C102 Capítulo 102 Patri

Mi abogado me ha llamado en una semana tengo los papeles del divorcio, y ahora ya no se lo que quiero.

Llamo a Alex necesito hablar con ella, dejo los niños en el colegio y me siento en el coche.

- Patri, ¿como estás? Me ha dicho tu madre que volviste a París.

- Ayden rompió el documento, tuve que volver, pero...

- ¿Y que piensas hacer?

- Por eso te llamo, estoy en un mar de dudas, llevamos desde que volví de Barcelona, que parece que estamos de luna de miel, por más que lo evito, no puedo y él juega con ventaja. Me acaba de llamar el abogado, en unas semanas tendríamos los papeles, aunque esto aún tardaría un poco por el tema de la custodia y que Ayden no lo aceptaría.

- Patri, ¿Tu quieres el divorcio?

- No... Es que no lo sé. Y si vuelve a dejarme...

- Tu tienes la respuesta, no quieres dejarlo. Habla con él.

- Ya, eso tendré que hacer.

- Oye, ¿te has enterado?

- ¿De qué?

- Han encontrado el coche de Pablo, al parecer se tiro por un barranco en Barcelona, no saben si fue un accidente o un suicidió.

- ¿Qué?

Le cuelgo el teléfono, empiezo a conducir sin rumbo y termino escapandome otra vez de Damien y Jonas ahora mismo necesito estar sola.

Ayden me llama, se preocupa y me pide que vaya, y pienso que es lo mejor, lo necesito y eso lo sé.

Llego a la oficina subo hasta su planta y su secretaria intenta pararme.

- ¿Sigue en la reunión?

- No, una señorita vino a verla.

Y puedo imaginárme quién es, pero ahora mismo no me importa, desde antes de abrir la puerta escucho a Ayden hablándole mal. Abro la puerta y me voy donde está él, le abrazo pego mi oído a su pecho, los latidos de su corazón me tranquilizan, pido que la heche y él no duda en hacerlo, además de amenazarla con denunciarla.

- ¿Qué ha pasado?

- Han encontrado a Pablo.

Ayden me abraza más fuerte.

- Dicen que fue un accidente o un suicidio, tu y yo sabemos que no es así, me siento fatal.

- Venga tranquila, no queremos ir al hospital por un ataque de pánico, piensa que ahora estarás más tranquila.

Pero él nota que no es solo eso...

- Pasa algo más.

Yo bajo la cabeza.

- Me ha llamado mi abogado.

Su teléfono suena, él pide que me espere.

Y cuando me mira sé que es él suyo.

- ¿Has seguido adelante con el divorcio? - dice enfadado.

- Te lo estaba contando cuando te llamaron. Deberíamos hablar antes, pienso que...

- Vale, esta noche los niños se quedan con mi madre, vamos a cenar y lo hablamos. - sigue enfadado.

Y yo que ya no estoy tan segura, me acerco a él.

- Ya no estoy tan segura... Solo hablemos.

El asiente, parece seguir enfadado.

- Cariño, olvida lo de Pablo. - dice más suave.

Me acerco a su boca, llevo tiempo evitando darle un beso, solo se los he dado en la cama.

- Gracias. - y le doy un pequeño beso en sus gruesos labios.

El me agarra por la cintura y mete su lengua en mi boca, me besa, con esos besos sabor a menta desesperados que tanto me gusta.

- Te follaria aquí mismo.

Yo sonrío.

- Señor Williams no entretenga al personal. - Sonrío y me voy de su oficina.

Al llegar a la mía pido a Lucie que llame a Mario necesito hablar con Él.

- Patri, dice el señor Donaire que viene esta tarde a las cinco. - me dice Lucie antes de irme.

Es la hora de la comida y que Ayden no haya bajado me sorprende así que subo yo a buscarlo.

- Señora Williams, el señor está en una reunión, me pidió que le dijera que esperara que no tardaría mucho.

Pasa media hora y Ayden sigue sin salir, su secretaria salió a comer y yo harta de esperar y hambrienta, entro a su oficina.

