C10 Capítulo 10 - El recuerdo

~~~ Allaya ~~~

Al entrar en casa después de aquel encuentro con la bestia colosal, tomé una decisión: no darle más vueltas al asunto. Mis sentidos me habrían traicionado de no ser por Landon, testigo de todo.

Así que lo archivaré en mi mente junto con las pesadillas; no tiene sentido especular, y mucho menos esperar respuestas. Mejor enfocarme en la fiesta, enfrentar a Hayden con su novia sí que es un verdadero desafío.

Estoy lista para lo que venga, mi atuendo es mi armadura. Me examino de pies a cabeza, girando y ensayando pasos de baile. Una sonrisa de complacencia se dibuja en mis labios; el vestido que me regalaron mis padres me queda espectacular.

El maquillaje es mi arma y hoy, más que nunca, me he aplicado a fondo. Este nuevo tono de negro me rejuvenece, me veo fabulosa, años más mayor.

Pero la sonrisa se me borra enseguida; no me reconozco. No hay ni rastro de mí en el reflejo, necesito desmaquillante para recuperar mi esencia.

"¡Apúrate, princesa, ya vamos tarde! Tu padre lleva esperando más de media hora en el coche, ¡vamos!" Mi madrastra entra de golpe, impaciente pero con una mirada llena de cariño hacia su hijastra.

Perdida en mis pensamientos, no me percaté del tiempo que había pasado. Crear una coraza de ropa y maquillaje me ha absorbido; no recuerdo haber dedicado tanto tiempo al espejo antes.

Aunque el viaje al lugar de la fiesta duró una hora según mi reloj, para mí fue una eternidad. Mi corazón no dejó de latir aceleradamente en todo el trayecto hasta llegar a la dirección señalada.

Al abrirse las imponentes puertas, nos dirigimos hacia un extenso aparcamiento. La multitud de coches de lujo provoca una risa en mi padre, un hombre que habitualmente no muestra sus emociones.

Nadie ha podido descifrarlo.

Jamás.

Sin embargo, ahora es evidente que no quiere estar aquí.

Y yo tampoco.

Entonces, ¿a qué hemos venido realmente?

Los pensamientos lógicos se esfuman de mi mente cuando la figura de Landon irrumpe y anula mi concentración; trago saliva para deshacer el nudo en mi garganta. Luce un traje azul oscuro que realza su figura atlética, y su cabello rubio cenizo invita a deslizar los dedos entre sus mechones.

Desvío la mirada, incapaz de soportar verlo tan imponente. Mis rodillas se debilitan y temo que se note.

Pero luego me sereno y respiro hondo.

Soy la última persona que llamaría la atención en una multitud, me recuerdo a mí misma mi propia insignificancia, que en ocasiones como hoy, juega a mi favor.

O eso pensaba, porque de alguna manera él me ha notado. Veo su sonrisa radiante, que automáticamente me dibuja una en el rostro. Sus ojos azules claros resplandecen como diamantes en la oscuridad mientras se acerca, esquivando a los otros invitados.

"Gracias por venir a nuestro evento. Soy Landon, el mejor amigo del homenajeado de hoy, Hayden".

Mi corazón se acelera al confirmarse su relación, complicando mi vida más que nunca.

"¡Qué placer ver a un joven tan educado! Diría que eres hijo de Justin, son casi idénticos", comenta mi padre, examinando a Landon de arriba abajo, visiblemente impresionado por su presencia y modales.

Lo mismo sucede con mi madre; claramente desconocen la fama de Landon.

"Así es", confirma Landon con curiosidad. "¡No tenía idea de que se conocieran!"

Eso nos hace dos. Me pregunto qué más me estaré perdiendo.

"Hemos compartido mucho tiempo. Desde el instituto. No lo he visto en años, pero insistió en que viniera a la fiesta, así que aquí estamos".

Mi expresión de sorpresa era imposible de ocultar.

"¡Estás radiante, Allaya! Este estilo te queda de maravilla". Landon interrumpe mis pensamientos con su halago.

Bajo la vista hacia mis zapatos, tratando de esconder mi rostro encendido. Estoy convencida de que me he sonrojado; siento las mejillas arder.

"Ya nos hemos encontrado antes", aclara, como si pudiera leer la mente de mis padres. "Creo que nos hemos visto al menos tres veces. Adelante, pasen, yo les sigo en un momento, tengo que atender a más invitados".

Siento una punzada de decepción ante sus palabras, que suenan a despedida. Me habría gustado quedarme un poco más; la luz de la luna otorga un encanto especial a todo y hay algo en este lugar que envuelve el ambiente en un halo de misterio, esa sensación etérea, la percibo flotando en el aire.

Es mi primera visita, pero ¿por qué me resulta tan familiar?

Lo único que alcanzo a ver es un parque encantador al frente, pero ¿cómo es posible que sepa que, tras caminar por ese sendero, encontraré un imponente castillo en su corazón?

Quizás sea un juego de la mente, Allaya, vas vestida de princesa, ¿no sería lógico que tu príncipe habitara un castillo?

