C52 Capítulo 52 Patri
Estoy soñando, un sueño raro, estoy en una habitación blanca, todo es blanco, estoy sentada en una silla, llevo una bata blanca y en mis brazos hay un bebé, es muy pequeño, me recuerda a la pequeña Patricia cuando nació.
De repente desaparece de mis brazos, lo busco pero no puedo, no hay nada no hay puertas, y entonces abro los ojos.
Lo último que recuerdo es mi pelea con Ayden.
- ¿Qué ha pasado? - pregunto.
- Su marido dice que se ha caído en las escaleras de su casa.
Es verdad, lo estaba imitando y pise mal el escalón.
Me pasan a una habitación, y unos minutos después aparece Ayden, se queda apoyado en el marco de la puerta.
- ¿He perdido el bebe verdad?
Él solo asiente. Está enfadado conmigo .
- No ha sido por la caída, su corazón se había parado.
- Lo siento.
- No ha sido tu culpa, no te preocupes. Lo importante es que estés bien.
Me lo dice pero de su voz, vuelve a sonar indiferencia.
No me coge de la mano, no me ha dado un beso y tampoco se ha acercado a mi lado.
Entonces se va, con la excusa de que va a buscar los niños al colegio.
Llamo a mi madre, necesito escucharla, ahora mismo, mi madre al enterarse decide venir en el primer vuelo del día siguiente, también necesitaría aquí a Alex, pero se acaba de ir hace unos días y la llamaré más tarde.
Ayden no vuelve hasta el día siguiente para llevarme a casa, y ni siquiera me habla en todo el camino, no he podido hablar con Alex y hoy después de años sin necesitarlo tengo un día de esos.
Cuando llego a casa me llevo una sorpresa Alex ha venido.
La abrazo, necesitaba sus abrazos, pero sigo mal, y necesito estar sola.
Me levanto ya de madrugada, la casa está en silencio, voy a ver como duermen mis niños, mi pequeño y rubio dinosaurio, no se ni como no se ha roto los dientes tiene medio cuerpo cayéndose de la cama lo acuesto bien y le doy un beso, mi pequeña y risueña Marie, como sé parece tanto a Papa, y su pelo rubio alborotado igual que él, Alba Patricia la niña de mis ojos, con la que aprendí que el amor no tiene límites y que por un hijo, podría hasta dar mi vida, he crecido con ella. Chloe... recuerdo la primera vez que la vi y sus palabras en mi sueño... nunca las olvidaré, como me pidió que fuera su mamá y como a partir de ese día nunca más me dijo por mi nombre.
Bajo a la cocina y me preparo un café, no tengo sueño...
Pienso en los motivos de Ayden, porqué está tan enfadado conmigo, si por no haberle dado otro hijo o porque esta vez no pienso cumplir lo que me ha impuesto.
Nunca me niego a nada que me pide, nunca... es injusto que me quiera tener vigilada así...
Entonces alguien entra en la cocina.
- Chloe, ¿Qué haces levantada?
- Tengo sed. ¿Y Tu?
- No tengo sueño...
Entonces me abraza, y se me caen algunas lágrimas.
Cuando sale por la puerta la llamo.
- Chloe, recuerda que te quiero muchísimo.
- Y yo a ti mamá.
Paso horas sentada en la cocina, y me doy cuenta que el vuelo de mi madre está por llegar, todos siguen durmiendo y yo cojo el coche y voy a buscarla al aeropuerto.
Cuando llego al aeropuerto en las pantallas pone que su vuelo está retrasado, entonces decido mandar un mensaje para que no se asusten en casa, pero me doy cuenta que no cogí el móvil cuando salí.
Cuando llega mi madre me abrazo a ella, no se cuanto tiempo paso abrazada a ella, no busqué el embarazo, pero cuando tomé la decisión de tenerlo ya no quería que le pasara nada, quería tenerlo había tomado la decisión, aunque creo que nunca hubiera podido abortar por mi misma.
Vamos a una cafetería a desayunar, paso hora hablando con mi madre, las horas con mi madre pasan muy rápido y cuando nos damos cuenta son casi las doce.
Cuando llego a casa me encuentro coches de policía, me asusto, mis niños... Ayden... Alex.
Bajo del coche rápidamente, voy corriendo hasta la entrada, y salen los niños corriendo, detrás viene Amelie y Sophie, veo como también sale Alex y Ayden... No entiendo nada...