C83 Capítulo 83 Ayden

Patri se duerme enseguida, le doy un beso un su pelo.

La puerta de la habitación se abre entra una enfermera a ver como está Patricia, y vuelve a salir.

Unos minutos después vuelve a abrirse.

- Ayden.

- Vete de aquí, no me busques más problemas.

- Tenemos que hablar.

- Yo no tengo nada que hablar contigo.

Apoyo la cabeza de Patri en el sillón y vuelvo a darle un beso.

Le agarro del brazo y me la llevo hasta la puerta.

- No se en que momento te hiciste ilusiones, me equivoque con esos mensajes, y te seré muy sincero, ni siquiera pensaba en ti cuando te los mandaba, sino en mi mujer, a la que amo con toda mi alma, lo siento, siento que te hayas echo ilusiones pero entre nosotros nunca habrá nada.

- Si solo dejaras que te besara. - dice pasando sus dedos por mis labios.

- ¿Qué coño pasa aquí? - dice Patri en español.

- Cariño, le estoy diciendo que se vaya.

- Ayden, sal de la habitación de la niña, oye y hasta que soluciones tus problemas con esa... no vuelvas a casa.

- Patri...

- No, ni Patri ni ostias Ayden, te he aguantado demasiado, pero que no respeten a mi hija recién operada no.

Ella sale fuera de la habitación y llama al hombre de seguridad que tienen allí.

- Esta chica, tiene prohibida la entrada a la habitación de mi hija, mientras esté aquí ingresada.

Él le coge del brazo y la saca.

- Ayden. - Le vuelve a llamar.

- A ti no te puedo prohibir la entrada porque eres su padre, pero imagínate que quien hubiera despertado era nuestra hija Ayden.

Ella se vuelve a sentar en el sillón y no me vuelve a dirigir la palabra.

Cuando la niña se despierta lo primero que pregunta es por su madre.

- Cariño, porque no nos dijiste que te dolía.

- Porque llevaba tiempo sin ver que se daban un beso como los que se estaban dando, como cuando éramos felices.

Patri me mira enfadada, unas horas después llega Alex, para quedarse con Patricia.

- Alex me doy una ducha y vuelvo.

- No te preocupes, duerme un poco tienes mala cara.

- ¡Ah! Dile a tu marido que deje el hotel en casa hay habitaciones.

Vamos en silencio en el coche, ella está cansada y yo necesito que ella descanse y prefiero esperar.

Desde que llega a casa se va directa a la habitación, la casa está en silencio, los niños se fueron para casa de mi madre.

Yo subo y me acuesto a su lado. Me despierto unas horas después ella sigue dormida, le doy un beso.

Ella me lo devuelve, beso su cuello y noto como se eriza, buena señal, le quito la camiseta, beso sus pechos, ella gime, me encanta ese sonido de su garganta, significa que disfruta.

Desabrocho su pantalón y mientras se lo bajo le voy dejando besos por sus piernas, y cuando se lo termino de quitar me quito el mío también. Cuando le toco me sorprendo por primera vez desde que la conozco no está mojada.

Meto mis dedos dentro de su tanga, acaricio su clítoris, ella gime, introduzco un dedo y vuelve a gemir.

- Si quieres paro. - Le digo.

Ella me niega con la cabeza, vuelvo a su boca.

- ¿Estás bien?

- Si, muy bien. Sigue...

- Hoy no estás mojada.

- No te preocupes, tengo ganas, hazlo.

Vuelvo a besarla, y me preparo para introducirme en ella, lo hago despacio, y miro su cara, me encanta verle siempre, pero no está disfrutando.

- ¿Te está doliendo?

- Un poco. Solo Muévete un poco.

Me muevo despacio, quiero que disfrute, igual que siempre.

Busca mi boca, y sus besos hace que me olvide, empiezo a moverme con más rapidez, ella sigue besandome.

Acaricia mi espalda, para terminar agarrandome el culo, entonces es cuando escucho sus jadeos y vuelvo amirar su cara y sé que ya está disfrutando.

- Estoy a punto. - Le susurro oído

Voy a salirme de ella, quiero que ella también llegue, pero ella me agarra por el culo y vuelve a introducirme en ella.

Dos embestidas más y me corro dentro de ella, pero sé que ella no ha llegado.

Se queda abrazada a mí.

- ¿Eres solo mío? ¿Tus pensamientos también?

Me aparto de ella, miro esos ojos que tanto me gustan, está a punto de llorar.

- Cariño.

- Vi como te acariciaba los labios, y tus ojos miraron los suyos.

- Y volví a darme cuenta, de que ningun otro son como los de la mujer que amo. Y no quiero otros que no sean los tuyos.

- Ayden, tengo miedo, miedo a perderte, pero...

- Cariño...

- Lo hablamos cuando Patricia salga del hospital mejor.

- Quieres quedarte a descansar, yo me quedo con Patricia.

- No, quiero irme con la niña. Puedes quedarte con los niños tu en casa. ¿Has avisado a Chloe?

- Si, me dijo que se quedaba en casa de la amiga hasta mañana. Y me voy contigo al hospital.

- Ayden, no quiero volver a ver esa mujer cerca de ninguno de nuestros hijos.

Volvemos al hospital, la dejo en la puerta y salgo a aparcar, cuando subo a la planta de pediatría noto mucho revuelo y veo como sacan a Sylvie de la habitación de la niña.

Ella me mira, yo estoy enfadado, esta mujer está loca, debería haber entendido que no quiero nada con ella.

- Ayden... - me sonríe - tu ex me ha hechado de la habitación.

- Esto empieza a rozar el acoso, si vuelves a molestar a mi familia te denuncio. Olvídate de mi, nunca tuvimos nada como para que estés obsesionada conmigo.

- Queda conmigo una noche, en el mismo hotel, una noche juntos y me olvidaré de ti.

- Eso nunca pasará.

Alex sale, se dirige a nosotros y le da una bofetada.

- Alex...

- Alex ¿Qué? Le acaba de decir a tu hija que tu te vas a separar de Patri para casarte con ella. Alex ¿Qué? Mucho te está aguantando Patri, yo no te hubiera aguantado ni la cuarta parte de todo esto.