C90 El castigo 3
Ella negó con la cabeza mientras unas lágrimas corrían por su cara. Se sentó a su lado, se inclinó hacia ella y empezó a chuparle los pezones. Al principio con suavidad, pasando la lengua por uno de ellos mientras su mano jugaba con el otro. Empezó a morderlos y pellizcarlos, haciéndola gritar a través de la mordaza. En un momento dado, mordió y chupó con mucha fuerza la piel próxima al pezón