La psicóloga masajista, es la última que esperaba verme, pero yo misma la llame en su día.

- Ayden, tengo hambre, ¿vas a tardar?

En un principio veo como su cara muestra preocupación.

- No, ya iba a salir. - Me contesta nervioso.

- ¿Porque te pones nervioso?

Él niega estar nervioso pero se lo noto, hasta parece temblar.

Su psicóloga masajista se va, y nosotros también.

- ¿Pasaba algo? Hasta temblabas, ¿porque te pusiste tan nervioso?

- Pensé que te enfadarías por verla...

- Te recuerdo que yo la llamé cuando te intentaste... - no termino ni la frase.

- Es verdad, y se supone que tengo que verla una vez en semana por eso que intente hacer, fue un error.

- Solo recuerda que igual que tú para mi, yo estoy por si necesitas hablar.

Terminamos de almorzar y volvemos a la oficina a las cinco llega Donaire.

Le abrazo.

- ¿Qué pasa Ternura?

- Cuéntame tu, porque he tenido noticias de España, y me encuentro fatal.

- Ternura, yo no sé de qué me hablas, simplemente que a mi Ternura no la toca nadie, y él que se atreve recibe su merecido. Venga, solo tienes que ser feliz.

- Gracias.

Vuelvo a abrazarlo y Ayden entra en mi oficina.

- ¿Qué pasa aquí? - dice enfadado.

- Tranquilo Williams, es una pena, pero esta mujer te quiere a ti.

Él se va y Ayden me sigue mirando enfadado.

- ¿Vas a seguir con esa cara? Tenía que hablar con él lo que tu ya sabes.

- Podrías avisarme...

- Igual que tú me avisas de la visita de tu amante. - Le grito.

Yo le grito, él me grita. Volvemos a discutir eso se nos da bienísimo, cojo el coche y me voy.

Había durado demasiado, nuestra luna de miel, ha sido solo un espejismo.

Voy para casa hoy no hay niños, íbamos a cenar, pero con nuestra discusión yo ya no tengo ganas.

Me meto a la ducha, me quedo un buen rato bajo el agua, y cuando me doy la vuelta Ayden está apoyado en el marco de la puerta .

- Vete Ayden.

Pero como siempre hace lo que le apetece, se empieza a desnudar y se mete conmigo en la ducha.

Me abraza. Me da un pequeño mordisco en mi oreja.

- Lo siento cariño. - me susurra.

Y yo sé que también me he pasado.

- Lo siento yo también.

Me levanta en brazos.

- Estas semanas te ha crecido la barriga. - Vuelve a susurrar.

Se apodera de mi boca, me apoya en la pared, yo me agarro a su cuello.

- Quisiera hacértelo aquí, pero tu barriga ha crecido estas semanas, y nos va a ser complicado.

- Lo sé.

Salgo de la ducha y me pongo un pijama, no tengo ganas de salir a la cena y además me encuentro cansada.

Ayden desde que me ve me dice que me vista que salimos a cenar.

- Estoy cansada, no me apetece.

- Vamos, nos hace falta hacer algo solos, y tenemos que hablar.

- Podemos hacerlo en casa...

Pero él me mira y vuelve a pedirme qué salgamos y yo termino cediendo.

Cuando voy bajando veo como Chloe va entrando.

- ¿Chloe que haces aquí?

- Mamá, que guapa.

- Gracias, no te ibas a quedar en casa abuela.

Ayden también sale del despacho.

- Que Guapo papa. ¿Iban a salir? - Pregunta sorprendida.

- Si, vamos a cenar. ¿Tu que haces aquí?

- ¿No habíamos quedado que hoy haríamos las tres P en familia?

- ¿No avisaste a Chloe? - digo enfadada.

- Se me olvidó por completo.

Chloe se viene a cenar con nosotros, los recuerdos de cuando era pequeña y cenábamos los tres vienen a mi cabeza, sonreímos y volvemos a ser la familia que éramos hace unos meses.