C48 Horizontes Destino (6)
Seguro de que ahora era mi premio, seguí pellizcándole el pezón mientras llevaba la mano a su culo. Pasé la mano por debajo del elástico de sus bragas, deslizándome sobre su arbusto, hasta que sentí sus pequeños labios hinchados, que ya empezaban a humedecerse bajo mi contacto. Bajé la mano y le pasé la lengua por el pecho, subiendo para recibir mis labios. Le lamí la teta