Tu amor devuelta/C89 Capítulo 89 Ayden
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C89 Capítulo 89 Ayden

Estoy desesperado, solo espero que no haya vuelto a Madrid, no tiene vigilancia, y está con los niños aún así decido llamar a Rodríguez para que vaya a su piso, a nuestra casa no ha vuelto, el matrimonio que la cuida está allí y por allí no hay nadie, pero si me dicen que hoy se llevaron el coche.

Llamo a Alex, no he querido hacerlo.

- Dime Ayden. - me contesta sin yo esperarmelo.

- Alex, ¿sabes algo de Patri?

- Ayden, no te voy a mentir Patri no me habla se ha enfadado conmigo, no contesta a mis mensajes, no contesta a mis llamadas, a Pedro le contesta, pero con respuestas cortas.

- ¿Y Pedro sabe algo?

- Pedro, seguramente si, hoy ha cancelado sus citas, y estoy esperando a que llegue para saber que pasa.

- ¿Las llaves de su piso siguen ahí?

- ¿Su piso? No será tan inconsciente de volver a su piso.

- Alex, hoy Patri a cogido los niños y se fue, pensé que iría a Barcelona con su madre, pero su madre me ha dicho que no sabe nada de ella y le creo.

- Las llaves de su piso no están, no me puedo creer que se tan impulsiva, viene con los niños y embarazada en que está pensando.

- En lo estúpido y imbecil que he sido con ella. Pensé que estaría mejor sin mi, y ninguno de los dos está mejor sin el otro, nos hacemos falta.

Llamo a mi piloto, me voy ahora mismo para Madrid y antes de subir al avión, Rodríguez me confirma que hay luz en su piso, él no la ha visto llegar, pero si como salía Pedro.

Llego a Madrid y voy directo a su piso, ella se dejó su copia, seguramente para que yo no pensara que había vuelto, al intentar abrir la puerta la escucho diciendo que ha llamado a la policía, y cuando la abro veo su asombro al verme.

Patricia también se despierta, y cuando vamos a dormir, noto que para los siete meses que tiene, tiene muy poca barriga. La cojo por los brazos y la apoyo en mi pecho, sé que le encanta dormir así, y ella acomoda su pierna encima mía y se duerme enseguida.

Despierto temprano al día seguiente la miro y ella sigue durmiendo, le doy un beso en los labios, los únicos que he tocado desde que estoy con ella. Apoyo su cabeza en la almohada, y me visto.

Los niños se han despertado, pero están tranquilos viendo la televisión.

- No hay nada para desayunar. - Digo en alto.

- Mamá dijo que íbamos a desayunar a la cafetería de enfrente. - dice Marie.

- Vayan vestiendose entonces.

Unos minutos después aparece ella. Me mira y se vuelve a dar la vuelta. Abre la puerta de la habitación de los niños.

- Marie, abrígate bien, hace mucho frío fuera.

Vuelve a dirigirse a mí.

- Ayden, no se que haces aquí, tu me has dejado, tu has querido nuestra separación, pero cuando yo quiero dejar todo firmado tu te niegas, vuelves a buscarme, no se con que fin.

- Que volvamos a ser la familia que éramos, te di ese papel..

- Ya se, para que fuera coherente. Lo he sido, no he salido del piso, Pedro me dejó aquí dentro y se fue, no he salido, saldré ahora desayunaré iré a la clínica a dejar la llave a Pedro, venderé este piso, me compraré uno en Barcelona y me iré a vivir allí con los niños, no pienso volver a París. Mi abogado...

- ¿De dónde has sacado ese abogado? Mi abogado me ha dicho que es el mejor en temas de familia.

- Necesito el mejor. Dudo que tu quieras darme por las buenas a mis hijos y que venga a vivir a España.

- Tu también volverás a París.

- No lo haré. Ya te dije a noche que ya no te quiero...

- Y vuelves a mentir, tienes un tic cuando mientes, tu nariz se arruga un poquito aquí, mi mirada te enseña cuando te digo la verdad y tus gestos cuando tu me mientes.

Le robo un beso de sus labios, ella se queda sorprendida y no vuelve a decirme nada.

- Cojan las mochilas. - Les dice a los niños.

Llegamos a la cafetería y aun la recuerdan. Se abrazan a ella, le preguntan por los niños.

- ¿Y él tu marido?

- El Papa de los niños. - sonríe.

