C23 Su dulce tortura
Le miré y le vi murmurar algo en voz baja mientras empezaba a desabrocharse la camisa sin dejar de mirarme directamente a los ojos.
¿Qué está haciendo? ¡Jesús! Tragué saliva cuando se quitó la camisa y la tiró al suelo, dejando a la vista su pecho duro y tonificado.
Deja de mirarle, me grité pero no podía apartar los ojos, era como si estuviera hipnotizada