C75 Capítulo 75 Ayden

Veo como se aleja y se mete en el ascensor, y cuando se cierra me doy cuenta de que no puedo dejarla irse así, así que con paso decidido voy hasta el ascensor y antes de llegar veo como las puertas se abren.

- Papi, papa. - grita mi niña - Ayuda mamá, se ha desmayado ayúdame.

Llego hasta ella, la saco del ascensor y la recuesto en el sillón de la sala de espera.

- Llama a una ambulancia. - Le grito a mi secretaria.

- ¿Se va a morir? - dice llorando mi niña.

- No cariño.

- Decía que tenía muchos dolores, pero no nos dio tiempo a llegar a su despacho.

- Patricia, cariño tranquila mamá se pondrá bien.

- ¿Está así porque ya no la quieres?

- Yo amo a tu madre, y eso siempre será así.

Llega la ambulancia y se la llevan, yo voy detrás con el coche, no dejaban a Patricia subir en la ambulancia y está muy nerviosa, desde que llegamos al hospital él medico nos dice que ya ha despertado, que le ha bajado la tensión.

- Mamá. - abraza nuestra niña a su madre.

- Estoy bien cariño, solo ha sido un susto.

- ¿Voy a tener un hermanito?

- Si cariño. - Le sonríe.

- Mamá, ¿si papá aún te quiere, porque no le perdonas?

Ella me mira, y vuelve a mirar a su niña.

- Me ha prometido no dejarnos nunca más, y podremos volver a ser la familia que éramos hace unos meses.

- Patricia, todo estará bien no te preocupes.

Entonces llega mi madre para llevarse a Patricia.

- ¿Por qué prometes esas cosas a la niña?

- Patri cariño, solo quiero recuperarte, y que todo vuelva a ser como antes.

- ¿Por qué estaba ella otra vez en tu despacho? ¿Si es psicóloga que hacía tan encima tuya?

- Cariño, son ideas tuyas, ella es lesbiana.

- No parece, cuando la he visto contigo Ayden. Además ¿Qué psicóloga va a domicilio y a las horas que a ti te venga en gana?

- Pues para eso me saca bastante dinero.

- Ayden no se si podré soportar otra vez tu indiferencia, prefiero dejarlo, prefiero separarme, a que vuelvas dentro de unos meses a alejarte.

- Solo perdóname y todo será como antes.

Entonces la beso, echaba de menos sus besos y se que ella los míos también.

Dos días después le dan el alta.

- Esto es tuyo. - Le doy El móvil que le compré.

- El móvil que me rompiste. Hablaba con Chloe.

- ¿Qué?

- Ese día hablaba con Chloe.

- No tienes que decírmelo.

- Sonreía, porque ella se alegraba que ese día hubieras dormido a mi lado, ya que ella sabía que llevaba esos meses sin dormir y cuando le dije que había dormido toda la noche supo que habías dormido conmigo por eso Sonreía.

- Patri, lo siento, siento muchísimo estos meses.

- Si vuelves a hacerlo Ayden, me voy, vuelvo a España con mis hijos. Pido la custodia, pido justificantes a psicólogos de lo mal que lo esta pasando Patricia y tenlo claro que me iré. En psicología nos enseñan, que cuando hay alguien que nos hace daño, deberemos alejarnos de ello... y tu has hecho daño no solo a mi, sino a mi hija, y te juro Ayden que yo por mi hija muevo hasta la montaña más grande que existe para verla feliz, vuelvo contigo, por mi hija, ella me lo ha pedido, y yo te quiero eso no ha cambiado, pero si mi hija vuelve a derramar una lagrima por tu culpa Ayden, no habrá vuelta atrás.

- ¿Solo vuelves conmigo porque Patricia te lo ha pedido?

- Que te quiero es un hecho, que yo no puedo omitir, eso no ha cambiado, te sigo queriendo como el primer día, como ese día que confundí un sueño con la realidad, como ese día que sin pensármelo dos veces me fui a tu casa sin conocerte, como ese día Ayden, pero tu me has hecho sufrir, más que con los golpes de Pablo, más que con las violaciones que recibí por su culpa. Porque el no me quería y yo eso lo sabía, pero pensaba que tú si me querías, y tu indiferencia, la indiferencia de la persona a la que más he amado en mi vida me dolió más que todo lo que pase con él.

- Y yo te sigo queriendo, y si te amo, eso tampoco ha cambiado.

- Pues recuérdalo el día que necesites hablar en vez de llamar a esa supuesta psicóloga lesbiana recuerda que tu mujer también sabe escuchar.

Desde que llegamos a casa los niños se le echan encima.

- Mamá necesita descansar un poco. - Les digo.

- ¿Dónde está abuela Montse?

- En su habitación.

- Vale, voy a hablar con ella.

Patricia y Chloe esperan a que se vaya y me miran con sus ojos brillando.

- Necesitamos hablar contigo.

- ¿Pasa algo?

- El próximo viernes es el cumple de mamá.

- Si es verdad, pero a ella no le gustan las fiestas.

- Siempre lo dice, pero es la que siempre nos prepara las nuestras y papá, las fiestas que prepara mamá siempre son buenas. - dice Chloe.

- Lo son, ¿pero que quieren hacer?

- Nosotros cuatro estamos preparando una sorpresa a mamá, y queremos hacerle una fiesta sorpresa, tipo la de Patricia pero para mamá. - dice Chloe.

- El jueves nos quedaremos en casa abuela, no queremos que Marie o Ayden le suelten a mama la sorpresa. Y nadie la puede felicitar, ya hemos hablado con tía Alex y vendría el viernes para su fiesta.

- ¿Y que tengo que hacer yo?

- Llevarla a almorzar a donde te diga abuela, ella ya tiene el lugar reservado.

- Vaya, lo tienen preparado.

- Mamá se lo merece.

- Si que se lo merece. - les sonrío.

El jueves ya su madre se quedó en casa de mi madre, ella se ha decepcionado pero no ha dicho nada, y cuando los niños la llaman y le dicen que se quedan allí se decepciona más.

- Mañana quería desayunar con ustedes. - les dice por teléfono.

Y después de unos minutos se resigna.

- Vale, se portan bien.

Entonces me mira.

- ¿Tu también me dejaras sola?

- No, podemos hacer las tres P. Y terminar ya sabes, levantarme el castigo.

- Buen plan, aunque lo de levantarte el castigo me lo pensaré.