Tu amor devuelta/C100 Capítulo 100 Patri
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C100 Capítulo 100 Patri

El sexo con Ayden, es como con ninguno, la mezcla de nuestros sentimientos con nuestro morbo es explosiva, él sabe lo que yo necesito y yo sé lo que él necesita y nos lo damos. Con él tengo un orgasmo de tras de otro y cuando estoy a punto del tercero el para, por más que le pido que no haga eso él vuelve a parar, es frustante, y él sonríe y solo pide que todo sea como antes, y yo se lo digo solamente para llegar al orgasmo que está a punto de explotar.

Nos quedamos los dos sin aliento, Él se queda acostado encima mía recobrando un poco el suyo, y cuando vuelve a besarme yo giro la cara.

- Te dije que sí, que todo sería igual solo porque necesitaba llegar, es injusto que me quieras castigar con eso, solo porque te he pedido El divorcio.

Él se aparta enfadado, se sube el pantalón y se sienta en su asiento.

- ¿Es enserio? Cada día me sorprende más la mujer con la que estoy casado. ¿Si aún me quieres porque te empeñas?

Pero yo no le contesto a esa pregunta.

- Deberíamos volver a casa, mi madre trabajo a noche y estará cansada.

- No pienso darte el divorcio, y haré que tu tampoco lo quieras.

- Juegas con el sexo, juegas con mis ganas, sabes muy bien que los embarazos siempre estoy más cachonda de lo normal, y juegas con ello, si Ayden obvio que aún te quiero, obvio que aún tengo ganas de que me hagas tuya, pero eso no significa que pueda olvidar, porque recuerdo que antes de lo que acabamos de hacer en el coche te llamo tu amante.

- Nunca ha sido mi amante, porque te empeñas en eso tu misma la escuchaste cuando decía a tu genicologa que nunca nos habíamos ni besado, acabas de escucharla decir que no le contesto, porque la tengo bloqueada.

- Volvamos a casa.

Él arranca el coche y como predije nos cuesta salir, pero este no es el coche de mi madre y conseguimos, aunque cuesta un poco.

- ¿Tomé la pastilla de los vómitos?

- Si, antes de almorzar, ¿te encuentras mal?

- Un poco será por el meneo que le metimos a Alexander.

Abro un poco la ventanilla y con el aire fresco me empiezo a encontrar mejor.

Esa noche vuelvo a acomodarme en su pecho, sé que duermo mejor y aunque él está enfadado, me abraza y me acaricia la espalda.

Volamos de vuelta, voy enfadada, esto no es lo que yo quería y aunque mi madre me prometió venir en Navidad, mi idea no era volver.

- ¿Tu también vuelves a casa papá? - Le pregunta Patricia.

- Claro, volvemos a casa todos. - Le contesta Ayden.

- ¿Ya no se van a divorciar?

- Claro que no, no pienses eso, aunque mama se enfade conmigo, nunca nos divorciaremos.

Yo miro a Ayden, Patricia sonríe con esa contestación.

Me levanto de mi sitio, le miro enfadada.

- ¿Puedes venir?

Él se levanta y nos metemos en la habitación del avión.

- Los niños están fuera. - dice burlón.

- Lo sé, y no vamos a utilizar esta habitación con ese fin, porque prometes cosas a los niños, sabes que te he pedido El divorcio y sabes que ya he metido los papeles para ello, te lo dije Ayden, te dije que no podía olvidarlo, entiéndelo, no prometas a tu hija, la cual intento sacar de una depresión, que nunca nos vamos a divorciar, porque no se cuanto tardará pero va a pasar.

El me acorrala contra la pared, su cercanía me encanta y él lo sabe, me pone nerviosa, evito sus besos porque sé que con ellos él me gana, giro la cara y me besa el cuello, mi cuerpo estremece.

- Cuando esto deje de pasar, cuando dejes de estremecer con mi contacto, cuando te dejes de humedecer solo con pensar en cómo puedo empotrar contra esta puerta - dice mientras mete su mano dentro de mí pantalón - cuando esto deje de pasar cariño entonces yo firmaré el divorcio, pero tu sabes tanto como yo que no podemos vivir uno sin el otro.

