Yerno Real del Dragón/C8 ¿Dónde está tu electromóvil?
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C8 ¿Dónde está tu electromóvil?

Xia Mengyao se quedó callada con los labios fuertemente apretados. Era consciente de que a Xia Zilan no le sentaba bien la verdad de que ella era la más bella de la familia, así que siempre se le presentara la oportunidad, la burlaba, a lo cual Xia Mengyao se había acostumbrado.

Xia Mengyao calló, mientras que Xia Zilan se veía más orgullosa.

"Mengyao, ¿hasta cuándo Chen Feng te compra un auto ah? Con el tiempo tan caluroso, ¿él sigue dejar que te sientes en electromóvil? Qué vida dura llevas tú."

"¿Eso tiene algo que ver contigo?" Dijo Xia Mengyao mientras dirigió una mirada de disgusto a Xia Zilan.

Xia Zilan hizo alzar la comisura de los labios y dijo con una razón fingida:"Ah, lo siento, Meng Yao, me olvido de que Chen Feng es un delivery guy y tiene un salario muy bajo. Si no suceda algo sorprendente, sin duda, no será capaz de comprar un coche por toda la vida."

Xia Mengyao se enojó mucho mordiendo los dientes. El menosprecio de Xia Zilan a Chen Feng frente a ella le dejaba muy irritada, sin embargo, no tenía ni cómo refutar, ya que era verdad lo que decía ella: con el salario de Chen Feng, aún era difícil mantener una vida normal, ¿ni qué decir adquirir un coche?

"Mengyao, deja que Chen Feng dimita de su trabajo y vaya a laborar para mi esposo. Su compañía está reclutando guardias de seguridad, el salario que oferta no es malo, al menos mejor que un delivery guy. Tras el esfuerzo por ocho o diez años, a Chen Feng aún le será posible comprar un coche."

Xia Zilan rio de manera ridícula. A diferencia de Xia Mengyao, se casó con un buen marido, un joven gerente de personal que ganaba millones al año, a causa de lo cual, cada vez que se presentaba ante Xia Mengyao, sentía con mucho orgullo.

Xia Mengyao volvió su cabeza para evitar más miradas a Xia Zilan.

Xia Zilan dio un bufido de desdén. Si Xia Mengyao no le hacía caso, no tendría sentido el seguir ridiculizando a ella.

En este momento, un Audi A8 negro pasó por la puerta principal de la compañía, detrás del cual seguía un taxi Jetta.

Xia Zilan se alegró mucho al ver el Audi A8.

"Meng Yao, mi esposo viene a recogerme, sigue por aquí tomando el sol." Xia Zilan se dirigió hacia el Audi A8 con una cara llena de orgullo.

Xia Mengyao apretó con fuerza los labios rojos y echó un vistazo a Xia Zilan. No era verdad si decía que no estaba nada envidiosa. El esposo de Xia Zilan la recogía en Audi A8 todos los días, el cual valía millones de yuanes, mientras que su esposo, venía en electromóvil.

Durante los días de lluvia, ambos se quedaban totalmente mojados.

Paró el Audi negro a la puerta de la compañía y bajó lentamente la ventanita, por la que asomó la cara hermosa de Zhao Shihua.

"¡Marido!" Xia Zilan se abalanzó y dio un beso en la mejilla de Zhao Shihua.

"Zilan, sube."

Zhao Shihua se sonrió suavemente. Echó un vistazo a Xia Mengyao y por el fondo de sus ojos se cruzó un toque de sorpresa y admiración. Había pasado tres años, pero Xia Mengyao seguía permanecer igualmente hermosa y atractiva. El correr del tiempo no había dejado ningún rastro en su cara, en cambio, le agregaba aún más cierto encanto.

Remiró a Xia Zilan que estaba a su lado llevando un maquillaje pesado, se veía bonita también, pero si se comparaba con la belleza de Xia Mengyao, que poseía una presencia pura, extraordinaria, serían de dos grados diferentes.

Qué bien si hubiera podido hacer lo mismo como aquella basura, pensaba Zhao Shihua en el corazón. Tres años antes, la que llamaba su atención había sido Xia Mengyao en vez de Xia Zilan. Sin embargo, justo cuando le daban las ganas de perseguir a Xia Mengyao, salió la noticia de que ella se casaba.

Xia Mengyao se casó con un delivery guy.

En aquel momento, Zhao Shihua se sintió colapsado, pero lo pasado ya había pasado, y él no tenía ningún remedio. Decepcionado, solo le quedaba la opción de Xia Zilan.

Pero, en su corazón, nunca había podido olvidar a Xia Mengyao. Cuando se enteró de que ella no tenía una vida feliz después del matrimonio, pensaba incluso en divorciarse con Xia Zilan y luego volver a perseguir a Xia Mengyao.

Sin embargo, se trataba solamente de un pensamiento.

Zhao Shihua dio un suspiro de desaliento, y justo cuando estaba dispuesto a salir, vio una silueta familiar desde el espejo retrovisor.

