C45 Cuarenta y cinco
AUDREY
Las manos de Gabriel deslizaron sus manos en mis muslos, entonces lo siguiente que sentí, me levantó del sofá, y mis piernas alrededor de su cintura sin romper el delicioso beso, totalmente tomando el control. Me mordisqueó suavemente la boca con los dientes y luego me succionó en la suya.
Gabriel nos acompañó hasta la cama y me tiró sobre ella