C34 CAPÍTULO 34
En cuanto ambos se hubieron tranquilizado agarró su rostro y la miró a sus ojos.
—Yo tampoco puedo imaginarme a otra mujer a mi lado, y no sabes como agradezco que hayas firmado esos malditos papeles — Sophie frunció el ceño al escucharlo — porque aunque a mi me costó mucho firmarlos, porque dejarías de ser mi esposa, lo hice cuando entendí que no debíamos estar unidos así