C6

CAPÍTULO SEIS

*

*

Aurora contactó al médico para informarse sobre el progreso en la salud de Sammie y, como en cada ocasión anterior, recibió la misma noticia: los medicamentos iban perdiendo efecto poco a poco, y la cirugía se presentaba como la única alternativa para salvar la vida del niño.

"¿Estás suplicando ahora? Por tu cara, ¡parece que no!" dijo Cassandra con desdén, observando a Aurora por encima del borde de su copa de jugo.

Ella sabía que había una sola razón por la que Aurora se acercaría: el dinero. Era el momento de hacerle saborear su propia medicina.

Si Aurora tuviera otra salida, no se encontraría frente a una de las personas que más la despreciaban.

No importaba hasta dónde tuviera que humillarse, la vida de Sammie era lo que más importaba.

Incluso si eso significaba implorar misericordia a sus enemigos, el Dr. Jerome ya le había advertido que podría conseguir que el abogado modificara la cláusula del contrato, pero solo si su hermana accedía.

"¿Por qué habría de ayudarte? ¡Ah, ya entiendo! Es porque aún piensas que éramos amigas, ¿cierto? ¿O tal vez porque crees que te debo algo? ¿Por qué tu esposo se convirtió en mi amante?" Se detuvo para lanzar una mirada condescendiente a Aurora antes de proseguir.

"Ya te lo dije antes, ¿no es así? No es mi culpa si tu marido detesta tu rostro y tu figura y prefiere los míos, así que no te debo nada desde el principio."

Aurora se mantuvo en silencio ante las provocaciones de Cassandra, dispuesta a soportar cualquier humillación con tal de conseguir lo que había venido a buscar. Comprimió sus labios fríos; después de todo, habían conseguido que firmara aquel contrato a propósito, y no había ninguna posibilidad de que Cassandra decidiera ayudarla.

"¿Por qué tienes que ser tan cruel? ¡Sammie solo tiene seis años! Antes lo tratabas como si fuera tu hermanito, ¿recuerdas? Incluso te llama tía, y ahora que está postrado en esa cama de hospital, ¿no puedes apartar tu rencor hacia mí solo esta vez y ayudarlo? ¡Se está muriendo!" Su voz se quebró, ya no le importaba si rogaba o lloraba.

Estaba completamente agotada.

Con delicadeza, Cassandra dejó su vaso vacío sobre la mesa y se puso de pie, con una mirada de desdén en su rostro.

"¿Dejar de lado mi odio? Y para que lo sepas, ¡ese niñato nunca me cayó bien! Solo lo toleré para poder estar cerca de ti." La risa de Cassandra sonó, y era desagradable.

"Estar cerca de ti era la única manera de ver y pasar tiempo con George. ¡Sí, te odiaba! Siempre te lo llevas todo. Me repugnaba cada vez que me contabas lo mucho que os amabais. Solo pensabas en ti misma y nunca te diste cuenta de que tu amigo se estaba muriendo poco a poco. ¿Sabes que maldije el día de tu boda y tu felicidad? ¡Debe de haber surtido efecto, por eso estás en esta situación! George de repente te detesta tanto, ¿alguna vez te has preguntado por qué?"

Para Aurora, esto era una revelación impactante; jamás había imaginado que Aurora la odiara hasta el punto de maldecirla.

"Pobre de ti, seguramente todavía piensas que es porque él te considera una desgracia. Creo que mereces saber que es porque le conté todas tus andanzas, cómo te acostabas con distintos hombres y habías tenido varios abortos. ¡Me creyó tan fácilmente! Supongo que nunca te amó de verdad."

La confesión tomó a Aurora por sorpresa; en sus tres años de matrimonio con George, nunca había sabido nada de esto. Supuso que ya no importaba; George creería lo que tuviera que creer.

Un grito ahogado brotó de sus labios cuando Cassandra se acercó y le agarró la mano con fuerza, como si quisiera desencajarla del hombro.

"¿Por qué habría de pensar en ayudarte? Ya lo has perdido todo, pero aún así, ¡te negaste a darme esto! Lo único que siempre he deseado." Arrancó el anillo de Aurora, levantándolo en alto, y soltó una carcajada casi maníaca.

"¿Me llamas cruel? ¡Claramente la malvada aquí eres tú! ¿Cuánto te falta para admitir por fin tu derrota? ¡No siempre se te conceden todas las dichas, Aurora! Tú también probarás el sabor de la amargura, ¡tal como lo hice yo!" Cassandra lanzó el anillo con furia hacia un rincón remoto del amplio salón.

"¡Firmaré los papeles del divorcio! Eso es lo que siempre has deseado, ¿no es así? Puedes quedarte con el anillo de George, a mí solo me importa Sammi..." La carcajada estridente de Cassandra interrumpió a Aurora.

"¿El dinero a cambio de tu alianza matrimonial? Eso es lo que ibas a decir, ¿no es así?"

"Sí, firmaré los papeles del divorcio y también abandonaré esta casa."

Cassandra hizo un ruido gutural, su rostro destilando una compasión sarcástica.

"Siempre te las das de justa, pero yo siempre he tomado lo que he querido por mí misma, no deseo estar con George por tu gesto 'benévolo'. Me has exasperado tantas veces que ahora lo único que deseo es verte sufrir. Siempre tan altiva, ¿verdad? ¡Qué placer verte suplicar e impotente!"

Cassandra regresó a su lugar para servirse otro vaso de jugo.

"No me responsabilices, no te convendría, y no olvides que aún tienes que proteger a tu bebé... lo siento, ni siquiera es tuyo, tendrás que entregarlo tan pronto como nazca."

Aurora comprendió que había cometido un error imperdonable; jamás debió haber rogado a Cassandra.

Esas personas eran demasiado crueles; Sammie estaría mucho más seguro en el hospital, lejos de su veneno.

Report
Share
Comments
|
Setting
Background
Font
18
Nunito
Merriweather
Libre Baskerville
Gentium Book Basic
Roboto
Rubik
Nunito
Page with
1000
Line-Height