Serendipia/C3 Capítulo 3
+ Add to Library
Serendipia/C3 Capítulo 3
+ Add to Library

C3 Capítulo 3

El sonido de los carros era insoportable, el calor era indescriptible y la preocupación que sentía Gustavo no tenía explicación. Después de cuatro horas de viaje al fin había llegado, observó alrededor y no vio más que alboroto; la capital era una ciudad ruidosa, la gente vivía de las ventas, en cada calle había un negocio, en los semáforos: Niños vendiendo frutas, comida o limpiando carros y en cada esquina una parada de rutas, ahí jóvenes y adultos amontonados. La ciudad era bonita estaba adornada de carreteras infinitas y no habían montañas era como si el cielo tocara el suelo, habían muchos edificios viejos y el sol parecía quemar el alma. Gustavo se detuvo frente a un árbol metálico que estaba a media calle, sacó su cámara y tomó muchas fotos con la esperanza de mostrárselas a Laura cuando regresara hasta que por fin un taxi se detuvo a su lado.

-

¿Para dónde vas? – Preguntó el taxista

Él sin tener un lugar definido para llegar se quedó mudo hasta formar una respuesta, había escuchado que en Managua estaba el Palacio Nacional de la Cultura, Marcelo le comentó que Martha había dicho que ahí se reunían los escritores de la ciudad entre esos Alejandro que era parte de la junta directiva de ello; iría ahí primero era la primera posibilidad de encontrarlo.

-

Al palacio- Le dijo con seguridad para que no se diera cuenta que no era de la ciudad; le habían dicho que era un lugar peligroso.

-

Súbete, son ciento veinte ¿Usted no es de aquí verdad? - Dijo el hombre mientras manejaba.

-

Sí, si soy de aquí- Afirmó Gustavo un poco nervioso

-

No, usted no es de aquí, usted es del norte se le nota porque es rubio y por cómo habla - Respondió el hombre riéndose

Gustavo lleno de nervios no supo qué responder, el lugar parecía estar largo, sentía que ya llevaba en el taxi como veinte minutos y todavía no llegaban, se preguntaba qué haría si encontraba de golpe a su padre ahí o si no lo hallaba adonde más podría ir, no conocía a absolutamente nadie en esa ciudad que era tan inmensa.

-

¿Y a qué viene aquí? – Interrumpió el taxista

-

Es que soy fotógrafo- Le dijo Gustavo - Vengo a tomar fotos ahí en el Palacio

-

Ah, viene entonces a la presentación del libro – Aseveró el hombre moreno.

Gustavo ni siquiera estaba enterado de eso, pero aquello parecía una buena jugada, si realmente había la presentación de un libro ese día era una gran oportunidad para encontrar a su padre en ese lugar, no pudo negarse a continuar con el juego de preguntas y respuesta con el taxista.

-

Ah sí, claro justo a eso- Le contestó sonriendo

-

Sí, claro es que siempre el 17 de julio se reúnen a hacer actividades, usted sabe hoy celebramos El Día de la Alegría y por eso están presentando ese libro, eso sí, tenga cuidado porque debe estar lleno de gente- Dijo el hombre muy amablemente.

-

Sí, claro, El Día de la Alegría - Repitió un tanto nervioso.

Se quedó perplejo y en silencio, con tanto ajetreo ni siquiera se había fijado que fecha era, justo el 17 una fecha de gran importancia en el país donde la gente anda de un lugar a otro celebrando, pensaba que entre tantas personas y algazara sería muy difícil encontrar a su padre pero era la única oportunidad que quedaba.

-

Vea ya llegamos, muchacho- Afirmó

-

Muchas gracias- Le respondió Gustavo y se bajó del taxi, frente a él una plaza enorme, con un piso color marrón en el que se veía imponente un edificio antiguo parecido a una iglesia, pintado de blanco, con unos enormes pilares y tras ellos unas ventanas grandes, música y algarabía por todos lados; la mayoría de las personas vestían con camisetas del mismo color, en los extremos habían diversos módulos y él debía encontrar el de literatura con la esperanza de hallar a su padre. Se quedó atónito entre tanto, nunca había salido de su pueblo y aquello le parecía exuberante no se movió hasta que de pronto una voz lo desestabilizó.

-

¿Qué estás buscando? ¿Quieres un refresco?- Dijo una muchacha con una hermosa sonrisa

Gustavo volteó y vio ante él una mujer morena, alta con el cabello negro y largo en una coleta, unos ojos negros con unas pestañas grandes y unos labios pintados en café, con una risa perfecta, era una mujer completamente hermosa, él se quedó mudo observándola y le devolvió una sonrisa.

-

Oye, te estoy hablando, que si quieres un refresco- Repitió la mujer riéndose

Gustavo seguía observándola, era como si aquella belleza lo hubiera hipnotizado pero sobre todo aquella risa y jovialidad lo habían cautivado.

