C17 Capítulo 17 Patri

Me quedo sola en la cocina, empiezo a recoger un poco, hoy ha sido un día demasiado estresante para mí, no se como hacer para dejar a Ayden entrar en mi vida, es lo que quiero, pero aún me cuesta confiar, y sé que él me demuestra todos los días que puedo hacerlo, pero tengo miedo a que cuando le cuente todo lo que me ha hecho Pablo, me tenga asco, porque eso es lo que siento por mi misma.

Una hora después tengo la cocina limpia, subo al piso de arriba y escucho a Chloe gritar, abro su puerta y está teniendo una pesadilla.

Entonces le acarició el pelo y le canto una canción.

- Duermete mi niña, duérmete mi amor,

Duérmete pedazo de mi corazón.

Me recuesto con ella y despues de varias veces la pequeña se tranquiliza y yo me quedo dormida con ella.

Me despierto con la puerta abriéndose, le doy un beso en su cabeza, y salgo.

- Chloe tiene terrores nocturnos, ¿Lo sabías?

- No, ¿por eso estabas ahí?

- Si, iba subiendo y la escuché gritar y al abrir la puerta estaba teniendo una pesadilla, me quedé dormida.

- Venga vamos ala cama son las tres de la mañana.

- ¿Y me extrañabas? - me burlo.

Entonces me abraza, me da un beso en el cuello, y si tiene ese mismo efecto que en nuestros sueños, y se que él lo nota, juega con eso.

- Siempre te extraño.

Al cerrar la puerta de la habitación yo vuelvo a estar nerviosa, me encanta todo lo que él me hace, pero aún no puedo parar mis nervios.

- Voy a ponerme el pijama. - Le digo.

Él me agarra de la mano, y tira de mí, y al mirar sus labios tengo tantas ganas de besarle, me encanta sus besos sabor a menta, me encanta él, nos miramos fijamente a los ojos, Ayden me quita la camiseta, no hay palabras, solo miradas y roces.

- Sigues poniéndote muy nerviosa cariño. - me dice él.

- Lo sé. Pero... pero quiero que sigas.

Él sonríe, pone esa sonrisa que tanto me gusta, pasa sus dedos por mi columna vertebral, desde el cuello hasta llegar a mi culo. Se separa de mí me quedo extrañada.

- No seguiré, sigues poniéndote muy nerviosa y quiero que estés tranquila, tiemblas, tengo miedo a que te me caigas, venga cámbiate y ven a la cama.

Me acerco a Él, le doy un beso que él no esperaba.

- Ya te dije que mis temblores contigo, no son por miedo.

- Patri, me encanta hacerte el amor, me encanta el sexo contigo, contigo siento cosas que no he sentido con ninguna otra, pero por más que me digas que tus temblores no son por miedo, yo sé que si, Cariño noto cuando es por placer, noto cuando tus piernas tiembla pero por el placer, las ganas que tienes de que me entierre en ti y incluso cuando vas a llegar al orgasmo, sé que disfrutas conmigo, lo sé, pero porque este miedo al principio, ¿te he hecho algo que no te gusta? Porque tengo la confianza suficiente para que me digas no me hagas esto.

Entonces me armo de valor, Él me demuestra cada día que es bueno, me trata bien, me cuida.

- Me encanta cuando me tocas, me encanta, cuando me susurras al oído, me encanta tus besos sabor a menta, y me gusto muchísimo lo que me hiciste el otro día, grite porque me asusté, y me dio vergüenza a decirte que seguieras cuando sacaste los dedos de ahí, me da vergüenza decirte las cosas me da vergüenza que me veas con la luz encendida, tiemblo y no por el miedo a que me hagas algo a que no me guste, porque todo lo que me haz hecho me ha encantado, solo quiero que lo hagas sin pensarlo que me levantes me apoyes contra esa pared y te entierres en mi con esa fuerza que tienes. ¿He sido clara? Porque Ayden no se si podre volver a decírtelo.

Entonces sonríe, me quita el pantalón me levanta en sus brazos y me besa, sus besos son desesperados igual que los míos, entonces da un tirón de mi tanga, pasa un dedo por mi vagina y me susurra.

- Es que me encanta, por más que tiembles siempre estás preparada.

Sonrío, y el vuelve a adueñarse de mi boca y entra en mi de una sola estocada, grito, como siempre no estoy preparada para el tamaño y el grosor.

- No pares. - Le susurro.

Ayden se mueve con facilidad y cuando noto que estoy llegando sale de mí.

- Porqué paras ahora.

- Quiero llevarte a la cama. ¿Confías en mí? - asiento - ponte de rodillas, apoya tus codos en la cama y tu cabeza.

Vuelvo a temblar.

- No voy a hacer nada, si a ti no te gusta me dices y paro.

- Es que yo nunca...

- Lo sé, tendré mucho cuidado, y cariño confío en que si no quieres seguir me lo vayas a decir.

Entonces asiento, hago lo que él me pide, él se acerca a su mesita de noche y coge algo.

Vuelve a acariciarme la espalda, me da pequeños besos sobre ella, y mete su dedo en mi vagina, sé que estoy bastante mojada, y él sonríe, vuelve a enterrarse en mí siento su pene abrir camino, lo hace despacio, hasta que siento algo frío en mi ano, aunque él no deja de moverse, yo empiezo a temblar y tiro de la confianza que él ha depositado en mi.

- Ayden, podemos dejar esa parte para otro día.

- Solo cuando tu estés lista.

Entonces olvida mi culo, empieza a moverse en esta posición lo siento muchísimo más dentro, en la habitación solo se escuchan mis gemidos y el choque de su cadera contra mi culo, y sé que estoy llegando entonces el introduce un dedo en mi culo y esa sensación me gusta muchísimo.

- ¿Lo quito?

Niego con al cabeza, siento su sonrisa, me da varias embestidas más y siento que introduce otro, esta vez no siento el dolor de la primera vez, noto que mi orgasmo se acerca, intento no gritar pero el placer es tal que grito con el orgasmo.

- ¿Puedo seguir?

Asiento, y entonces sale de mi vagina y siento la presión en mi culo.

- Ayden...

Y no hace falta más, el me da la vuelta se introduce otra vez en mí. Y con unas cuantas embestidas más llega él.

Cae sobre mi pecho, nuestras respiraciones están agitadas aún, él esta sudando, yo también.

- No lo iba a hacer solo quería saber si empezabas a tener confianza en mí. Esa zona hay que prepararla bien y tu serás la que me pida que lo haga.

- Gracias.

Le doy un beso y nos quedamos dormidos abrazados.