C4 Capítulo 4

Corría y corría hasta que alcancé el pueblo. Me cambié detrás de un árbol, pero en lugar de quedarme desnuda, aparecí con un sencillo vestido blanco.

"Ummm... Winter, ¿qué onda con el vestido?" pregunté, perpleja.

"Pues... eres una loba blanca. Cada vez que te transformas, el vestido aparece contigo". ¡Bueno, al menos no estoy desnuda, eso es un plus!

Paso 3: Retiro de dinero.

Entré al banco del pueblo. "¿Cómo puedo ayudarla, señorita?" me preguntó el cajero.

'Deseo retirar todo el dinero de la cuenta bancaria de Crystal Winters', escribí en un papel.

El cajero miró la nota con confusión.

'Soy muda', añadí. Asintió con comprensión.

"¿Tiene algún parentesco?" preguntó mientras buscaba algo en el sistema.

'Era mi madre', escribí.

"¡Ah! De acuerdo. Por favor, rellene estos formularios y enseguida le atiendo".

Me tomó treinta minutos finalmente retirar el dinero. Estaba en la mochila que acababa de comprar. Exactamente 2,78 millones de euros. Opté por euros en lugar de dólares ya que planeaba dejar este continente maldito.

Paso 4: Recogida.

Me quedaban unos veinte minutos antes de que empezaran a buscarme. Necesitaba moverme rápido. Afortunadamente, podía hacerlo. Saqué el permiso de conducir hace unas semanas. También compré un coche cuando comencé a trazar este plan. Ellos esperan que huya corriendo en forma de lobo por el bosque hasta caer exhausta. Así que haré justo lo contrario: conducir hasta que no pueda más.

Encontré mi joya en el garaje donde lo había dejado. Era un Audi Q7 blanco. Yo quería uno negro, pero Winter insistió en que fuera blanco, como su pelaje. El coche estaba completamente equipado: maletas con ropa, comida, mantas, una almohada para cuando necesitara dormir y, lo más importante, aperitivos. Encendí el motor y arranqué.

Reservé un vuelo a Inglaterra y logré que un antiguo amigo militar de mi madre transportara mi coche en un avión de guerra hasta el aeropuerto. ¿Genial, verdad? No elegí el aeropuerto más cercano, no; decidí conducir hasta Arizona para utilizar su aeródromo. El trayecto me llevó dos días.

Localicé a Zhang, el compañero de armas de mi madre, le entregué una nota que decía "Nos vemos allí" junto con las llaves. La leyó, asintió con la cabeza y se alejó.

Paso 5: Refugiarse en Inglaterra.

Subí al avión hacia Inglaterra. El cansancio me venció y dormí durante todo el vuelo. Al desembarcar y pasar el control, vi a Zhang, quien me devolvió las llaves antes de despedirse. Encontré mi coche, me instalé al volante y emprendí la marcha hacia una nueva vida.

Conduje durante horas hasta que llegué a un pequeño pueblo. A los pocos minutos de entrar, encontré un encantador diner llamado "Danny's". Aparqué, salí del coche, entré al local y me acomodé en una cabina junto a la ventana. Una camarera se acercó.

"Hola, soy Jenny. ¿Qué te gustaría pedir hoy?"

Jenny tenía el pelo rubio corto y ojos grises. Vestía una camiseta azul oscuro con el nombre de Danny's en letras rojas y una minifalda vaquera.

Paso 6: Integrarse.

"Quiero un café. Solo. Y quisiera hablar con el gerente para solicitar un empleo. Por cierto, mi nombre es Gemma", escribí en una servilleta.

Ella observó la nota con confusión. "Soy muda", añadí en la servilleta. Asintió y se retiró.

A pesar de tener dinero, preferí no gastarlo en exceso para no levantar sospechas. Al fin y al cabo, era la nueva en el lugar y no quería que se notara que compraba un montón de cosas sin tener una fuente de ingresos aparente. Minutos después, regresó con mi café. Tras dar algunos sorbos, un hombre se sentó frente a mí. Sus ojos eran verdes, tenía el cabello rojizo y barba, y su constitución era imponente, como la de un leñador.

"Hola, me llamo Patrick. Jenny me comentó que estás buscando trabajo". Asentí. Su acento irlandés era pronunciado.

"Lo siento, jovencita. Ya no tenemos vacantes para camareras, estamos al completo", explicó.

No busco ser camarera, sino chef. Se me da bastante bien. Escribí.

Reflexionó por un instante. "Vaya, sí que necesitamos otro chef. Las horas punta del almuerzo son demasiado para nuestra chef actual, que es mi esposa", se acarició la barba pensativo. "Me parece que podrías encajar aquí. ¿Qué horarios podrías cubrir, jovencita?"

Puedo trabajar de 7:00 a.m. a 10:00 p.m. de lunes a viernes, y de 9:00 a.m. a 6:00 p.m. los sábados y domingos, si te parece bien. Él asintió.

"Comienzas mañana. Hasta entonces". Se alejó y yo hice un baile de celebración en mi silla. Por fin las cosas empezaban a tomar un rumbo positivo para mí.

Paso 7: (el paso final) Independencia.

Terminé mi café, dejé el dinero y una propina para Jenny en la mesa. Subí al coche y recorrí el pequeño pueblo. Encontré un edificio de apartamentos donde logré alquilar una habitación. Con unos cuantos detalles femeninos se convirtió en mi dulce hogar. Compré algunos muebles de segunda mano. El lugar tenía un aspecto acogedor.

Esa noche me dormí sonriendo. Era libre y había conseguido mi primer apartamento.