C11 Todo está perdonado
"¡Arriba esa cabeza!" ordenó la instructora con firmeza.
Lana estaba desafiando sus propios límites una vez más, ahora en el gimnasio. Al notar un lugar disponible en la clase de autodefensa, no dudó en inscribirse. Lo que no anticipó fue la atención individualizada que recibiría de Debbie, la entrenadora.
Se encontraban solas en el cuadrilátero