro que estaba enojada por el cambio de fecha, también Marcelo le había comunicado sobre la llamada y aunque él era consiente que con su aislamiento la estaba afectando ya era momento de pensar en él y que ella comprendiera que no todo el tiempo podían estar juntos pues habían momentos en los que pensar en el amor debía esperar, pero para Laura era como una prueba de fuego ella no sabía estar sin él.

Cansada de esperar una llamada de Gustavo, se dirigió a su oficina, donde encontró a su papá un tanto enojado.

-

¿Qué son estas horas de llegar, Laura? ¿Ya desayunaste? ¿Estás bien? Se nota que no dormiste nada – Expresó molesto Adolfo

-

Ay, papá, me fui a una cafetería a desayunar y esa gente incompetente me sirvió tarde, estaba algo lleno- Le dijo mientras caminaba para evadirlo

-

No, Laura, a mí no me engañas, estás mal con Gustavo, verdad, porque de cuando acá tú andas en cafeterías si siempre desayunas con él aquí- Preguntó Adolfo

-

Que no, papá, esto no tiene nada que ver con Gustavo, no sé nada de él desde el sepelio de Martha ¿Contento? – Le dijo con enojo

-

Seguro se está tomando estos días para ver cómo soluciona ese problema con su casa, déjalo tranquilo pero por favor cálmate que mira cómo estás hecha un manojo de nervios- Gritó desesperado

-

Ay, no, pero qué buen papelazo de consejeros se están armando ustedes, tú también vas a empezar con el cuentito eso de la libertad, perdóname, papá, pero el problema aquí es que Gus siempre me ha tomado en cuenta para todo y ahora no, así que está pasando algo más que el asuntito ese de la casa; ni siquiera me ha respondido una llamada- Insistió

-

Pues claro, hija, se le acaba de morir la mamá. Ya me voy no quiero seguir discutiendo - Expresó decepcionado mientras halaba la puerta.

-

La mañana había sido cruel con Laura, ella sentía que todos estaban en su contra. Siempre que sus ideas no eran aceptadas sentía que los demás estaban mal y que la estaban dejando sola y sin apoyo. Mientras revisaba la nómina de pagos volvió a tomar el teléfono para marcarle a Gustavo, pero nuevamente no obtuvo respuesta, la frustración la atacó otra vez, tiró todo lo que estaba en su escritorio y empezó a llorar angustiada.

-

Gustavo quien acababa de llegar al restaurante fue de prisa a su oficina y la encontró sentada en el piso llorando desesperadamente.

-

¿Lau, qué pasa? – Le preguntó mientras la tomaba de los brazos para levantarla

-

Gus, mi amor, llegaste, yo sabía que no te ibas a ir sin hablar conmigo- Le dijo mientras lo abrazaba fuerte.

-

No, solo quería estar solo, necesitaba espacio para pensar, Lau, discúlpame- Le respondió como sintiéndose culpable

-

Tres días, Gustavo, tú crees que es justo dejar a tu futura esposa abandonada por tres días, te llamé muchas veces y no respondías, no me vuelvas a hacer eso, es que si tú te vas de mi lado, Gus, yo me muero, te amo, Gustavo, yo te voy a apoyar en todo siempre, mi amor- Decía sin parar mientras lo abrazaba y besaba como queriendo evitar que se fuera.

-

Tranquila, Laura- Respondió Gustavo un poco asombrado. Lo que pasa es que esto ha sido muy fuerte para mí, sabes, necesitaba canalizar el dolor y retomar fuerzas de nuevo, perdóname, solo no deseaba hablar. Cuando entré me dijo Adolfo que ya estás enterada de lo que sucedió con mi papá y pues me iré hoy mismo para Managua- Contó con miedo, Gustavo presentía que aquella noticia no sería agradable.

Laura se levantó de golpe, se arrodilló enfrente de él y llorando le dijo:

-

¿Hoy mismo, Gustavo, hoy mismo?

-

Sí, Lau-Dijo angustiado

-

Nos vamos, entonces iré a casa a empacar mis cosas- Respondió mientras se limpiaba las lágrimas y se levantaba casi segura que se iría con él.

-

No, no, amor, me voy solo, debo hacer esto solo, el bus sale en veinte minutos- Dijo Gustavo un tanto ansioso

Laura lo miró con furia, quiso gritarlo pero se detuvo cuando su padre entró y la vio con lástima como advirtiéndole que mejor se callara y lo dejara ir.

-

Nos vamos ya, Gustavo, o te dejará el bus- Dijo Adolfo de golpe para evitar que Laura rogara más

Gustavo solo le dio un beso en la frente y se despidió preocupado, él también la miró con lástima. Se quedó sola en su oficina, se tiró al piso de nuevo y lloró hasta que sintió que el pecho le dolía.

Report
Share
Comments
|
Setting
Background
Font
18
Nunito
Merriweather
Libre Baskerville
Gentium Book Basic
Roboto
Rubik
Nunito
Page with
1000
Line-Height