Tu amor devuelta/C57 Capitulo 57 Ayden
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C57 Capitulo 57 Ayden

Un mes después del accidente de Patri, las cosas van mejor, sé que algo en nosotros ha cambiado, sé que estamos más fríos y mas distantes, solo nos encontramos en la cama, que nuestra química ahí sigue siendo la misma. Y ella me recuerda siempre que me ponga el condón.

Tiene un fisioterapeuta que viene todos los días, ha mejorado mucho y aunque aún va con bastón ya se mueve por toda la casa con mas facilidad.

Entro al despacho y me la encuentro viendo una película con nuestros pequeños, Marie y Ayden están atentos.

- Tenemos que hablar. - me dice desde que me ve.

- ¿Pasa algo?

Entonces dejamos los pequeños en el despacho y nos sentamos en el salón.

- Recuerdas que dentro de dos semanas es la comunión de Marco.

- ¿Y quieres ir? ¿Es eso?

- Pues si, si quiero ir, y tu también deberías querer, es nuestro ahijado.

- ¿Y Pablo?

- ¿Qué pasa con Pablo?

- Patri, cuando me dijiste que había salido de la cárcel llame a Rodriguez le pedí que lo siguiera y ¿Qué crees? - ella me mira esperando mi respuesta - lleva desde que salió de la cárcel rondando por tu piso, va todos los días a diferentes horas.

- Pero no nos vamos a quedar en mi piso, tenemos una casa allí.

- Patri...

- Siempre igual, Ayden... Pero te aviso que yo si voy a ir, aunque sea a la comunión y volver al día siguiente, creo que no pido tanto.

- Es que te encanta estar en peligro, te gusta muchísimo.

Ella no contesta, se levanta y se va. Vuelve a la habitación con los niños y decido llamar a Pedro para que sea él quien la convenza de que no vaya.

- Ayden, ¿Qué tal?

- Pedro, necesito un gran favor tuyo y de tu mujer.

- ¿En que podemos ayudar?

- Patri, no entiende que no podemos viajar a Madrid, Pablo ya está en la calle y vuelve a ser un peligro para ella, lleva desde que salió yendo a su piso, y ahora tenemos hijos.

- Creo que exageras, porque venir a la comunión del niño e irse al día siguiente no se donde ves el peligro, vuestra casa es como una fortaleza, y estoy seguro que tu pondrías seguratas extra. A ella le hace falta venir, Alex no ha podido ir desde su accidente y hablan todos los días y cada día la ve mas decaída, esperaba tu llamada antes, porque lleva una semana diciendo que tiene que hablar contigo.

No sabía, tenia miedo de pedírmelo, tiene miedo a discutir conmigo, la Patri que se sentó conmigo aquí conmigo me hubiera dicho cosas peores, me hubiera gritado, pero simplemente lo dijo y se fue, sin discutir.

Llamo a mi seguridad de Madrid, quiero conseguir, como Pedro ha dicho seguridad extra, ahora además de ella, también tenemos hijos y no quiero que ninguno esté en peligro.

Unos días después me mandan un email, para confirmar que me consiguen diez hombres más, Rodriguez estará al frente de nuestra seguridad.

Entonces decido hablar con ella, lleva unos días triste y sin su sonrisa.

- ¿Podemos hablar?

Está con su fisio que me echa una mirada rara, no me gusta nada.

- Gracias Carl, nos vemos mañana. - le dice ella.

- Hasta mañana Patri.

- Que confianza, ya te dice por tu nombre.

- Dime Ayden, ¿ Vienes para pelear? porque no tengo ganas.

- No, no vengo a pelear, vengo a llegar a un acuerdo contigo.

- ¿Un acuerdo? - pregunta asustada - ¿Un acuerdo de que?

- He contratado diez hombres más de seguridad en Madrid, iremos a la comunión, siempre y cuando tu, mi mujer, me promete que no saldrá de casa sin dos de ellos, aunque sea para ir a hacer la compra, que no saldrá de casa sin avisar, y que no romperá esta promesa.

- ¿Enserio? - pregunta con brillo en sus ojos y volviendo a sonreír.

- Sabes que por ti, siempre haré lo que pueda, y que la seguridad que te pongo es porque no quiero que te pase nada.

Entonces me abraza y me besa, me da las gracias muchas veces, y cuando nos damos cuenta la tengo agarrada por el culo apoyada contra la pared, los dos estamos gimiendo, los dos estamos jadeando, y llegamos más rápido de lo que quisiéramos los dos.

- Madre mía, echaba de menos estos polvos que me hechas. - sonríe agotada.

- Las reconciliaciones son las mejores. - sonrío yo.

- Dime que te acordaste de poner... - sé que me nota en la cara - Joder.

Pero no se enfada, se ríe.

- ¿No te enfadas?

- No, he estado pensando. - me mira sonriendo - Querías un hijo, y he pensado que...

- Ahora no es el momento.

- ¿Qué? Llevas meses detrás mía para tener otro hijo.

- Si cariño, pero habrá que hablar con el médico porque el peso de una barriga.

- ¡Ah! si lo hablaré en la próxima consulta.

- No quiero que te sientas obligada.

- Ayden, si ya no quieres me lo dices, sabes que nunca he hecho nada obligada, si te lo estoy diciendo es porque quiero.

- Lo sé, solo quiero que lo sepas.

No hemos vuelto a hablar del tema, y evito tener relaciones con ella, quiero que primero se cure y aunque ya la veo muchísimo mejor, quiero el visto bueno del médico.

Él día antes de irnos a Madrid llego antes a casa, cuando llego al despacho, abro y veo como va caminando sin bastón.

Me mira y su cara se ilumina.

- Hola cariño. - me dice sonriendo. - ya voy sin bastón, no pareceré una abuelita en la comunión de Marco.

- ¿Pero ya puedes?

- Me dijo Carl, que no abusara, pero que ya podía.

- Cuando tienes la próxima revisión.

- Dentro de dos semanas.

- Vale, porque, vamos a estar una semana en Madrid.

- ¿Una semana? Pensé que volvíamos al día siguiente.

- Si, pero recuerda lo que me prometiste.

- Si, no saldré sin avisar y sin escolta, como si fuera de la nobleza, lo sé Ayden.

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