C1 Runaway Mate 1

"¡Oye! ¿Ava, me escuchas? ¡¡¡Hola!!!" Nicole no entendía qué le sucedía a su amiga ese día. Acababan de recibir sus platos y algo no iba bien cuando Ava, que adoraba la comida, no comenzó a comer en cuanto el camarero dejó la bandeja frente a ellas.

Intentó llamar su atención chasqueando los dedos repetidamente frente a su cara, pero Ava parecía ajena, sin prestar atención a nada de lo que Nicole decía. Estaba completamente absorta en el joven que acababa de entrar al restaurante: su compañero; y sí, era la primera vez que lo veía.

La mirada de Nicole siguió la de Ava, le resultaba extraño que su amiga estuviera tan fijamente observando en esa dirección durante varios minutos. Al darse cuenta de quién era el objeto de la mirada de Ava, todo cobró sentido. Claro, era el 18º cumpleaños de Ava y estaba sintiendo el lazo con su compañero. Este momento es crucial para las lobas, ya que suelen encontrar a su pareja en esta etapa, razón por la cual Ava no podía apartar la vista de aquel hombre, y él tampoco podía dejar de mirarla.

Nicole no podía estar más feliz por su amiga; todos temían que no encontrara a su compañero a tiempo, pero ahora él estaba aquí; tendría la oportunidad de rechazarlo antes de la ceremonia de unión y así no tendría que preocuparse más por encontrar a su compañero cuando fuera presentada como la nueva Luna del clan Luz de Luna, con el Alfa Ray, su prometido, a su lado.

"¿Qué esperas?" Nicole le lanzó la pregunta a su amiga, pero Ava seguía sin reaccionar, como si Nicole estuviera hablando con un maniquí.

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El lazo con su compañero era algo que Ava siempre supo que experimentaría algún día, el día en que encontraría a su pareja. Pero nunca imaginó que ese día llegaría tan pronto, que sería hoy. Siempre pensó que estaría lista para ese momento; para rechazar a su compañero, pero claramente no lo estaba, no con la oleada de asombro que la inundó al ver a Lucas. En ese instante, él también se detuvo, y ambos comenzaron a sentir la fuerza más poderosa que existe; la única atracción en el mundo que no se puede sentir por nadie más que por tu destinado, un sentimiento aún más intenso que el amor; y él también lo experimentaba. Había leído que, sin importar con quién acabaras como lobo, la atracción que nace de ese poderoso lazo con tu compañero permanece contigo eternamente.

Cuando lo vio por primera vez entrar en aquel restaurante de Bandera, aquel pequeño pueblo que había visitado, sus miradas se encontraron de repente y ninguno pudo desviar la vista del otro, ni siquiera por un instante. A pesar de la distancia, ella podía ver su rostro y distinguir con claridad sus atractivos rasgos mientras él, de pie al otro lado del local, la observaba también. De pronto, todo a su alrededor pareció desvanecerse, quedando solo ellos dos, marcándose mutuamente en su primer encuentro. En el mundo de los licántropos, hallar a tu verdadera pareja, aquella escogida por la diosa de la luna, es motivo de júbilo, pues desde ese instante tu vida cambia radicalmente; ya no eres un ser individual, sino la mitad de una unión romántica celestial, predestinada por la propia diosa. Sin embargo, para alguien como Ava Maynard, la futura Luna de la manada Luz de Luna, educada para unirse a otro, a alguien que no era su auténtico compañero, el Alfa Ray, encontrar a su verdadero mate no era motivo de felicidad.

"¡Debemos actuar!", instó su loba interior, Layla, y fue entonces cuando las palabras de Nicole cobraron sentido.

"¡Hola!", exclamó Nicole.

Ava se incorporó de un salto de la silla, preguntándose qué hacer. ¿Por qué le resultaba tan arduo rechazar a su compañero? ¿Qué era esa atracción repentina que sentía por él? ¿Era esto lo que debía suceder?

"¡Ava, tienes que hacer algo ya!", insistió Layla, y por su voz temblorosa, Ava supo que el lazo con su mate también perturbaba a su loba.

Entonces, le surgió una idea; no era precisamente ingeniosa, pero valía la pena intentarlo. Sería uno de los desafíos más grandes: huir de tu compañero es como un pedazo de metal tratando de separarse del imán al que se adhiere, o como abandonar el calor que te resguarda para enfrentarte al gélido abrazo del invierno. Sería doloroso, casi imposible, y lleno de desesperanza, pues sabía que, tarde o temprano, sus caminos se cruzarían de nuevo; el vínculo de los compañeros siempre lo garantizaba. Pero bueno, ya enfrentaría ese momento cuando llegara. Por ahora, su prioridad era escapar.

Ella sujetó la mano de Nicole, provocando su horror.

"¿Por qué me necesitas?" Preguntó Ava con irritación, sintiéndose un tanto asustada por lo que pudiera estar ocurriendo en la mente de su amiga.

"Tenemos que salir de aquí", imploró Ava.

Cuando vio que Lucas se dirigía hacia ellas con paso firme, Ava no lo pensó dos veces. Hizo que Nicole se levantara de la silla y comenzaron a correr en la dirección opuesta. Todos en el restaurante se quedaron mirando a la mujer que corría desesperada, aferrándose a la mano de su amiga, pero eso era lo de menos para ella; tenía un problema más grande acercándose y necesitaba escapar de él, de todo; no, no debería sentirse así, no podía simplemente rechazarlo con esas emociones a flor de piel.

"¿Qué te sucede?" Nicole estaba perdiendo la paciencia y, de repente, se detuvo y arrancó su mano de la de Ava.

"No deberías ir por aquí, ¿acaso has olvidado lo que debes hacer cuando lo ves?"

Ava sabe perfectamente lo que debe hacer, pero nunca imaginó que sería hoy, nunca creyó que se encontraría tan desprevenida y, definitivamente, no se sentía preparada para rechazar a su compañero en ese momento.