Serendipia/C6 capítulo 6
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C6 capítulo 6

Mientras Gustavo se levantaba con la misma angustia del día anterior Laura despertaba molesta con la vida. Se amarró el pelo con enojo luego de ver que Gustavo no había respondido a su mensaje y tampoco le había llamado, ignoró la voz de Adolfo que la invitaba a desayunar con él, la ansiedad y tristeza la estaban consumiendo, se sentó en la orilla de la cama y observó detenidamente la ventana que tenía de frente, vio a través de ella el primer rayo de luz de la mañana que le pareció desagradable, colocó las manos en puño frente a su boca y las apretó fuertemente mientras dejaba caer lágrimas de furia, pensó en Gustavo y en su boda, le dio coraje saber que él no estaba para acompañarla a finalizar los preparativos de su boda y maldijo la muerte de Martha como si aquello más que ser un dolor para su novio era su pesadilla.

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Hija, ven a desayunar- Repitió Adolfo

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Ya voy, papá- Contestó molesta mientras se limpiaba las lágrimas y se levantaba furiosa de la cama, caminó lentamente y se detuvo en la puerta de la cocina, ahí se recostó mientras cruzaba de brazo -¿Y si le pasó algo a Gustavo?- Dijo afligida

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¡Tú estás loca, qué le va a pasar! Seguro debe estar feliz con su padre y tú aquí agonizando porque no te llama, no sé de qué manera decirte que dejes la dependencia que tienes con ese hombre- Respondió Adolfo mientras servía la comida

Laura no contestó nada, le dolía mucho que su padre no quisiera a Gustavo o que siempre le remarcara que ella dependía de él, pues no era capaz de ver las cosas de esa manera simplemente estaba convencida que lo amaba por sobre todas las cosas incluso ella misma, sin embargo él no tenerlo le producía una angustia inmarcesible, lo extrañaba infinitamente, más ese día porque los preparativos de la boda los tendría que concluir sola. Terminó de desayunar y regresó a su cuarto con la misma tristeza, se duchó y seleccionó la ropa que usaría ese día: Chaqueta negra, blusa blanca, pantalón negro y unos zapatos de tacón con punta en color blanco, era supremamente vanidosa y cuidaba mucho la elegancia de su vestimenta, se enrolló el cabello largo y se maquilló como de costumbre, tomó de su closet un bolso blanco que combinaba perfectamente con su ropa, se despidió a secas de su papá y en su carro se dirigió a la Boutique donde hicieron su vestido, este era hermoso al estilo seductor princesa Line, es decir cuello asimétrico, sin mangas, cola corta y pocos adornos, haciéndolo lucir sencillo pero elegante, la tela era organza fina, completamente blanca y cerraba muy bien sus curvas, mientras se lo medía y orientaba de mala manera a la modistas los cambios que deseaba, llamó a Gustavo pero el no recibir respuesta solo acrecentó su angustia, se llenó de enojo y sin decir más se quitó el vestido y lo tiró. Salió del lugar hecha añicos se subió a su auto gris, cerró los vidrios y empezó a llorar.

Durante media hora se quedó ahí, sola, consumida en el dolor que ella misma se causaba, le marcó de nuevo a Gustavo pero nuevamente la llamada fue rechazada. Debía controlarse y dirigirse ahora a la imprenta donde diseñaban las tarjetas de la boda, resignada a no tener comunicación con el hombre que amaba, encendió el carro y continuó, al llegar llamó de nuevo a Gustavo para consolidar la nueva fecha pero otra vez no obtuvo respuestas, molesta decidió hacerlo ella misma y comunicárselo mediante un mensaje, le orientó al joven diseñador que cambiara la fecha para el próximo fin de mes, es decir en tres semanas. En ese momento Laura no contaba con la reacción de Gustavo o si este realmente había superado la partida de su madre, a ella solamente le importaba casarse lo más pronto posible y aunque él le había dicho que la aplazaran, ella sólo la retrasó una semana. En su felicidad momentánea y egoísta le escribió un mensaje que citaba:

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“Mi amor, ya me he medido el vestido de novia solamente orienté unos cuantos arreglos y en cuanto a lo de las tarjetas cambié la fecha para el fin de mes. Te ama tu novia y futura esposa, besos”

Gustavo que intentando encajar en el hogar de su padre había madrugado a limpiar la casa y escuchando música para apaciguar el dolor que le había dejado la ausencia de su madre ni siquiera recordaba el mensaje anterior de Laura y había olvidado comunicarse con ella hasta que saltó de golpe cuando su padre le gritó desde la cocina:

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¿Y qué hay de tu Laura? ¿Cuándo se casan?

