C101 Capítulo 101 Ayden

Tiene razón ya no es una niña, y aunque sabe que se le olvida, es consciente de ello, prefiere que la llame yo.

Esta primera noche aquí en Paris se enfada conmigo porque no quiere dormir en la misma cama.

- Pues yo no me voy, es nuestra cama. - Le digo.

Ella se enfada y se va de la habitación, no me creo que sea capas de hacerlo, prefiere dormir incomoda o no dormir que dormir a mi lado como venía haciéndolo.

Una hora después la puerta se abre.

- Ven a la cama. - Le digo serio.

Ella ni reclama, se acomoda en mi pecho, le doy un beso en su cabeza.

- Esto no significa nada. - Me dice seria.

Busco sus labios que ella ya no me quiere dar.

Voy a por su cuello.

- Ayer dejamos algo a medias y me gustaría terminarlo. - Le susurro al oído.

Le doy un pequeño mordisco en su oreja, ella se estremece, me encanta sé que le está gustando.

Vuelvo a su boca, y le hablo muy cerca de ella.

- ¿Puedo?

Ella me mira seria, se muerde el labio y ese gesto me pone muchísimo, no espero su contestación me apodero de su boca y ella de la mía.

Cojo un consolador de la mesita de noche y su mando, le quito la camiseta, y su sujetador, ella tira de mi camiseta para quitarmela y me sonríe. Me besa mi torso, el contacto de sus labios contra mi piel, se siente delicioso, sus suaves labios me besan todo el cuerpo, me deja un pequeño mordisco cerca de mi pecho que me pone más aún.

Le quito el pantalón del pijama y su tanga paso mi lengua por su clítoris, ella gime, pongo una almohada bajo sus caderas, cojo el consolador y se lo meto en su vagina, le doy la velocidad más pequeña, no quiero que llegue tan rápido, vuelvo a su clítoris, ella no deja de gemir su respiración está acelerada.

Cojo el lubricante y hecho bastante cantidad, introduzco un dedo en su culo, vuelvo a pasar mi lengua por su clítoris ya hinchado. Subo hasta su oido

- No te corras tan rápido. - Le susurro.

- Estoy a punto. - me dice ella.

Le beso los labios pero ella me agarra del cuello y no me suelta la boca, termina por llegar su primer orgasmo.

- Eres pura lujuria, cada día me pones más.

- Dejame un momento. - dice con el poco aliento que le queda y sonriendo.

Vuelvo a besarla.

- Tómate tu tiempo.

No le quito el consolador, y en nada vuelve a jadear, y asiente para que yo siga. Me voy a por sus pechos les doy su tiempo, sus pezones están bastantes duros igual que mi polla, le subo un poco al consolador, y ella jadea, vuelvo a introducir un dedo en su culo y como ella jadea le introduzco otro. Con la otra mano me pongo bastante lubricante ayer le dolió y hoy quiero que lo disfrute.

Saco mis dedos y subí a su oido.

- Si te duele me dices.

Ella asiente y le beso en la boca, me preparo para meterme en su culo, subo la potencia al consolador, ella gime.

Introduzco un poco mi polla, ella abre los ojos, siempre lo hace aún esta bastante estrecha, le gusta, pero normalmente lo evita y las pocas veces que me ha dejado siempre le ha costado.

Asiente y se que me da permiso para que yo siga, le subo un poco más al consolador y introduzco unos centímetros más, ella vuelve a cerrar los ojos.

- Abre los ojos. - Le susurro.

Ella los abre, sus pupilas están dilatadas y se que es por el placer, entonces termino de entrar en ella, da un grito.

- ¿Estás bien?

- Si, todo bien. - jadea.

Empiezo a moverme, subo a toda potencia el consolador, y ella gime, aprieta sus uñas contra mis muslos, y ese dolor es placentero, ella lo disfruta y yo también, me muevo con velocidad y de su garganta empiezan a salir los gemidos de su orgasmo, mientras me clava sus uñas, yo termino por correr me en su culo, y caigo a su lado cogiendo aliento.

Ella saca el consolador y lo apaga, me mira seria.

- Este ha sido el último. - Dice ella.

- Lo dudo, tu eres una tentación para mi, y mientras pueda todas las noches saciaré tu sed.

La abrazo y la acomodo en mi pecho aún desnudo, ella sigue desnuda y terminamos por quedarnos dormidos los dos.

Las siguientes noches, vuelvo a buscarla y ella vuelve a caer.

Durante el dia le doy su espacio, y estos días no se ha escapado de Damien y Jonas, el viernes recibo la llamada que se ha escapado, la llamo.

- Patri...

- Necesito estar sola Ayden. - Dice entre lágrimas.

- Pues ve a casa y quédate sola allí.

- En casa me ahogo, necesito aire.

- ¿Qué pasa?

Ella se queda callada un rato.

- Cariño, ¿que pasa?

- ¿Puedes venir? Estoy en el parque, que solíamos ir con los niños juntos.

- Tengo una reunión, ven tu, vente aquí a la oficina, prometo estar fuera de la reunión cuando llegues.

Aviso a Damien y Jonas donde está y cinco minutos después dicen que ya van tras su coche.

Me meto a la reunión que solo tarda diez minutos y se que del parque aquí son por lo menos veinte.

Al llegar a mi oficina me encuentro a Sylvie allí, ahora no es lo que necesito, Patri ha vuelto a ser la misma, y si la ve se va a enfadar.

- Llama a seguridad y que la hechen de esta oficina, y tiene la entrada prohibida aún no se como la dejan pasar.

- Si no me atiendes mañana volveré a venir.

Me he dado cuenta de lo loca que está y mis empleados se quedan mirando. La paso a la oficina.

- Tienes cinco minutos. Y ya sé te han ido dos.

- ¿Has hablado con tu ex?

- No, en primer lugar no es mi ex es mi mujer, en segundo lugar, no tengo nada que hablar con ella.

- Me ha puesto una queja en la clínica...

- Ella no ha sido, he sido yo, has entrado en la habitación de mi hija, la has puesto nerviosa con tus mentiras....

Entonces Patri entra en la oficina, ni siquiera la mira viene corriendo y me abraza, sigue llorando.

- Dile que se vaya. - me susurra.

- Ya has escuchado a mi mujer, lárgate ya, no vuelvas por aquí, la próxima será denunciarte a la policía, y ten lo claro si te vuelvo a ver cerca de mi familia, no encontraras trabajo en tu vida en Paris.