- Te ponemos lo de siempre.

- Si, tus churros, como los hecho de menos, para los niños también, pero no les pongas ese chocolate tan bueno que haces, ponle solo leche y al padre un café con unas gotitas solo de leche.

Entonces mira a los niños y les sonríe.

- Aquí hacen los mejores churros de Madrid.

- Nunca hemos venido aquí. - Le digo.

Entonces alguien se le queda mirando.

- No, no, no... la señorita Robles en persona.

Ella mira para tras sonríe se levanta como un resorte de la silla y le abraza.

- ¿Embarazada?

- Si más estos tres, Patricia, la mayor, Marie el terremoto y Ayden.

- El dinosaurio. - dice el pequeño.

- ¿Me he perdido algo? Tu no podías.

- Ya, algo largo de contar.

- Que pena, voy para Barcelona hoy y no poder quedar y ponernos al día, pero Patri me a encantado verte, bichilla. - entonces me mira a mí- es una joya, cuidala, porque ella se lo merece.

- Lo sé.

- ¡Oh la la! - mira a Patri - ¿Francés?

- Oui. - Sonríe - las vueltas de la vida.

Entonces le dá una tarjeta.

- Ahí tienes mi número, si vas alguna vez por Barcelona y buscas trabajo yo estaré encantado de tener la mejor de nuestra promoción en mi clínica.

- Gracias. Me ha alegrado verte.

Se abrazan, le da un beso largo en la mejilla.

- Tenéis la mejor mamá del mundo. - les dice en francés a los niños.

Ellos sonríen, y él se va.

- ¿Quién era?

- Un amigo de la universidad.

Entonces llegan los churros, pero noto como ella solo da vueltas a su chocolate y solo le pega un bocado a su churro. Ayuda a los niños , y cuando nos vamos casi no ha desayunado.

Vamos a la clínica, ella toca a la puerta de Pedro, los niños se quedan en la zona de juegos y yo voy a entrar con ella.

- ¿A donde vas?

- Contigo.

- ¿Ahora te importa algo?

- Patri. - Le reprende Pedro.

- Como no, entre hombres se defiende.

- No es así...

- ¿Ah no? Como sabía él que estaba en mi piso.

- Lo deducierón entre él y Alex al no ver la llave de tu piso en casa.

- Bueno, te dejo la llave del piso otra vez, lo quiero vender, y comprar otro en Barcelona, creo que lo mejor será contratar una inmobiliaria pero si no te importa te lo dejo aquí.

- ¿Y que te parece si te hago unas analíticas antes de que te vayas? Estás de siete meses y ayer no quise decirte nada pero te noto muy poca barriga, además que la tienes muy baja. ¿Has tomado la medicación?

- Pedro, que me saques sangre ahora no es lo que más quiero...

- Será un momento.

- Y una tortura para mí.

Termina aceptando y cuando salimos, Alex está con los niños, se miran, sus ojos empiezan a llenarse de lágrimas se acercan y se abrazan llorando.

- Se hechaban de menos. - susurra Pedro.

Ellas se apartan a hablar, hasta ayer no sabía que se habían dejado de hablar, más bien que Patri lo había hecho. Media hora después Pedro viene con mala cara y enfadado.

- Patri, entra a mi despacho. - dice enfadado.

Yo me levanto y entro con ellos.

- Patri, no quiero rodeos, las respuestas son simples. Si o no. ¿Estás tomando los suplementos de hierro?

- Si.

- Primera mentira, vamos a por la segunda, ¿estás tomando las vitaminas? - espera un rato y Patri no contesta. - ¿Estás comiendo?

- Si, estoy comiendo, esta misma mañana me he comido esos churros de la cafetería de abajo...

- Solo le has pegado un bocado. - Le digo serio.

- Anoche comí pizza...

- Vale, un momento.

Pedro abre la puerta y llama a Patricia.

- Patricia mírame a mi, ni a mamá ni a papá a mi... - Ella asiente - cuantos trozos de pizza comió anoche mamá.

Patricia mira a su madre.

- No la mires.

- No terminó de comerse el primero.

- Ayer estaba nerviosa, estás sacando las cosas de contexto. Dile que cenamos antes de ayer.

- Ese pollo al horno que nos gusta a todos con la salsa de tomate. - contesta ella.

- ¿Y mamá?

Patricia vuelve a mirar a su madre.

- Mamá le dio vueltas al plato, pero no comió.

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