-

Uhhh, que te estoy hablando, es que eres mudo pues- Dijo la muchacha y se alejó en carcajadas. Gustavo la siguió con la mirada vio que estaba vendiendo comida y refrescos en uno de las mesas que estaban en la plaza, se sintió tonto por no poder responderle, tal vez estaba nervioso o con miedo por sentirse solo en ese lugar, apenado se acercó hasta la venta y dijo:

-

Disculpe, solo estaba asustado, deme dos refrescos que con este calor que hace aquí no sé cómo pueden vivir tan tranquilos.

-

Ah, tú no eres de aquí- Interrogó la mujer mientras le daba el fresco

-

Gustavo se bebió de dos tragos el fresco como para evadir la respuesta, pero tenía que contestarle tal vez ella podía ayudarle a encontrar a su padre.

-

No, no, no soy de aquí, soy de Jinotega- Contestó

-

Qué curioso, fíjate, si se te nota que no eres de aquí, claro allá en el norte el frio y aquí mira nosotros con este calor infernal- Repuso la mujer ¿Y qué andas haciendo? ¿Eres escritor?- Preguntó

-

No, ni loco, soy fotógrafo- Dijo Gustavo

-

Ay, qué bonito y por qué no has entrado al Palacio a tomar fotos pues- Preguntó la mujer con su bonita sonrisa

-

Si, a eso iba- Dijo Gustavo levantándose de la silla

-

Oye y cómo te llamas- Preguntó la mujer

-

Gustavo Villareal- Contestó

-

Mi nombre es Clara ¿También eres periodista? Tómale unas fotos a mi negocio y así puedo hacerme publicidad – Alegó la muchacha con su risa y amabilidad

-

No, no soy periodista- Contestó Gustavo y se alejó

La mujer era alegre, trabajadora, era así como la gente de la capital: Jovial, cariñosa un poco atrevida, de esas que no tienen miedo de hablar con desconocidos porque les gusta interactuar, sin embargo Gustavo era un hombre sensato, tímido que había crecido bajo las faldas de su mamá y luego había confiado su vida a Laura quien hasta ese momento era su todo, por tales razones él no podía desenvolverse tranquilamente con cualquier persona, su único amigo era el abogado Marcelo y demás amistades de Laura, su vida social era paupérrima y esa jovialidad de la gente de Managua lo estresaba pero aquella mujer lo había impactado con su alegría, Laura no era así, ella era mimada, arrogante, esquemática y muy moralista, si ella se enterara que esa tarde él había hablado con aquella mujer y que esta le había tocado la espalda seguramente le diría que botara la ropa.

Siguió caminando, evadiendo el tumulto de gente que había en cada lugar y se asomaba en cada módulo para encontrar el de literatura, pero aquel sitio era enorme y estaba colmado de personas lo cual le impedía la agilidad, se desesperó por el calor y salió apresurado a la plaza donde Clara de nuevo estaba tras las personas intentando vender, no pudo evitar observarla, le asombraba la facilidad con la que se le acercaba a la gente el entusiasmo que mostraba y parecía no tener ni un poquito de disgusto ni cansancio porque se reía sin dificultad.

Clara se acercó de nuevo hasta donde estaba Gustavo y sin importarle se sentó a su lado.

-

¿Ya tomaste fotos? O no aguantaste el calorazo ahí adentro- Le dijo riéndose – Y luego agregó con gran confianza – Están malas las ventas, ¿Quieres otro refresco?

Gustavo seguía sorprendido y no hallaba qué responder; aquella mujer hablaba mucho y él poco, pero aprovecharía la oportunidad para preguntarle por el módulo de literatura y sobre la presentación del libro, hasta ese momento esa mujer era la única vía que tenía.

-

Las dos cosas- Repuso Gustavo nervioso - Fresco ya no quiero, aunque sí tengo calor ¿Sabes dónde está la presentación del libro? – Preguntó sin miedo.

-

Ahh, eso lo están haciendo en la Cinemateca, aquí mira solo te vas recto y en la primera esquina doblas, ahí a mano izquierda está un local así todo bonito pintado de verde claro y el piso en blanco con negro- Le dijo mientras se levantaba para señalarle el lugar.

-

Gracias - Dijo Gustavo levantándose rápidamente, caminó y volteó mas de una vez para continuar observándola, intentó pensar en Laura para hacerse saber que esto no era bueno.

Llegó al sitio y en efecto en la tarima roja, tras el atril café estaba Alejandro dando una crítica literaria sobre el libro. Gustavo sintió una presión en el pecho, habían pasado diez años desde que no hablaba con él, ahora sabía que tenía otra familia y por ende tendría hermanos, tuvo miedo de acercarse y que no lo reconociera pero ya se había arriesgado demasiado como para detenerse ahora, esperaría que terminara de hablar y se sentara para dirigirse hacia él.

Report
Share
Comments
|
Setting
Background
Font
18
Nunito
Merriweather
Libre Baskerville
Gentium Book Basic
Roboto
Rubik
Nunito
Page with
1000
Line-Height