¿Por qué vino él? Por los labios de Zhao Shihua apareció un toque de interés.

"Mengyao, siento por llegar tarde." Chen Feng bajó del taxi, se secó el sudor en la cabeza y fue directamente a Xia Mengyao.

"Está bien." Al ver que Chen Feng no llegaba en su vehículo eléctrico hoy, Xia Mengyao mostró un rastro de duda por sus ojos bellos, pero no dijo nada.

"Vamos, regresemos". Chen Feng dijo riendo.

"Chen Feng, ¿dónde está tu electromóvil?" Se oyó la voz de tono extraño de Xia Zilan. En los días anteriores, cuando Chen Feng venía a recoger a Xia Mengyao, todavía en un vehículo eléctrico, por lo menos, y hoy, ni siquiera con un electromóvil, ¿acaso se encontraban tan en apuro?

Chen Feng entrecerró los ojos y dijo ligeramente:"¿Está relacionado contigo?" De seguro sabía de la discordia entre Xia Mengyao y Xia Zilan, por lo que no le mostraría a esta última una buena cara.

Xia Zilan se quedó sin palabras. Realmente eran una pareja, que halaban palabras exactamente iguales.

Guardaba cierto respeto a Xia Mengyao, pero no lo haría a Chen Feng:"¡Qué bárbaro! ¿Qué palabras has dicho? ¡No sabes que yo soy tu prima? ¡Ineducado!"

"Xia Zilan, compórtate de manera civilizada." Antes de que Chen Feng abriera la boca, salió Xia Mengyao con una cara fría.

"¿Qué? Chen Feng es un inútil, ¿eso no lo puedo criticar?"

Antes de que Xia Zilan terminara las palabras, en su cara ya apareció sellada una huella dactilar.

Xia Zilan se aturdió, lo igual pasó a Zhao Shihua y Chen Feng.

Solo que Xia Mengyao, con una cara bonita pero fría, dijo mordiendo los dientes:"No permito que sigas diciendo que él es un inútil."

¿Ella fue golpeada? Xia Zilan se quedó de piedra.

"¡Maldita puta tuya! ¡He de matarte!"

Xia Zilan se recuperó, dio un grito agudo y se arrojó hacia Xia Mengyao con los ojos rojos.

Chen Feng, de manera natural, no podía hallarse sin reacciones a estas horas, así que rápidamente tiró a Xia Mengyao por su atrás a fin de protegerla.

Zhao Shihua también se acercó, llevando una cara hosca. Había querido ayudar, pero cuando veía a Chen Feng, de estatura alta, paró y retuvo a Xia Zilan.

Zhao Shihua sabía que, si realmente lucharan entre sí, frente a Chen Feng, que llevaba los años dedicándose al ejercicio físico, él no contaría con ninguna probabilidad de ganar. No quería perder la cara por este lugar.

"Zhao Shihua, ¿por qué tiras a mí? Esta puta ha golpeado a tu esposa, no me ayudas, y ¡me detienes!"

Xia Zilan gritaba de manera histérica, por la que no se encontraba sin ningún rastro de galantería. La escena atrajo a muchos espectadores de la compañía, ante eso, la cara de Zhao Shihua era sombría como un agua estancada. Se sentía muy vergonzoso.

"¡Basta ya!" Zhao Shihua la detuvo a Xia Zilan con fuerza mientras le echó una mirada de odio.

"Xia Mengyao me golpeó."

Chen Feng puso la cara fría, de repente caminó hacia adelante y zumbó una bofetada en la mejilla de Xia Zilan.

No le importaba si Xia Zilan lo maldecía de basura, pero si insultaba a Xia Mengyao, no lo permitiría.

La bofetada que lanzó fue mucho más fuerte que la de Xia Mengyao, por lo que, en la cara de Xia Zilan, apareció al instante unas huellas dactilares.

"Chen Feng, tú el inútil, ¿cómo te atreves a golpearme? Xia Mengyao me golpeaste, y tú también. ¡Peleo contigo!"

Con mano sintiendo el escozor de la cara, Xia Zilan de inmediato perdió la cordura, se liberó de Zhao Shihua, y se abalanzó hacia Chen Feng.

Xia Zilan tenía un cuerpo chiquito y no era la oponente de Chen Feng. Lanzó de nuevo dos bofetadas más, lo cual hizo que Xia Zilan casi cayera al suelo de desmayo.

"Esposo, esposo, ¡él me golpeó! ¡No quiero vivir más!"

Xia Zilan estaba al borde de colapso.

"Si no puedes controlar tu boca apestosa, ¡no me importa romperte la boca!" Chen Feng dijo con frialdad. Los ojos fríos hacían que la gente creyera firmemente que sin falta lo haría.

La escena dejó que muchos se quedaran sorprendentes, incluso a Zhao Shihua y Xia Mengyao, aturdidos e inmóviles en su lugar.

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