C5 Capitulo 5 Patri

Mierda, recordaba esta sensación, estar con él, sentirlo dentro de mí, me pongo un tanga y un vestido suelto, Alex está ya en el salón mirando mi ropa tirada en el suelo.

- ¿Qué ha pasado aquí?

- Nada, tenia calor. ¿Qué haces aquí?

- Me has dejado preocupada Patri, me contaste tu sueño, y me dijiste que ese hombre no existía, y luego me llamas y me dices que estás en su casa, Patri, no es mejor que te hagas algún escáner, esa casa donde te recogí parecía abandonada, no estará solo en tu cabeza ese hombre.

- Alex, ¿me estás tratando de loca?, no no está en mi cabeza, existe, Ayden existe, y lo peor es que si quisiera hacer mi sueño realidad lo pondría en peligro, sabes que ese tío está loco, y no me avisaron de que salía de la cárcel, el lunes pediré traslado a alguna sucursal y me iré de España.

- ¿Qué dices Patri? que harías tu en un país desconocido y sola.

- Alex, no te preocupes, ve a tu casa con tu marido lo vamos hablando.

Consigo que Alex se vaya, Ayden está sentado en mi cama, esperándome ya se ha vestido, y me mira, y joder esa mirada me gusta tanto como en mis sueños.

- Lo que pasó, no puede volver a pasar. - le digo - creo, que mi sueño me tiene muy liada, y seguramente a ti también.

- ¿Vamos a almorzar ahora?, te he escuchado hablar con tu amiga, la cuál recuerdo que también es un peligro para ti, supongo que él chico que te hizo todo eso, es ese que salía en mi sueño, y si te daré el traslado a París y te vas conmigo.

- No trabajo para ti. - el me mira sin entender - ¿tu eres Ayden Williams? - el asiente - he dejado esa empresa hace dos meses, cuando tu padre murió, me hicieron la vida imposible, la secretaria que tienes ahora, quería subir ese escalón y yo conseguí otro trabajo.

- Pues te doy trabajo otra vez, ¿eres tan eficiente como lo soñé? me extrañó que hace dos meses había cambiado, el papeleo no llegaba completo, hasta entonces todo me llegaba perfecto, incluso muy detallado, por eso tuve que venir.

- Estoy en otra empresa, ya bastante mal me iba en la vida para aguantar en el trabajo también.

- Pues el lunes te quiero devuelta en el despacho. - me dice serio.

- No, no podría hacerlo, además, que nosotros no podemos volver a vernos, esto que pasó hoy no puede volver a pasar.

- Tranquila, no estés tan nerviosa, yo no estaré en peligro, Chloe tampoco lo estará, y el tío de ayer está en la cárcel te pondré protección, pero porque no quieres ser feliz.

- Porque no me lo merezco. No soy merecedora de ser feliz con ningún hombre.

Entonces él se me acerca y me abraza, me encanta sus abrazos, su olor, y tenerlo tan cerca.

- Vamos a almorzar venga. - dice para después darme un beso en el cuello.

- Pido comida, enserio, prefiero no salir.

Durante la comida, Ayden me habla sobre Chloe, y esta vez me cuenta que si es su hija y me cuenta la verdad, Chloe ya tiene cinco años y no tres como soñé por primera vez, me enseña fotos de ella, es tan guapa como recordaba, y hasta la hecho de menos.

Pasamos horas hablando, de esos sueños que tuvimos, él me cuenta lo que ha soñado, y entonces caigo en algo...

- ¿Te pusiste condón? - le corto.

- ¿Qué? No, ¿Porque?

- Mierda, tengo que ir a la farmacia a comprar la pastilla del día después.

- Tranquila, te tomas la píldora, y no no tengo ninguna enfermedad. - sonríe.

- No, no me tomo la píldora, no puedo tomarme nada, tengo muchas alergias a los medicamentos, y la píldora tiene un componente que no me puedo tomar. Joder, que solo fue un sueño, no es todo real, yo no soy esa chica con la que soñaste, y no vayamos a hacer real un hijo que tampoco puedo tener. - le digo enfadada.

- Tranquila, yo voy y te compro la pastilla del día después, no te preocupes. Seguimos hablando después.¿Porqué no vienes y te quedas conmigo en casa? Pedimos pizza de pepperoni y vemos una película, pizza, peli y pijama. - me mira sonriendo.

Y esa sonrisa, joder como me gusta, y por más que quiero decirle que no, solo me sale decirle que sí, cojo un pijama, algo de ropa para él día seguiente y voy con él.

Pasamos un fin de semana que ni soñado, y él me respecta, y no vuelve a intentar nada, nos besamos mucho, me encantan sus besos, me toca, dormimos juntos, pero me respecta.

El domingo por la tarde tocan el timbre de su casa, ya llevo rato diciendo que debería volver a la mía al día seguiente tengo que trabajar, pero él no me quiere dejar. Cuando abre la puerta me sorprendo cuando escucho los gritos.

- ¿Donde está mi amiga? ¿Qué le has hecho? - grita Alex enfadada.

Yo salgo al escucharla.

- Alex, estoy bien, no me ha hecho nada, tranquila, te mande un mensaje te dije que estaba bien.