- Ayden, entiende, ya nunca nuestra relación será como antes, yo nunca podré confiar en que un día que tu llegues tarde, es porque estás con otra, que cada vez que tu teléfono suene es porque te llama ella... y eso nos dejaría peor, terminaríamos muy mal, y prefiero que haiga contacto entre los dos por los hijos que tenemos en común, entiéndelo.

Y antes de lanzarme a su boca abro la puerta y salgo de la habitación.

Patricia me mira y se preocupa.

- ¿Estás bien mama? Estás súper roja.

- Nada en la habitación hace mucho calor.

Ayden se queda apoyado y se ríe.

Volvemos a la rutina, recogemos a Chloe me abraza fuerte.

- Mamá. Te hechaba de menos.

- Cariño, siempre estaré para ti lo sabes.

- Volvemos a casa. - Le dice Ayden.

- ¿Ya no hay divorcio? - pregunta Chloe sonriendo.

- No. - contesta rápido Ayden.

Ayden sabe que delante de los niños no quiero hablar de este tema, pero le está creando ilusiones.

- Si lo habrá, tu padre está empeñado en tapar el sol con un dedo, y eso no se puede.

- Oye chicos hace muchísimo que no hacemos las tres P, que tal si la hacemos esta noche. - Dice ignorando lo que yo dije.

- No, no hay tres P, volvimos porque Patricia tiene colegio, y tu insistes en que no puede faltar, si el fin de semana aún no te has convencido de lo que hemos hablado, lo haremos el viernes.

- Jo mami. - Se enfada Marie - eres una aburrida.

Volvemos a casa, enciendo el móvil del trabajo y tengo muchas llamadas de Lucie.

Decido ir esa tarde a las oficinas y para rematar eso también es una discusión con Ayden.

- ¿A donde vas? - pregunta cuando me ve cogiendo la llaves del coche.

- A la oficina, tengo trabajo, me pagas para trabajar.

- No vas a ir a trabajar, estás de baja.

- ¿De baja? - Río sarcástica - no te confundas, dije que cuidaría mi comida, que comería a mis horas y que me tomaria todas mis pastillas, pero no que no iría a trabajar, me has exigido que volviera y aquí me tienes, pero voy a ir a trabajar.

- Pues vamos los dos.

Me quita la llave de la mano y se dirige al coche.

- ¿Va a ser así Ayden? ¿Ahora me vas a controlar más que antes? Porque te digo una cosa no voy a soportar que me agobies, que no me dejes salir...

- ¡Ey! No te he prohibido salir, y si te agobias tienes una habitación para ti para que desconectes, solamente que yo también tengo que ir a la oficina y podemos ir juntos.

- Mañana cojo mi coche.

- Perfecto, pero no te escapes de Damien y Jonas.

- No podré prometerlo.

Llegamos a la oficina juntos, como no todos nos miran y cuchichean, soy la mujer cornuda del jefe. Bajo en mi planta y Ayden también.

- Su planta está tres piso más arriba. - Le digo enfadada.

- Lo sé.

Cuando Lucie nos ve nos saluda y Ayden en su tono autoritario le suelta.

- Lucie, dentro de media hora la señora Williams tiene que merendar, yo pienso que estaré aquí, pero si no te encargo que lo haga, ¡Ah! Y recuerdale que tiene que tomarse la pastilla, y si sale por esa puerta sin que antes me llames estas despedida.

- Ayden. - Le grito enfadada. - No me trates como una cría, no te pases.

Ayden me mete a mi oficina.

- Haber, sé que se te olvida, todo lo que le he dicho a Lucie se te olvida sin que te des cuenta, y aunque tengo pensado llevarte yo a merendar, necesito que alguien vigile que lo hagas por si te olvidas o yo no puedo.

- No lo vuelvas a hacer, ya soy mayorcita, me llamas, me pides que ponga una alarma, pero decirle a una empleada que se encargue de ello no, no necesito niñera.

- Vale, perdóname, tienes razón.

Me da un beso en mi frente y se vá.

Los días siguientes voy en mi coche, aunque Ayden sigue muy encima mía por el tema comida y medicación, pero no me tiene tan agobiada, lo peor son las noches, evito a Ayden que por más que le digo que no duerma en mi cama, hace caso omiso, y todas las noches terminamos haciéndo el amor.

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