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Gustavo contestó mientras se quitaba los audífonos – Todavía no lo sé, le pedí que la pospusiéramos; por ahora no tengo cabeza para pensar en ello, papá

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¡Caramba, muchacho, pero es que no la quieres! - Dijo con malicia su padre mientras se tomaba un café caliente

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No, bueno sí, sí la quiero, pero es que Laura está en modo boda desde que nació y ya se imaginará lo cansón que es eso, lleva meses organizándola y no me ha tomado en cuenta para el noventa por ciento de los preparativos, yo como soy tan sencillo y ella siempre pensando en el mejor diseñador de vestido, en el salón de belleza, en el salón más lujoso, en que nos case el obispo, en que las tarjetas personalizadas y las flores exportadas, todo eso me ha envuelto en más que felicidad en preocupación y peor ahora con la pérdida de mi madre, usted cree que quiero pensar en eso- Dijo mirando el piso y con una voz llena de tristeza

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Es que a ti no te ha llegado el amor, muchacho, percibo que esa relación no es más que un espejismo o un compromiso, yo realmente no te veo enamorado y perdóname que te diga pero no te cases si no la amas, créeme le evitarías un sufrimiento mayor uno así como el que yo le causé a tu madre, no permitas, hijo, que se repita la historia. El amor no se fuerza, el amor llega y se te mete en el cuerpo, en el alma, en la mente y se te sale por los poros, por la respiración, por la mirada y yo no te veo ninguna de esas cosas, ah y no creas que soy un romántico aficionado de la fantasía, no, Gustavo, es la realidad misma la que nos enseña estas cosas porque te aseguro que si la amaras esas cosas que has mencionado te parecerían lo más bonito de la vida y no algo agobiante- Respondió mientras se acercaba para tocarle el hombro, él no contestó más, solo un suspiro dejó salir eso que sentía y que hasta ahora estaba descubriendo.

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Hoy viene el fastidio de Clara- Dijo su papá para romper el silencio incómodo

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No me diga, padre, esa chiquilla sí que habla, seguro vendrá a burlarse de mí como anoche- Mencionó riéndose Gustavo sin embargo sintió una conmoción en el pecho como una energía que le había cambiado el estado anímico.

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Ajá , pero esa chiquilla puede quitarle la tristeza a esta casa en un segundo, si hasta a ti, mírate nada más la carita de alegría que tienes y hace un momento lo funesto te habitaba- Le dijo Alejandro y soltó una carcajada

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Qué le pasa, viejo, no diga esas cosas yo soy un hombre comprometido- Respondió con formalidad Gustavo, cuando de pronto escuchó el sonido de su teléfono, lo sacó de su bolsillo y supo que era Laura, lo tuvo en la mano por unos segundos observándolo con temor hasta que decidió responder.

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Hola, Laura- Añadió con temor

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Hola, mi amor, pero es que se te olvidó que tienes novia o qué te pasa; ayer ni siquiera me avisaste cómo habías llegado y la angustia me está matando.

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Lo siento, de verdad, es un viaje cansado y no tuve tiempo. Logré encontrar a mi padre fácilmente- Le dijo esperando que ella se alegrara por la noticia

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Ah sí, pues encontramos a papito y nos olvidamos de la novia, maravilloso, mi amor - Respondió con sarcasmo

Gustavo observaba las plantas intentando hallar una respuesta pero no la obtuvo

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Y encima no respondes, espero que hallas revisado el último mensaje que te envié.

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Perdón, Laura, no he podido leer nada, he estado intentando adaptarme a este lugar, lo leeré en un momento- Contestó

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Ya no más excusas, Gustavo, estás muy raro, no te importo, no te interesa nada de mí, ni siquiera eres consciente de la manera en que me estás respondiendo, encontraste a tu padre y se te acabó el amor por mí y la emoción por la boda, o qué ¿ Hay algo de lo que no estoy enterada, Gustavo?- Mencionó con ira y sarcasmo

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Por Dios, Laura, qué cosas dices, entiéndeme por favor- Respondió un poco molesto

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¿Sí ves? y encima me gritas, pues espero que vuelvas pronto- Dijo mientras cortaba la llamada

Gustavo se quedó perplejo con el teléfono en mano, la situación cada vez era más agobiante, sintió que Laura no estaba apreciando la alegría de haber encontrado a Alejandro y que tampoco le importaba el dolor que sentía por la pérdida de su madre, en aquel momento lleno de sentimientos encontrados se convenció que Laura era egoísta pero luego pensó en que él tampoco estaba siendo justo con ella.

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