C50 Horizontes Destino (8)
Lucas me miró. Mi polla estaba dura como una piedra. Se agachó y me retorció el pezón derecho entre los dedos. "Quizá algún día te pongamos un par", se regodeó Lucas. Una oleada de calor recorrió mi cuerpo al pensarlo. Miré a Richard, sentado al otro lado. Sus anillos colgaban orgullosos de los pezones, declarando que era propiedad de Lucas para que hiciera con él lo que quisiera