UN MUNDO DIFERENTE/C2 CAPITULO II
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C2 CAPITULO II

La alarma me despierta y pego un salgo de la cama, ni siquiera me acordaba de que la tenía puesta, en ese momento justo cuando voy a apagarla me acuerdo de la noche anterior, todo llega en imágenes, la desaparición de mi hermano, mi madre llorando, yo buscándolo y por último llegando a casa con la esperanza de que estuviera allí pero no fue así.

Un nuevo día ha llegado y no pararé hasta encontrarlo, no puedo rendirme y esperar en casa a que vuelva, a lo mejor está herido o ni siquiera quiero pensarlo, voy hacia el baño a darme una ducha, tengo que ser rápida y desayunar para ir en su búsqueda pero esta vez no me iré sin nada como ayer.

La ducha me ha sentado muy bien para aclararme las ideas y concentrarme en nuevos sitios donde buscarlo, bajo corriendo las escaleras para desayunar, he preparado una mochila con una linterna, algo de ropa por si hace frio de noche, y ahora meteré algo de comida y agua.

-buenos días- digo cuando entro en la cocina.

- ¿tenemos invitados? - pregunto al ver que hay demasiada comida alrededor.

-no cariño, solo que… me mantiene distraída- dice apenada, ahora lo entiendo.

-mamá voy a coger algunas cosas y saldré a buscarlo de nuevo- mi madre me mira preocupada.

-cariño, no quiero que te ocurra algo a ti también- me acaricia la mejilla.

-mama, a Salvador no le ha pasado nada, ya verás que no-mi madre suspira.

-hija, tengo el presentimiento que algo malo le ha pasado y no quiero que te pase lo mismo, por favor- me suplica pero no voy a hacerle caso, simplemente no puedo quedarme en casa a esperar, me desesperaría mas todavía.

-mamá lo siento pero no puedo quedarme en casa, tengo que intentarlo al menos, entiéndeme- la abrazo para consolarla y que me comprenda.

Siento como deposita un beso en mi cabeza, me relaja tanto que haga eso, recuerdo cuando era pequeña y mi hermano me molestaba iba corriendo hacia ella y hacia exactamente eso, dame un beso en la cabeza, para mi ese gesto demostraba todo el amor que una madre siente hacia sus hijos.

- ¿no puedo retenerte verdad? - sonríe un poco y yo la imito.

Antes de irme me despediré de mi hermana y de mi padre. Lo busco en el puerto y allí está en el barco, se ve triste y es normal.

-papá- lo llamo pero no parece oírme, está tan metido en sus pensamientos que ni me oye.

-papá- esta vez le toco el brazo, ahí sí parece reaccionar, me mira y luego vuelve su mirada hacia abajo.

-papá vengo a despedirme- ahora si me mira con sorpresa.

- ¿Cómo has dicho hija? - me pregunta confundido, cree que no ha oído bien.

-voy a buscar a Salvador, vengo a decirte adiós- siento como si me estuviese despidiendo para siempre.

-antes de que me digas que no lo haga ya lo he hablado con mamá y no voy a quedarme a esperar- le digo con un nudo en la garganta.

Mi padre permanece en silencio, me mira y abre la boca como para decir algo pero no sabe lo que va a decir o no quiere decir algo hiriente.

-hija, entiendo que quieres encontrar a tu hermano pero nosotros estamos haciendo todo lo posible para saber algo de el, le he preguntado a toda persona que se ha cruzado en mi camino pero no he oído nada que yo ya sepa, ¿Por qué crees que yéndote lo vas a encontrar? - me pregunta.

-porque no puedo quedarme en casa a esperar, necesito buscarlo- le digo y las lágrimas que retenían se escapan.

-hija, no llores por favor, ayer lo buscaste por todos los sitios donde creías que podía estar pero no estaba, maldita sea no quiero perderte a ti también- maldice y veo como me abraza.

