C51 Cincuenta y uno
AUDREY
Durante los siguientes minutos, que me parecieron eternos, me estuvo follando sin parar, y ya no supe cuántas veces me corrí. Él estaba golpeando hasta el final de mi vientre y mis puntos sensibles. Y lo siguiente, me llevó al salón y me encontré encima de él, entonces me mecí contra él. La sensación era demasiada, ya estaba perdiendo el control y mis piernas cedían