Despejo la idea de mi mente; ya habrá tiempo para descubrirlo, no tiene sentido preocuparse antes de tiempo. Prefiero guardar energías, la noche apenas comienza y todos mis sentidos están en alerta.

"Por aquí, verán el castillo justo al frente". Al notar que no hemos avanzado ni un ápice, Landon señala el mismo sendero que yo había imaginado llevaba al castillo, y sí, ha mencionado un castillo, ¿cómo es que acerté?

Nos unimos a otros invitados que se dirigen en la misma dirección, mi corazón late con fuerza, embargado por la anticipación y la emoción que me invaden.

Después de un rato, me relajo por completo y comienzo a disfrutar del tranquilo paseo, los imponentes árboles y los hipnóticos jardines florales multicolores. Una suave brisa nos inunda los pulmones con aire puro, y la aparición de unicornios en este escenario no me sorprendería en lo absoluto.

Finalmente, mi mente se serena, dejando de lado por unos instantes el motivo de nuestra visita, embelesada por la vista deslumbrante. No todos los días se presenta la oportunidad de sumergirse en tal magnificencia natural, a menos que seas parte de la familia Hayden, por supuesto.

De repente, mi madre se detiene en seco, como si se hubiera petrificado, dándome un susto de muerte. Sigo su mirada y allí está, ante nosotros, un castillo maravilloso, descomunal e imponente, eclipsando cualquier sitio histórico que haya conocido. Mi mente lucha por asimilar el entorno, y me siento diminuto de repente.

Murallas altas y macizas de piedras grises, cada una de un tamaño y forma distintos, como si provinieran de diferentes eras o mundos. Grandes ventanas simétricas centellean como diamantes bajo el brillo lunar, y el aire se vuelve cada vez más denso para respirar, ¿por qué me resulta este lugar tan familiar?

¿Es esto siquiera real?

Quizás el encuentro con el lobo de hoy me dejó en shock, aunque no fue un ataque propiamente dicho... más bien un encuentro fortuito. Tuvo la oportunidad de acabar con nosotros, pero no lo hizo.

¿O sí?

¿Acaso estoy muerto?

Eso explicaría algunas cosas.

No obstante, el glorioso castillo se yergue ante nosotros, rodeado por su jardín imperial. Mis ojos no dan crédito a que esta arquitectura maravillosa esté a nuestro alcance; ahora comprendo la actitud regia de Hayden.

"¡Mierda!" exclamo sin poder contenerme cuando las imponentes puertas de metal dorado del castillo se abren ante nosotros.

Mi madre me dirige una mirada de reprimenda que dura un instante antes de volver a su actitud deslumbrante, mientras que la figura de mi padre, tan enigmática como de costumbre, no parece impresionada, aunque yo sí lo estoy.

Tan pronto como entramos en el impresionante edificio, comienzo a buscar a Hayden por todo el amplio salón de baile, hasta que mis ojos se fijan en la criatura más perfecta del mundo; me es imposible desviar la mirada.

Su cabello es del color de la miel, que cae en largos bucles, y sus traviesos ojos morados resaltan en su delicado rostro. El vestido azul largo, de corte princesa, realza su figura y las joyas solo hacen resaltar aún más su piel bronceada a la perfección.

De inmediato, me siento inadecuadamente vestida y nada atractiva en comparación con ella.

Ella sonríe, mostrando una hilera de dientes blancos e impecables, mientras se presenta a los invitados: "Hola, soy Arianna. ¡Gracias a todos por compartir este momento tan especial con nosotros esta noche!"

Siento un nudo en el pecho y tengo que hacer uso de todo mi autocontrol para contener las lágrimas que amenazan con brotar. Me invade el impulso de huir como una cobarde, pero resisto, aunque mi corazón y mi alma parecen desmoronarse y las paredes del castillo se derrumban sobre mí.

Ya no puedo mantenerme en pie; mi cuerpo se inclina, el suelo parece girar y necesito aferrarme a algo... o a alguien...

¡Así que ella es Arianna, LA ARIANNA!

Qué ilusa fui al pensar que Hayden siquiera me miraría, ahora que veo a su impresionante novia, me siento como una niña tonta que soñaba con su príncipe.

¿Por qué me lo permití? Desde el primer instante supe que él estaba fuera de mi liga.

El aire se escapa de mis pulmones y olvido cómo respirar al ver a Hayden a su lado, sonriendo con gracia mientras invita a los presentes a tomar champán. Lucen tan espléndidos juntos, como si hubieran sido creados el uno para el otro, seres de otro mundo.

No puedo compartir habitación con ellos, me duele demasiado, no lo soporto. Me disculpo y busco un rincón donde refugiarme toda la noche, o al menos hasta que pueda sostenerme en pie por mí misma.

¿Por qué me afecta tanto?

Casi no lo conozco.

Si subo al segundo piso, la segunda puerta a la derecha es el lugar ideal para reencontrar mi equilibrio.

¿Qué?

¿Cómo es que sé todo esto?

Da igual, voy a comprobar si ese lugar existe.