C4 El Alfa y su esclavo
Daciana permanecía inmóvil, abrazándose a sí misma mientras las lágrimas se deslizaban libremente por su rostro.
Aún desnuda, solo las gruesas sábanas la resguardaban de las miradas impúdicas de las paredes en la habitación donde estaba retenida.
Alpha Connor la había dejado sola después de infligirle un dolor inmenso.
Se preguntaba cómo sería capaz de soportar aquello por más tiempo