C29 Capítulo 29 Patri

Mis ojos se cierran aunque me encanta esta película, siempre estoy cansada y termino por quedarme dormida.

Me despierta un beso sabor a menta, este tiempo solo los he sentido en mis sueños, y no se si me los daba o yo lo soñaba.

Pero le pido que no lo haga, sería solo hacernos daño.

Abro los ojos y me encuentro esa mirada azul que tanto me gusta, mi mirada azul, no puedo evitar sonreír.

- Nunca pierdas tu sonrisa cariño, es preciosa, igual que tú. - me dice Ayden.

- ¿Qué hago en tu cama?

- Es nuestra cama, la compramos juntos recuérdalo, toda esta casa también es tu casa cariño, no entiendo tu empeño en querer irte.

- Tienes derecho a una mujer mejor, que te haga feliz.

- Tu eres esa mujer, no quiero otra.

- Tu mirada ha cambiado... - pienso en alto - mejor me voy a dormir.

El tira de mí mano, su roce, su tacto, lo extraño.

- Duerme aquí, por favor. La cama de esa habitación fue comprada para unas horas, para que pudieras desconectar, no para que lleves semanas durmiendo en ella, está la compramos para los dos, duerme aquí conmigo.

Se que esta cansado, en su mirada lo noto, me pregunto si es mi culpa, que por eso no duerme bien.

- ¿Duermes mal por mi culpa?

Él no contesta, y yo tengo la respuesta con su silencio. Entonces me vuelvo a acostar, siento como sonríe y se mete en la cama a mi lado, no me roza, solo posa un beso en mi pelo.

- Recuerda que te quiero muchísimo.

La siguiente semana decido irme a hacer una revisión, tengo que repetir la analítica mensual y quiero que Pedro me diga como sigue mi embarazo, desde lo que pasó con Pablo no he trabajado, me han dado una baja y tengo ganas de volver.

- Viniste sola. - me pregunta Pedro.

- Si, ¿porqué?

- Pensé que Ayden vendría.

- No, no le he dicho que venía, igual su seguridad está fuera me sigue donde vaya, aunque sé supone que esta vez Pablo ya no vuelve a salir, pero a saber.

- Esperemos que no.

- Por cierto, nunca te he agradecido lo que hiciste por mí aquella noche.

- Y yo nunca te eche la bronca porque te fuiste sin avisar a nadie, sabiendo lo que podía pasar. Peque, a veces actúas sin pensar, y podría haber sido muchísimo peor, gracias a que Ayden se despertó y se dio cuenta que tu te habías ido.

- Ya, entiendo lo que dices Pedro, pero nadie me entiende a mi, quiero muchísimo a Ayden, nunca en mi vida he querido igual a alguien, es un amor que no podría explicar, y cuando vi en sus ojos... bueno deja mejor no hablar de eso otra vez. Vengo por una revisión.

- ¿Ya te sacaron sangre?

- Si ya me han torturado.

- Pues vamos a ver a mi sobrino o sobrina. - sonríe.

Empiezo por escuchar su corazón, y cada vez que lo escucho se me escapan las lágrimas.

- Ya pasaste el riesgo estás de veinte semanas, supongo que ya habías tomado la decisión de no abortar, ya que nunca más hablaste del tema.

- Lo voy a tener, he seguido la dieta que me pusieron a rajatabla, no me salto ninguna comida, mis suplementos de hierro y las vitaminas. ¿Ya puedo viajar?

- ¿Sigues pensando en irte? Como van las cosas con Ayden.

- Ayden se preocupa, llega a ser pesado, pero sé que lo hace por mi, su mirada ha vuelto a ser la misma, pero necesito alejarme de todo.

- ¿Y Chloe? ¿Has pensado en lo mal que lo pasará esa niña?

- ¿Me quedo con Ayden por Chloe?

- Te quedas con Ayden porque lo quieres tu misma lo has dicho. Pero no hablaré más del tema es tu asunto, si podrías viajar pero en ave sería un viaje muy largo y no te aconsejo los viajes largos todavía, también puedes tener relaciones si así lo deseas, siempre con cuidado.

- Claro es lo que más deseo ahora, sexo. - digo como un susurro - Osea que por el momento no puedo viajar a Barcelona.

- Mañana te llamo y te doy los resultados de las analíticas.

- Pedro quiero volver a trabajar. Trabajo sentada, con los niños aquí, no pasaría nada.

- Pues me vendría bien, la chica que puse por ti no termina de caer bien a tus pequeñas cabecitas asombrosas como les llamas. Mañana es miércoles puedes empezar.

Decido irme a la empresa de Ayden, ya tengo el alta pero no pienso seguir trabajando para él, y quiero volver a mi piso.

Toco su puerta y entro, él esta ahí mirando por los ventanales y se gira al verme.

- Me estaba preocupando me dijo Rodríguez que fuiste a la clínica ¿Todo bien?

- Sí, ya estoy fuera de peligro de sufrir un aborto, tengo veinte semanas ya, y a partir de mañana vuelvo a la clínica. Pero aquí ya no volveré, te traigo mi renuncia, voy a recoger mis cosas y me iré de tu casa, para que puedas seguir con tu vida, vuelve a París con tu hija Ayden olvida estos meses, será mejor para ti.

- Patri, ¿Cómo me pides eso? Te dije que no quería que te fueras, porque eres tan cabezota joder.

- Yo ya no te quiero Ayden, lo pasé bien contigo estos meses pero ya está, agradezco todo lo que has hecho por mí, también te pido que le digas a Rodríguez que ya no me siga, Pablo está en la cárcel ya no necesito vigilancia.

- ¿Y nuestro hijo?

Me toco la barriga.

- No te creo cuando me dices que no me quieres, no te creo.

Se acerca pero yo doy dos pasos así atrás, el se acerca más, me mira a los ojos.

- Dime a los ojos, dime que ya no me quieres.

Me muerdo el labio, joder, me gusta incluso más que el primer día.

Entonces se apodera de mi boca, nos besamos como llevábamos semanas sin hacerlo.

- Eres una mentirosa. - me susurra - tu me sigues queriendo igual que siempre, solo eres demasiado cabezota para darte cuenta de que tienes derecho a ser feliz.

- ¿Contigo? Hasta que te enfades y me tires en cara todo igual que lo ha hecho Pablo. - se que estas palabras le harán daño y no las pienso.

- ¿Te crees que soy capaz de hacer lo que te hizo ese psicópata? - me grita

Nos gritamos mutuamente y me voy de su despacho dando un portazo.