C9 Capítulo 9 - La pareja

~~~ Hayden ~~~

¡Hijo de puta!

Esa fue la primera idea que me asaltó al despertar esta mañana, en el amanecer de mi vigésimo primer cumpleaños, justo antes de que un torbellino de emociones y necesidades desconocidas me invadiera, hasta ese instante preciso en que todo se aclaró de forma jodidamente evidente.

¿Cómo demonios es posible que Allaya sea mi compañera?

He albergado sospechas desde que la vi por primera vez, pero aún así, ¿cómo demonios ha ocurrido esto?

Existe una regla que lo prohíbe y no es mi posición de Alfa lo que me preocupa, sino que si esta información cae en manos equivocadas, mi compañera correrá un grave peligro. El líder del Consejo aguarda con paciencia la oportunidad para golpear a los míos y a mí.

Podrían incluso matarla, debo ocultarlo como si nuestras vidas dependieran de ello, porque realmente dependen de ello.

Pero no es una tarea nada fácil, el verdadero Alfa debe presentar a su compañera en la Ceremonia Alfa, que se celebrará en un mes y será cuando asuma oficialmente el lugar de mi padre, con miembros del Consejo presentes también.

Qué jodidamente complicado es lo que nos reserva el futuro, mi lobo está inquieto y yo también.

Sin mencionar que mi compañera es la Luna de nuestra manada, una parte esencial, y no quiero ni pensar en que rechacen a una humana común para este rol. Los problemas que podrían surgir de ello serían devastadores, pero no voy a preocuparme por eso a menos que sea imprescindible.

Y como si eso fuera poco, el lazo de emparejamiento es una fuerza de atracción que se irradia por cada poro de tu ser. No es algo que puedas reprimir con facilidad.

Aunque hasta ahora solo había oído historias, jamás imaginé que el deseo de estrecharla entre mis brazos fuera tan abrumadoramente intenso; ella es la mujer a la que veneraré por el resto de mi vida. Amar, proteger y completarme únicamente a su lado, morir si ella muere, pues es el regalo más precioso que la Diosa de la Luna me ha concedido, mi Allaya.

¿Por qué te preocupas tanto? He revisado tus recuerdos, nuestra compañera es perfecta. ¡Que le den al Consejo, nosotros la protegeremos! Maddox, mi lobo, está ansioso por tenerla entre sus brazos, y yo también lo estoy.

Caminamos de un lado a otro en la habitación, casi haciendo hoyos en el suelo, mientras intentamos decidir nuestro siguiente paso.

"¿Y si ella no tiene lobo? ¿Te conformarías con eso?" Reto a la bestia y, por primera vez en el día, se queda en silencio, meditando sobre mis palabras.

"Hay algo especial en ella. No debería haber sentido la conexión de compañeros antes de que cumplieras los 21, pero así fue, y tú también lo sentiste".

Me acaricio la barbilla pensativo; Maddox tiene razón. Desde el principio había algo inusual en ella. No he olvidado esa habitación helada ni sus ojos tornándose púrpura por unos instantes.

"Alfa, ¿puedes salir un momento?" Liam, mi beta de confianza, me contactó telepáticamente y fue raro escuchar su voz en mi mente.

Hasta hoy, mi cumpleaños número 21, solo podía comunicarme mentalmente con miembros de mi familia. Pero desde que mi lobo despertó, todo cambió. Ahora puedo contactar a cualquier miembro de mi manada y de otras manadas, ya que estoy destinado a ser su rey.

"En un minuto", respondí.

¿Qué querrá?

Sea lo que sea, quizás me distraiga de todas estas tonterías.

"Esa chica, Allaya..." comienza, y yo me concentro intensamente en cada palabra que pronuncia. "Me han informado que está invitada a tu fiesta esta noche".

"¿Cómo?" pregunté, desconcertado.

Las palabras se me atoran en la garganta; no sería raro que mi madre invitara al mundo entero a una fiesta.

"No sé mucho más, solo que ella y su familia vendrán".

De repente, mis pensamientos se esfuman de mi mente mientras la bestia toma el control, mis huesos crujen, sobresalen a través de la piel y vuelven a entrar, transformándose en la forma de un lobo.

Por primera vez me he transformado, un lobo inmenso y negro como la noche ha tomado el lugar de mi cuerpo humano. El proceso me ha mareado, algo que me habían advertido una y otra vez; algunos pueden llegar a desmayarse, otros ni siquiera pueden caminar o mantenerse en pie.

La necesidad imperiosa de reclamarla me llenaba por completo, no podía esperar ni un minuto más, la sed de encontrarla me consumía.

"Alfa", dice Liam con tono de sorpresa. "¿Cómo te sientes?" Sus ojos me recorren, es la primera vez que presencia a mi lobo, el lobo de su alfa.

Él es mayor que yo, se transformó hace dos años y lo tomamos a broma durante un mes entero, era tan patoso que se desmayó.

"Perfecto", afirmo, justo antes de liberar a la bestia para que corra libremente, ha estado ansiosa, deseando tomar el control.

Corriendo de un lugar a otro, el viento agitando mi pelaje y el aroma fresco de la naturaleza infunden una sensación de libertad en todo mi ser.

Al fin, al detectar el exquisito aroma de Allaya en el bosque del barrio sur, cerca de su casa, mi lobo se relaja por un instante, hasta que se lanza a correr como si no hubiera un mañana sin ella.

Al verme, ella se desploma, y yo murmuro una sarta de maldiciones contra mí mismo, obviamente mi forma de lobo la ha aterrorizado, ¿cómo pude ser tan malditamente estúpido?

¿Por qué no lo pensé mejor?

El dolor evidente en su rostro nos tortura tanto a Maddox como a mí; ella tiembla de miedo por nuestra insensatez.

La desesperación en sus ojos desencajados provoca que mi lobo se retuerza de dolor, una angustia que solo se ve superada por la furia de ver a Landon arrojarse sobre ella para protegerla.

¿Qué demonios hace él con ella?

¿Cómo es posible que cada vez que la busco, él ya está allí y yo siempre voy un paso por detrás?

Me quedé petrificada al ver la siguiente imagen: Landon tocándole el brazo. Nadie, absolutamente nadie aparte de mí debería tocarla, porque ella es mía, únicamente mía.

Lo que hizo después solo intensificó mi necesidad compulsiva de hacerlo pedazos. Se levantó y me plantó cara, defendiéndolo.

La ira me invadía en oleadas, sacudiendo cada hueso de mi cuerpo; apenas lograba contenerla. Gruñendo de dolor y frustración, abandoné el bosque corriendo como si me jugara la vida, consumido por la urgencia de liberar la presión que me devoraba por dentro.

No pasó mucho tiempo antes de que me agotara. Solo me detuve cuando había gastado hasta la última gota de energía y sentí que no podía dar ni un paso más; solo entonces regresé a casa para descansar y prepararme para la fiesta.

Pensándolo bien, una parte de mí se siente orgullosa de que ella tuviera el coraje de enfrentarse a un lobo, y aunque me cueste admitirlo, la actitud protectora de Landon en su forma humana también fue audaz. No pensé que tuviera esa capacidad y realmente espero que no albergue otros sentimientos hacia ella, porque eso desencadenaría una guerra entre nosotros. Por ahora, aparto ese pensamiento de mi mente.

"¡Esta noche no se nos escapará!", afirma Maddox con convicción y yo no podría estar más de acuerdo.