C2 Capítulo 2

- ni se os ocurra gritar u os disparo -el chico nos apunta con la pistola, las dos levantamos las manos, intento mantenerme calmada pero Alexa está sorprendida y temo que haga algo estúpido.

-tranquilo, no vamos a gritar ni hacer nada pero por favor déjanos- le suplico, el desconocido nos mira a ambas y se fija en Alexa, ella grita y el dispara al aire, en eso Tom que estaba en la cocina escucha el disparo y sale corriendo hacia la escalera, se asoma y nos ve arrinconadas levantando las manos, con ese hombre apuntándonos. Tom gira hacia la derecha y encima de la chimenea había una escopeta de caza, colgada en la pared, la toma rápido y para su suerte estaba cargada. Le grita al chico que se vaya y lanza un tiro al aire. El chico que estaba con el arma se asusta, Alexa mira a Marina a los ojos y con sus miradas se entendieron, rápidamente forcejearon con el chico para quitarle el arma pero él fue más fuerte y apunto a Alexa con el arma.

- Aléjense o la mato- amenaza.

Bajo las escaleras y le dijo a Tom que soltara el arma y se apartara, Tom la arrojó al suelo y se apartó con cuidado.

El chico salió de la casa con Alexa y nos dijo que ni se nos ocurra seguirlo o le dispararía. De repente oímos una moto, hacia tanto tiempo que no oía ninguna que por un momento pensé que me lo imaginé. Salimos de la casa y vamos hacia el faro, estamos dispuestos a ir detrás de ellos pero no podemos ir a lo loco, tenemos que prepararnos bien, no sabemos donde puede estar o si esta viva o no pero no vamos a rendirnos, lo único que tenemos para movernos son bicicletas, no las hemos usado mucho porque íbamos cerca pero es el momento de usarlas.

Metemos toda la comida que tenemos en la mochila y las botellas de agua, los días que estemos fuera intentaremos mantenernos con lo que tenemos, para defendernos tenemos cuchillos y Tom tiene el hacha y el arma que se ha encontrado en esa casa.

- vamos no hay tiempo que perder, espero que no sea demasiado tarde – su mirada se ve tan triste, ella es lo único que nos queda y no podemos perderla.

Salimos del faro y empieza a llover, joder esto nos va a retrasar, por suerte después de unos minutos para pero ha sido suficiente para llenar las botellas de agua, siento que esto es una buena señal del destino.

En otro lugar…

- suéltame maldito– le grito a este chico de pelo negro que me ha secuestrado, no sé a donde nos dirigimos pero yo solo quiero volver con mi hermano y Mar.

- estate quieta o nos iremos los dos pero al infierno– me agarro mas fuerte para no matarnos, no quiero morir con este tipo.

Observo el paisaje a nuestro alrededor y no conozco nada, no sabría ubicarme, solo espero que mi hermano me encuentre.

Cierro los ojos y mis pensamientos se llenan de recuerdos del pasado, de mis padres, mis abuelos, de como era la vida antes.

La moto se detiene y abro mis ojos, no sé donde estoy y tampoco sé como voy a salir de aquí, miro hacia atrás y siento que estoy tan lejos de mi hermano… mis ojos empiezan a escocer, pero intento limpiarlos rápido para que nadie se de cuenta.

La moto se detiene y me bajo

- no sé que quieres de mí pero voy a matarte– él se rasca la barbilla y se queda pensando.

- inténtalo si quieres, te usé de rehén para salir de allí– el tipo me sonríe de una forma que no me gusta.

- ¿Qué está pasando aquí? , ¿Quién es esta chica?– otro chico aparece a nuestro lado aunque parece que tiene buenas intenciones.

-señor David, tuve que traerla o si no iban a dispararme -le dice el idiota.

-está bien , lárgate anda – contesta el otro chico.

-discúlpame , que modales los míos, déjame presentarme, soy David y ese inútil es Tobías, pero no te preocupes que no te molestará más, eso te lo aseguro – un alivio crece en mi interior.

- ven conmigo, seguro que tienes muchas preguntas, intentaré responderte todo – suspiro y le sigo, no me queda otro remedio, ni siquiera se donde estoy, altos muros rodean lo que haya ahí dentro y eso me preocupa.

- bienvenida a Greencity donde nace la vida – en ese momento las puertas se abren y lo que veo es impresionante, jamás había visto algo tan hermoso.

El nombre de la ciudad le hace justicia al lugar, es un sitio lleno del color verde, tanta naturaleza junta me da una gran paz y me hace recordar al pasado, cuando iba al parque con mis padres.

- esa cara es la que pone todo el mundo cuando llega a este sitio – parpadeo varias veces y trago saliva.

- es lógico poner esa cara, no sé de donde vendrás tu o lo que has tenido que pasar pero te aseguro que yo no había visto un lugar tan bonito como este – el se ríe y observa a la gente pasar.

- llevo tres años aquí y concuerdo contigo en que la vida no ha sido fácil pero siempre he mantenido una esperanza, la de que este planeta nos de una segunda oportunidad – me mira y asiento, ojalá haya una segunda oportunidad para todos.

Cuando iba a entrar el rostro de mi hermano se paso por mi mente, por un momento me olvidé de lo que pasó.

- un momento, no puedo entrar, tengo que irme, mi hermano debe estar buscándome – me giro dispuesta a ir a donde sea que se encuentren pero una mano me detiene.

- baja el ritmo chica, siento que Tobías te haya traído hasta aquí a la fuerza pero no puedes irte sola, no sabes los peligros que hay ahí fuera – me dice y yo sonrío.

- llevo años ahí fuera, sobreviviendo al frío, al hambre e incluso me dispararon una vez pero aquí estoy, así que no me asusto tan fácilmente – el se queda pensando y vuelve a hablar.

- has dicho que tu hermano debe de estar buscándote no entonces no estás sola en el mundo como me haces creer con tus palabras, déjame ayudarte – de repente silva y un hombre aparece frente a nosotros.

- dígame señor David – el chaval se ve menor de edad pero parece educado.

- quiero que envíes a tres de nuestros hombres a buscar a dos personas – el chico asiente con la cabeza y se va.

-¿dónde tienen que ir? - me pregunta, le describo el lugar y el asiente. Me sorprendo, no pensé que me ayudaría así sin conocerme.

- gracias por esto – le digo.

- De nada, por cierto no me has dicho tu nombre – miro hacia el suelo y pienso muy bien si decirle la verdad o no, dado que me ha ayudado lo hago.

- me llamo Alexa, encantada de conocerte – le doy la mano y me la acepta gustoso.

- un placer ,vamos te enseñaré el lugar-decido seguirlo, necesito descansar.

Unas horas mas tarde…

llevamos horas intentando seguir el rastro de la moto pero lo perdimos hace un rato, ninguno de los dos queremos decirlo, sé que si lo hacemos será como perder la esperanza de encontrarla y eso no puede pasar.