C23 Capítulo 23 Patri

Odio este tipo de fiestas, me aburro muchísimo, Ayden tiene que atender a muchísima gente y yo estoy aburrida y encima no puedo ni tomarme una copa.

De vez en cuando me mira y me saluda con una sonrisa como para pedirme disculpas, y sé que cada vez que intenta acercarse alguien lo vuelve a frenar. Entonces siento que alguien me toca el hombro.

- ¿Ternura, que haces aquí?

- Petra, con mi novio vine, nunca me ha gustado estas galas, solo nos traen para presumir. ¿Y tu que haces aquí?

- Charles Lingot, he venido acompañando ya sabes.

Entonces escucho alguien hablando detrás mía.

- ¿No me digas que ternura ha vuelto?

- Charles, sabes que ternura se ha retirado hace más de dos años.

Entonces siento a Ayden agarrarme por la cintura.

Empieza a hacer preguntas que no quiero dar respuestas.

- Cariño, me encuentro demasiado cansada deberíamos irnos ya. - hago que estoy agotadísima.

- Si vamos.

- Williams, felicidades es una chica maravillosa.

Este Lingot que no se sabe callar Ayden le hecha una mirada asesina yo me despido de Petra con un abrazo.

- Nos vemos en Madrid. - me dice ella.

- Claro. - Le sonrío.

Y no se como evitar esta conversación, el silencio en el coche es incomodo y se que Ayden tiene muchas preguntas.

Noto que quiere preguntarme pero no sabe como hacerlo.

- Te contestaré a dos preguntas, hazlas. - Le digo seca.

- Sabes que esa chica es...

- Una chica de compañía, si lo sé.

- ¿Y como la conociste?

- Sabes que es la segunda pregunta y no contestaré más ninguna, la conocí en Madrid cuando me vine con Alex es una amiga de hace años.

- ¿Y a Lingot?

- Eso ya son tres preguntas cariño...

- ¿No me lo contestas?

- A Charles Lingot lo conocí en una fiesta. Y Ayden se acabó las preguntas.

- Patri, tengo muchísimas preguntas más.

- ¿Porque? Ya te he dicho a Petra la conocí en Madrid y si se lo que es y a él lo conocí en una fiesta. ¿Qué más quieres preguntar Ayden?

- Tienes razón cariño. Ahora vamos a casa que llevo toda la fiesta deseando quitarte ese vestido.

- Y yo de que me lo quites. - Le sonrío.

Y respiro aliviada, son preguntas que no quiero contestar. Aunque se que un día tendré que hablar con Ayden aun no estoy preparada.

Cuando llega a casa tiene tantas ganas como yo, el vestido me dura muy poco puesto, y los tacones que es lo que más deseo quitarme, él los quiere dejar puestos, me besa con esos besos desesperados que tanto me gustan.

- ¿Me empotras contra la pared?

- Sus deseos son órdenes.

Ayden tira de mí tanga y me lo rompe, sonrío, me encanta que lo haga, me toca el clítoris suavemente y cuando mete un poco el dedo.

- Me encanta que siempre estés preparada.

Vuelvo a sonreír.

Entonces hace lo que tanto me gusta entra en mi de una sola estocada, pero sus movimientos son bruscos y esta vez me está doliendo.

- Ayden, para me estas haciendo daño.

Ayden se para enseguida, sale de mí.

- ¿Qué pasa? Nunca has sido así conmigo.

Me voy sin que conteste, me meto en el baño y cierro la puerta, me meto en la ducha, escucho como intenta abrir la puerta, toca y me llama, pero no pienso abrirle hasta salir de la ducha.

Cuando salgo del baño ya con el camisón puesto, Ayden me abraza.

- Perdóname, no quise ser tan brusco, pero hoy me tenias con muchísimas ganas.

- No te preocupes, tienes que pensar que el tamaño y grosor de tu- le señalo su pene - no es el promedio normal y si lo haces a lo bruto harás daño, Ayden siempre he disfrutado contigo, incluso cuando temblaba tanto, y hoy ha sido la primera vez que sentí dolor, no se que te pasa, ¿hay algo que quieras decirme?

- No, perdóname es que hoy te tenía muchas ganas, y dejarte los zapatos puestos, me he puesto... Perdóname.

Asiento con la cabeza y me meto en la cama, Ayden me abraza por detrás, me besa el cuello y vuelve a pedir perdón.

Durante la noche despierto con un beso sabor a menta, Ayden se quedó con ganas y yo también.

- Quiero hacerte mía. - me susurra.

- Soy tuya, solo tuya. - Le digo yo.

Ayden me muerde los pechos y yo empiezo a vibrar bajo sus labios, me mete una mano dentro del tanga y sonríe pero no dice nada yo se lo que piensa y también sonrío.

Entonces me aparta el tanga y se introduce muy lentamente dentro de mí, yo gimo, Ayden se mueve despacio sé que no quiere pasarse como antes.

- Un poco más rápido no pasa nada. - Le susurro.

Ayden sube la velocidad en sus embestidas, me besa, nuestras lenguas bailan juntas, Ayden me hace disfrutar, me hace llegar gimo, es un orgasmo intenso, mis piernas tiemblan por la intensidad y noto enseguida cuando Ayden llega.

Se cae sobre mi, sudando.

- Te amo. - me dice él.