Lloro en su hombro, toda esta situación nos tienes destrozados y está haciendo mella en nuestra convivencia, nunca había visto a mi padre ponerse así, siempre ha sido tan distante con nosotros excepto con Salvador, por eso me ha sorprendido verlo tan preocupado por mí.

-papá, no vas a perderme y a Salva tampoco, él está bien y yo voy a encontrarlo- limpio mis lágrimas y me digo a mi misma que tengo que ser fuerte y pensar con la cabeza fría.

- ¿pero a dónde vas a ir?, eres tan pequeña- me acaricia el pelo con ternura, definitivamente mi padre está distinto.

-papá, soy mayor de edad, ya no soy una niña y puedo cuidarme sola, tenemos esto, recuerdas- le digo agarrando el collar que tan importante es para nosotros.

-cierto, lo olvidé, por favor te mucho cuidado y no pierdas el collar por nada del mundo, además sabes que podemos saber si estás bien gracias al collar así que es importante tenerlo siempre contigo- asiento y vuelvo a abrazarlo.

Voy hacia la escuela a despedirme de mi hermana, aunque es pequeña tiene que saber al menos que me voy, no me gustaría hacerlo sin despedirme de ella, la encuentro jugando con sus amigas.

-Lorena ven aquí- le digo, ella levanta la vista hacia mí y sonríe.

Ella se levanta y le dice algo a sus amigas que esperan en su sitio.

-Hola Mel, que raro verte aquí- me dice dándome un abrazo a lo que yo correspondo.

-he venido a despedirme, pero no quiero que estés triste ni preocupada- le digo, ella se aparta y me mira confundida, no entiende porque me estoy despidiendo y pienso si mentirle o no.

- ¿tú también vas a dejarme igual que Salvador? - su pregunta me pilla desprevenida y me doy cuenta que sabe más de lo que aparenta, pensé que no sabía nada pero claro que no es tonta y se da cuenta de las cosas que pasan a su alrededor.

-bebé, Salvador no nos ha dejado solo salió a explorar, ya sabes que a él le encanta eso, y por supuesto que no voy a dejarte, solo voy a buscarlo…seguro se perdió- le digo con una sonrisa fingida pero no puedo tolerar que me vea triste o que se dé cuenta de que le estoy mintiendo.

-no me digas bebé, no lo soy, no quiero que te vayas, no quiero estar sola- me abraza de nuevo y siento que me rompo por dentro.

-no estás sola Lorena, tienes a nuestros padres, además yo voy a volver más pronto de lo que crees, ni siquiera te darás cuenta de lo que he tardado- ella se limpia una lágrima que recorre su mejilla.

-prométeme que volverás- me dice.

-te lo prometo y siempre serás mi bebé, te quiero mucho enana- le digo dándole un beso en la mejilla, todavía húmeda por la lágrima.

Me alejo de la escuela y cuando estoy lo suficiente lejos suelto todo lo que he guardado dentro en esos diez minutos que he estado con ella, la situación me sobrepasa, ver a mi familia tan destrozada me rompe el corazón.

Después de soltar todo esto me siento un poco mejor, limpio mis lágrimas y sigo adelante, me pregunto porque no sabemos nada de Salva debe haberse quitado el collar o haberlo perdido, si tan solo lo llevará puesto ya sabríamos algo de él.

Me encamino de nuevo a la cueva pero esta vez entraré dentro, a lo mejor es más profunda de lo que me imagino y por eso no me oyó cuando lo llamé ayer, ojalá este en ese lugar pero se me ponen los pelos de punta de solo pensar en que cosas puedo encontrarme allá dentro, no quiero pensarlo.

______

- ¡Maldita sea! -le digo al tipo a mi lado, el me mira cabreado.

-no maldigas, no sirve de nada- me dice enfadado, estamos los dos encerrados en una celda.

-yo confié en él, me prometió que encontraríamos algo impresionante que nadie había encontrado- digo desilusionado.

-y como tonto le creíste, ¿no sabes que no hay que fiarse ni de tu propia sombra? - suspiro cansado de discutir.

-ya no sirve de nada culparse, solo quiero salir de este asqueroso lugar y recuperar lo que es mío- pateo la manta que hay en el suelo.

Solo hay un orinal y una manta, eso es lo poco que tenemos, extraño mi casa, ahora es cuando me doy cuenta de que no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos, ojalá me hubiera dado cuenta antes.

-Salvador, ya no te enfades más conmigo, yo solo quiero ayudarte pero tratándome mal no vas a conseguir nada y menos de mí, yo no tengo la culpa de que te encerraran, sabes que estoy en la misma situación que tu- me dice apenado Rubén.

-lo siento, es que no paro de culparme por creer en ese idiota que me trajo al infierno, fui tan iluso al creerle- no debí tratarlo mal estos días, pero sentía que tenía que culpar a los demás para sentirme mejor conmigo mismo pero ha sido una estupidez, no es justo culpar a la única persona que quiere ayudarte.

-puedo entender que extrañas a tu familia, yo en cambio no tengo a nadie esperándome pero un día si lo tuve, así que quiero ayudarte a que seas libre de nuevo y puedas volver con tu familia- veo esperanza en sus ojos y eso me alivia a mí también, siento que puedo creer en sus palabras.

______

Trago saliva antes de entrar, agarro la linterna y entro con cuidado, se oye el sonido del agua y la brisa me da en la cara, me adentro con cuidado de no pisar mal y caerme, eso sería horrible.

-Salva- grito por si me oye, el eco me contesta con su nombre.

Llego a una especie de claro, donde hay agua en el suelo y murciélagos en el techo, intento no hacer ruido para no espantarlos y me ataquen o algo por el estilo, tampoco sé mucho de murciélagos.

Hay dos caminos muy estrechos, no creo que Salvador haya entrado tan profundo pero la duda me atormenta, y si está ahí atrapado y no puede salir, me pregunto si habrá llegado tan lejos, muerdo mi labio con impaciencia, no sé qué hacer.

Me siento en una roca mojada pero no importa, este lugar es precioso y muy silencioso, entiendo porque a mi hermano le gusta venir aquí, es tan relajante y hace que desconectes del mundo real y sumergirte en este lugar.

Cinco minutos más y decido adentrarme por uno de esos lugares, solo espero que no me esté equivocando, el lugar es muy estrecho pero puedo pasar bien si voy de lado, se siente el frio venir de este lugar, siempre bajo tierra la temperatura es más fresca, sin darme cuenta me raspo el codo con la pared, es difícil caminar así de lado.

Cuando por fin salgo de este pasillo infernal llego hasta un lugar oscuro solo iluminado por una grieta donde se cuela un poco de luz, me miro el codo y tengo un poco de sangre, agarro la mochila y cojo un trozo de papel y agua, ni siquiera me traje un botiquín, sabía que se me olvidaba algo.

Es solo un arañazo diminuto así que no pasa nada, tomo un poco de agua y examino el lugar, no parece que haya nadie aquí así que ha sido un error buscarlo aquí, decido dar media vuelta y salir de este lugar.

Un rato después lo logro, cuando estoy fuera respiro aliviada, al menos un lugar para descartar, algo me decía que no iba a estar aquí, creo que debería hacer caso a mi intuición pero y si luego me arrepentía y no buscaba me iba a sentir culpable, prefiero mirar en todos lados aunque pierda el tiempo que no buscar en alguno y que esté allí.

Mi próximo destino será ir hacia una zona en ruinas, a Salva siempre le ha gustado explorar todo lo desconocido y sé que en el lugar que esté lo llevo su curiosidad, mis padres sabían que algún día esa curiosidad le traería problemas pero no quisieron cortarle las alas por decirlo de alguna forma, ellos querían que hiciera lo que le gustaba y eso era salir al mundo a explorar aunque eso lo llevara a su perdición.

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