C36 Capítulo 36 Ayden

Llevo días llegando tarde, dando vueltas a como solucionar el problema de esta sucursal, cerrarla va a ser lo más apropiado, pero no se como decirle a Patri que se acerca el momento de irnos, esta mañana ya se sentía mal, porque piensa que no quiero estar con ella, y lo de la gala... sé que se va a aburrir y con lo cansada que se encuentra últimamente será peor.

A media mañana recibo una llamada de Sophie.

- Ayden.

- Dime Sophie.

- Patri, sé ha encerrado en una habitación, sólo llora, no ha dejado de llorar, lleva como unas dos horas llorando, Chloe me dice que esa es la habitación de llorar de Patri y que no se le puede molestar.

- Así es Sophie, a veces le hace falta, no te preocupes, aunque si no sale a almorzar avísame.

Llamo a su móvil, nunca se lo lleva pero no pierdo la esperanza, y no me lo coge.

Me quedo preocupado y sé que tengo que hablar con ella de este tema, no puedo aplazarlo más y ella está sufriendo pensando que es por otra cosa que ni existe.

Sobre las dos recibo otra llamada, estoy en una reunión y no se la puedo coger.

La reunión tarda más de lo que me esperaba y salgo ya pasadas las 3 de la tarde.

- Sophie, estaba en una reunión.

- Ayden, sigue igual, no ha salido a comer, ¿le toco?

- No Sophie, yo voy para casa.

Desde que llego escucho los llantos de ella, nunca la había escuchado así.

Cuando me habla, se que tengo que acabar con su sufrimiento se cree que no la quiero y eso no es así, no he querido a nadie tanto como a ella, consigo convencerla de que vayamos a comer algo.

- Ayden, no eres obligado a estar conmigo.

Me dice ella ya más tranquila.

- ¿Crees que estoy contigo, por obligación?

Ella asiente, y me duele que piense eso.

- ¿Cómo quieres que te demuestre lo cuanto te quiero?

Ella solo levanta y me mira con sus grandes ojos marrones.

- Cariño, hay un tema que tenemos que hablar, y es por eso que estoy llegando tarde , estoy intentando solucionarlo, pero no le veo solución.

- ¿Quieres dejarme?

- Y dale con lo mismo, que no... sé trata de la sucursal de aquí de Madrid. Las cuentas no cuadran, y va siendo hora de pensar en cerrarla.

- ¿Qué? Me dijiste que el bebe nacería aquí.

- Te dije que lo íbamos hablando, y yo lo he retrasado lo más que pude, además allí en París podrás ir a donde quieras sin miedo.

- En París estaré aun más sola. No estará Alex, ni Pedro.

- Estará mi madre y Sophie, y siempre que necesites el avión listo para que vaya Alex o para que vengas tú a verla.

- Nos vamos a casa, me empieza a doler la cabeza.

- Cariño. - ella me mira con lágrimas en los ojos - yo también estaré, tendrás trabajo allí en París, no voy a pedir que te quedes encerrada en casa.

- Y mis pequeñas cabecitas asombrosas, allí no las tendré.

- Cuando te conocí, estabas pensando en dejarlo todo e irte a otro país sin importar nada.

- Entonces no te tenía a ti, y aquí estamos bien.

- La sucursal no va bien.

- Tu no tomaste las medidas necesarias, te avise, te lo dije cuando nos conocimos.

- Y me culpo por ello, pero ahora no veo otra solución.

- Me dejas echarle un vistazo a los papeles.

- El lunes, hoy quiero pasar el resto de la tarde contigo, tienes que comprar un vestido para una gala el sábado.

Llevamos ya diez tiendas y con todo se ve gorda.

- No estas gorda, estas embarazada y preciosa. - Le digo.

Entonces se para en una tienda, se enamora de un vestido negro, largo que dejara sus hombros al descubierto.

- Es este, es precioso.

- Y tu te ves preciosa con él, más de lo que eres.

- Lo malo es la cicatriz, se ve muchísimo.

- Estas preciosa, no pienses en eso. Vamos a por zapatos.

- No, puedo ponerme los que tengo, quedarán bien con este vestido, abra que ir a mi piso están allí, ya el vestido es bastante caro como para gastar también en zapatos.

- Patri... - Le reprendo.

El sábado cuando la veo ya lista, la veo más hermosa aún, su cicatriz no se ve ella se la ha maquillado, se ha hecho un recogido en el pelo, que deja ver lo bonito que es su cuello, poso un beso en él.

- No hagas eso, si quieres ir a esa gala.

- Porque será que solo estoy pensando en volver.

Ella sonríe, esta perfectamente maquillada, y está guapísima, pasamos a recoger a mi madre por el hotel.

- Patri, que guapa estás.

- Gracias. - dice tímidamente.

Llegamos a la gala y buscamos nuestra mesa, han puesto a mi madre en otra mesa y me quedo algo molesto.

- ¿Con Lingot enserio?

- Al menos estará Petra y no me aburriré cuando te vayas a hablar con las miles de personas que hay aquí.

Y efectivamente me levanto y cada vez que intento acercarme a ella alguien me para, veo como sonríe y habla con Petra, se acerca otro hombre y le habla, ella sonríe y le da dos besos, posa sus manos encima de su barriga, y yo ya dejó de estar pendiente a la conversación con las personas que estoy.

- Williams, ¿estás en la luna?

Yo les sonrío.

- Te decíamos, que pensábamos que volvías con Nathalie, te vieron saliendo el otro día con ella del hotel...

- ¿Nathalie? No, llevo con esa mujer siete meses y no la cambiaría por nada.

Entonces alguien me abraza por detrás, miro a la mesa, Patri no está y supongo que es ella. Cuando ya lleva unos minutos así le hablo.

- Cariño si estás cansada podemos irnos..

Y al mirarla no es Patri.