C7 Capítulo 7 ¿Puedes dejarme ir?

El silencio se apoderó del estudio de inmediato, pues nunca antes se habían enfrentado a una situación así.

Hazel se sentía mortificada. Se quedó sin palabras. ¿Cómo había ocurrido esto?

De repente, una figura irrumpió en el escenario, se despojó de su abrigo y lo colocó sobre ella.

Al alzar la mirada con agradecimiento, Hazel se encontró con un hombre que la observaba fijamente el pecho, y... le resultaba conocido.

Se sonrojó al instante. Todavía no caía en la cuenta de que el caballero que la había auxiliado era el mismo tipo impertinente con el que se había topado días atrás.

Hazel se apresuró a cerrar el abrigo para ocultar su pecho.

Joshua se mostró ligeramente decepcionado. Extendió la mano hacia el pecho de Hazel y comentó: "Quita las manos, aún no he visto bien...".

"¡Pervertido!" Hazel, indignada, le propinó una bofetada a Joshua.

Joshua parecía desconcertado. Solo quería ver el lunar en su pecho. ