UN MUNDO DIFERENTE/C3 CAPITULO III
+ Add to Library
UN MUNDO DIFERENTE/C3 CAPITULO III
+ Add to Library

C3 CAPITULO III

Observo la luna brillar, al menos tenemos una ventana por donde podemos ver si es de día o de noche, llevo unos cuantos días aquí encerrado en esta maldita celda, si solo tuviera mi collar hubiera salido de aquí hace mucho, estos barrotes no son tan duros pero sin el collar solo soy un simple humano.

- ¿no puedes dormir? - me sobresalta Rubén, pensé que estaba dormido.

-no, pensé que dormías- le digo mirándolo, la luz de la luna se refleja en su cuerpo.

-me desperté y te vi observando la luna, si necesitas hablar sabes que estoy aquí, sé que no me conoces lo suficiente para que confíes en mí pero te aseguro que en el poco tiempo que te conozco es como si llevara toda la vida esperando a conocer alguien como tú- se aparta la manta y viene hacia mí, me sobresalto un poco pero no me aparto cuando me abraza.

-e-esto es incómodo- le digo y se aparta con una sonrisa.

-lo siento, necesitaba ese abrazo, siento si te incomode, no era mi intención- vuelve de nuevo a su sitio que justamente es al lado de mi manta, no es que la celda sea tan grande.

-tranquilo, yo también extraño los abrazos de mi familia, extraño tanto a mi hermana Mel, seguro están preocupados por mí e incluso puede que me estén buscando pero sin el collar ni siquiera saben si estoy bien- le digo.

- ¿de qué collar hablas? - mierda, no me había dado cuenta de lo que había dicho, por nuestra supervivencia guardamos en secreto lo del collar y ahora no se lo que voy a decirle.

-b-bueno es algo que no me siento con confianza para contarte- le digo mirando hacia la luna de nuevo, me hipnotiza ese brillo, está tan hermosa.

-entiendo, no te preocupes, buenas noches- me dice y se coloca de lado dándome la espalda.

Espero que no se haya enfadado pero es algo privado y no puedo contárselo a nadie, solo los malditos que me secuestraron lo saben pero porque ellos van detrás del collar, malditos Murcoks.

Si no hubiera confiado en Oscar no estaría aquí.

*flashback*

- ¿tus padres saben que somos amigos? - me pregunta Oscar.

-no, ellos no tienen idea de lo que hago cuando salgo a explorar, pero ¿Por qué la pregunta? - le digo, el alza sus hombros quitándole importancia al asunto.

Conozco a Oscar desde hace unas semanas pero le tengo confianza, él siempre me acompaña a mis exploraciones y somos muy buenos amigos, todavía no se lo he presentado a mis padres porque no quiero que piensen mal de él por vivir en una zona conflictiva, seguro me prohíben estar con el.

-sabes conozco un lugar donde seguro no has estado, dicen que es hermoso y hay muchas cosas valiosas- me dice sonriéndome, sabe que me pierde la curiosidad.

-no es que no quiera ir pero antes debo avisar a mi padres para que no se preocupen- le digo y el cambia la cara.

-no hace falta que los avises si es aquí cerca, no vamos a tardar nada ya veras, además si no vamos hoy no podré llevarte más adelante porque tengo que irme de viaje- me dice nervioso.

No sé qué hacer, me muero por explorar algo nuevo pero creo que hago mal si no aviso a mis padres, muerdo mi labio dudoso, es que si no voy perderé la oportunidad de mi vida y además ha dicho que está cerca así que no me tardaré.

-está bien vamos pero volvemos pronto- el asiente y lo sigo, si hubiera sabido que no volvería ese día no le hubiera hecho caso.

*fin del flashback*

______

Cuando llego a las ruinas es de noche, no pensé que me iba a tardar tanto en llegar pero me he perdido y por eso se me ha hecho de noche, me toca pasar la noche aquí y seguir buscando por la mañana, saco algo de comida y que preparó mi mamá, aunque espero no tardar mucho en encontrarlo porque no llevo mucha comida.

Estoy tan cansada de andar que cuando termino mi comida mis ojos se cierran lentamente, aunque la preocupación me puede estoy muy cansada.

Al día siguiente me despierto porque algo está tirando de mi mochila, abro los ojos rápidamente y veo que es un perro pequeño, me levanto rápido y el perrito se asusta un poco.

-Leo, ¿Dónde te has metido? - grita alguien a lo lejos, me quedo mirando al perrito y me imagino que esa voz es de su dueño.

El perro ladra y su dueño lo ve y corre hacia donde está su cachorro, yo me quedo quieta, no quiero asustar al perro.

-estabas aquí eh, no vuelvas a alejarte de mí- le dice agarrándolo en brazos, el perro le lame la mano.

-oh, perdona no te había visto- me dice dándose cuenta de que estoy a pocos metros de ellos.

-hola, el perrito es tuyo ¿verdad? - le pregunto a lo que el asiente.

-se llama Leo y le encanta explorarlo todo, siempre tengo que ir detrás de el- me dice y la tristeza inunda mi corazón, por un momento me olvidé de mi hermano.

- ¿dije algo que te incomodó?, lo siento- dice bajando al perrito pero está vez atado para que no vuelva a escaparse.

-no es nada solo me acordé de algo, perdona no me he presentado, soy Melía- le digo con una sonrisa alzando mi mano.

-encantado Melía yo soy Peter, por cierto ¿Qué haces por estas ruinas? – me agarra la mano y luego la suelto, no sé qué decirle la verdad.

-estoy buscando a mi hermano- me sincero, a lo mejor incluso puede ayudarme.

-él es igual que Leo, le encanta explorar y estoy buscándolo, espero que no le haya pasado nada- le digo, él se queda pensando en lo que le he dicho.

-a lo mejor puedo ayudarte, dime más o menos como es, a lo mejor lo he visto- oír eso me da alegría.

-bueno él se llama Salvador y tiene dieciséis años, el alto y delgado, de pelo castaño claro y tiene los ojos grandes y de un color avellana…lleva puesto un collar como el mío- eso último no sé si he hecho bien en decírselo pero y si fuera importante no quiero ocultar nada, al menos nada que no sea necesario.

-uhm, pues es un poco difícil ayudarte, no he visto a nadie así como me describes pero no me quiero imaginar donde está - me dice convencido, como puede saber el algo así.

- ¿cómo? - pregunto confundida, pensé que poca gente sabía sobre ellos, y menos un humano.

-Sé lo que eres Melía, no voy a hacerte daño, mi familia lleva años estudiando las bestias que existen en el mundo y también los Sulturis- me quedo en shock, mi cuerpo está paralizado y no responde a mis movimientos, quiero correr, no puedo fiarme de esta persona, no sé qué intenciones tiene.

-n-no puedes estar hablando enserio, tú… ¿Quién eres? - pregunto muy nerviosa, si es un humano puedo con él, pero si es otra cosa, me puede hacer daño.

-bueno eso no puedo decírtelo pero no quiero hacerte daño así que puedes tranquilizarte, te noto nerviosa- me dice y en ese momento siento un hormigueo por mi cuerpo y es una señal de que debo correr, sin mirar atrás.

Pero para mí mala suerte él se adelanta y me agarra el brazo, sabía que iba a huir, creo que mi cara me delató, intento soltarme pero de repente me siento muy cansada y mis piernas se doblan, no sé qué me pasa, caigo en sus brazos y me duermo.

________

Otro día empieza y para mí son todos iguales, a mi lado duerme Rubén, se le ve tan tranquilo, como si estuviera teniendo un sueño apacible, ojalá yo pudiera dormir como el pero el sufrimiento de mi familia me atormenta, eso y estar aquí encerrado sin saber que van a hacer conmigo.

-despertad dormilones- oigo que grita alguien unas celdas alejadas de la nuestra, me asomo a la puerta para ver quién es.

Es un Murcok bastante grandote para ser un enano, son criaturas tan repugnantes, veo como se llevan a dos chicos asustados, los saca de las celdas, se ven bastante sucios y delgados y no me extraña, con lo que dan de comer aquí creo que no duraré mucho.

Los chicos lloran, quién sabe que van a hacer con ellos, es la primera vez que veo alguno de ellos sacar a alguien de la celda, solo espero que no nos toque a nosotros, rápidamente se pierden por una escalera y vuelvo a donde estaba antes.

- ¿Qué ha ocurrido? - me pregunta Rubén ya despierto.

-se ha llevado a dos chicos de la celda, no sé qué va a pasar con ellos- digo y un grito desgarrador se oye de repente.

Nos quedamos en silencio unos minutos pensando que habrá sido ese grito pero yo sé que ha sido uno de los chicos que se han llevado antes, no puedo imaginar que le habrá ocurrido, me temo lo peor, presiento que no volveré a verlos.

-ha sido horrible, dios espero que no sea lo que me estoy imaginando- yo pienso lo mismo que él pero temo que sea verdad.

-yo también lo espero, solo pienso que no quiero ser el próximo- digo mirando hacia la ventana.

-no lo pienses, no va a pasar nada vale- me dice intentando tranquilizarme pero él está igual o más asustado que yo.

-Rubén tienes que ser realista, nadie nos va a salvar y no sé cuánto tiempo estaremos aquí encerrados- le digo un poco enfadado, ya estoy harto de pensar que uno de estos días me voy a despertar y voy a estar en mi cama.

-sé que es difícil pero no puedes perder la esperanza, sé que algún día saldremos de aquí, aunque seas solo tú el que salga- me dice bajando la cabeza.

-no me importaría sacrificarme por ti, tu mereces salir de aquí, tienes a tu familia esperándote…yo no tengo a nadie- sigue hablando y juraría que he visto una lágrima caer.

-eso no es verdad, aunque no tengas a nadie eso no quiere decir que no merezcas salir, yo estoy aquí por estúpido y curioso pero tú, nunca me has dicho porque estás aquí- le digo, ya me dio curiosidad.

-yo también me deje llevar por la curiosidad Salvador- me dice y vuelve a tumbarse.

No sé a qué ha venido eso, seguro que es venganza por no haberle contado lo del collar.

________

- ¿Por qué la has traído aquí, Peter? - oigo una voz pero no veo a la persona, analizo la situación, estoy tumbada en una cama pero no sé dónde estoy.

-no iba a dejar que huyera, puede ser peligroso para ella- oigo la voz de Peter, está hablado con alguien.

-será mejor que no nos traiga problemas- dice la otra persona y oigo como cierra una puerta, suspira.

Me giro despacio y veo como me mira sorprendido, sabe que lo he oído todo.

-no sabía que estabas despierta, siento haberte traído de esta manera- dice acercándose pero retrocedo un poco.

-no me tengas miedo por favor, ya te he dicho que no voy a hacerte daño- me dice y veo verdad en sus ojos.

-cómo no voy a temerte si no sé dónde estoy- le digo agarrando la manta que me cubre, no es que esté desnuda solo que me siento más protegida.

-entiendo, estás en mi casa pero estás a salvo si es lo que te preocupa- me dice sentándose en una silla que hay al lado de la cama.

-quiero irme de aquí, no puedo perder tiempo, tengo que encontrar a mi hermano- le digo desesperada, no sé cuánto tiempo he estado inconsciente.

-yo sé dónde puede estar tu hermano, te ayudaré a encontrarlo- pienso por un momento que me vendría bien su ayuda pero luego recuerdo que no sé nada de él.

-no puedo fiarme de ti, no sé qué me has hecho para traerme aquí, tampoco me has dicho quién eres- lo miro fijamente, él se agarra su cabello rojo, parece nervioso.

-está bien, te diré quién soy pero con una condición- ruedo los ojos, típico.

-tienes que prometer que no le dirás a nadie quién soy- me dice muy serio, asiento.

-soy un hechicero- me quedo en shock, había oído hablar de ellos pero nunca había visto uno, pensé que eran leyendas, que no existían.

- ¿estás bromeando verdad? - el niega y me cuesta creerle pero cuando la cama donde estoy empieza a elevarse del suelo me asusto.

-pensé que no existían, solo había escuchado de los hechiceros en libros antiguos que tiene mi padre- le digo seriamente, no puedo creer que estoy delante de uno de ellos.

-pues me tienes delante, entiendo que sea difícil de creer pero es cierto, hemos permanecido ocultos durante muchos años, hay gente malvada en este mundo que quiere aprovecharse de nuestro poder- él tiene razón, he oído historias de como los torturaban por no cumplir lo que los humanos querían.

-lo siento mucho, hay gente cruel en este mundo- se ve tristeza en su mirada, debe haber sido duro vivir entre las sombras oculto al mundo.

- ¿confías en mi ahora que te he dicho la verdad? - me pregunta y dudo un poco pero no tengo nada que perder, además a lo mejor y me sirve de ayuda.

-está bien, puedes venir conmigo- le digo y sonríe, este hombre es extraño, no sé porque tanto interés.

-ahora vuelvo- me dice y se va, estoy tan confundida.

_____

Narra Peter

Salgo del lugar nervioso y confuso, siento algo extraño en mi cuerpo, es como si estuviera ansioso pero no sé porque.

-Peter, ¿en qué estás pensando?, pareces que no estás aquí- me sobresalto al oír a Jennifer, ella es mi hermana mayor.

-no pienso en nada realmente- le digo con sinceridad.

- ¿Qué vas a hacer con la chica? - veo en sus ojos preocupación.

-voy a ayudarla a encontrar a su hermano, tengo que hacer esto, es importante- le digo sin entender el porqué.

-Peter…es tu alma gemela ¿cierto? - no entiendo lo que quiere decir, veo como se acerca hacia mí y me abre la camisa, la dejo hacer confundida.

Jennifer se queda mirando el tatuaje que tenemos todos los hechiceros, es una estrella rodeada de un circulo, miro hacia donde ella está mirando y el tatuaje está brillando, ahora lo entiendo todo.

Ella sonríe, yo sigo mirando el tatuaje, nunca me había pasado algo así, solo lo había visto en mi hermana y mis padres.

Nuestro tatuaje es especial, gracias a él podemos hacer nuestros hechizos y nos protege de las posesiones pero aparte de eso nos ayuda a encontrar a nuestra media naranja, en el momento que brilla sabemos que esa persona es la que nos hará feliz y la que está destinada para nosotros, no me lo puedo creer, he encontrado a mi pareja y ni siquiera me he dado cuenta, no sé qué pensar en este momento, estoy muy confundido.

Jennifer, ¿Qué voy a hacer ahora? - estoy un poco asustado, nunca había sentido esta sensación que me recorre el cuerpo, de la cabeza a los pies, es como si estuviera flotando y a la vez cayendo.

-bueno, creo que lo primero es explicárselo a ella, aunque al no ser como nosotros será difícil entenderlo- tiene razón, me bajo la camisa porque me siento raro viéndome el tatuaje brillar.

-no voy a decírselo, no quiero que se asuste y no me deje ir con ella- le digo.

- ¿acaso tienes idea de donde podrá estar su hermano? - me pregunta curiosa.

-me hago una idea de donde puede estar pero hasta que no vaya no podré descubrirlo- ella se queda pensando en lo que le he dicho y parece que se le ilumina una bombilla en su cabeza.

-no me digas que crees que los Murcoks lo tienen, porque si es así es peligroso que vayas- me dice asustada.

-tranquila, no me pasará nada, ya sabes que ellos nos temen- le doy un abrazo para que se calme.

-ten mucho cuidado por favor- me dice dejándome solo en la habitación.

Ahora debo pensar en cómo haré para vivir sintiéndome así y evitar decírselo.

_________

-malditos humanos, apestáis- oigo una voz gritar a unos metros de nosotros.

Miro hacia la puerta y veo otra vez a esa criatura, viene con una manguera en la mano y me imagino que puede pasar.

-quitaos la ropa u os mojo con ella- nos grita intentando darnos miedo, Rubén me mira y no duda en hacer caso.

Empieza a quitarse la camiseta y aparto la vista, aunque sea un hombre como yo me da vergüenza mirarlo.

-tú, ¿Qué mierdas haces?, te vas a quitar la ropa o te mojo entero- me vuelve a gritar.

-Salvador, obedece por favor- me habla Rubén, veo que está desnudo pero evito mirar sus partes íntimas.

-está bien- le digo y suspira.

Imito la acción de Rubén y empiezo a quitarme la chaqueta, luego paso con la camiseta, los pantalones y dudo en si quedarme en ropa interior pero no quiero quedarme empapado, así que con mucha vergüenza me los quito, no quiero mirarlo por si me está viendo.

Cierro los ojos y noto el chorro de agua fría en mi cuerpo, duele, el agua sale a presión y deja marcas rojas en mi piel, cuando termina me quedo temblando, ni siquiera nos pasa algo para cercarnos así que lo primero que hago es coger la manta que tengo para taparme, a pesar de estar en verano la temperatura en este lugar es fresca y el agua estaba helada.

- ¿Estás bien? - me pregunta Rubén mirándome, el ha hecho lo mismo que yo, su cuerpo está envuelto en la manta, mis labios tiemblan.

-t-engo frío- le digo y acto seguido me abraza dándome calor, al principio me tenso pero cuando noto el calor que emana de su manta lo dejo hacer.

Un rato después dejo de temblar y el me mira, estamos a unos centímetros solamente, y me fijo en sus ojos, son de color verde, tiene algunas pecas en su nariz y sus labios son gruesos, también tiemblan como hacían los míos hace un rato.

Mi corazón late fuerte en mi pecho, mi vista está fija en sus labios y no soy consciente de lo que hago hasta que nuestros labios están juntos, noto que están fríos pero los míos están calientes, me separo al instante al darme cuenta de lo que he hecho.

-lo siento…yo, solo quería darte calor- le digo tartamudeando, mi primer beso y ha sido con un chico, mi rostro arde y me giro para que no me vea.

Él no dice nada al menos en estos cinco minutos de silencio.

-Salvador, no tienes que avergonzarte, solo querías ayudarme, no pasa nada- me dice y yo quiero que me trague la tierra.

Report
Share
Comments
|
Setting
Background
Font
18
Nunito
Merriweather
Libre Baskerville
Gentium Book Basic
Roboto
Rubik
Nunito
Page with
1000
Line-Height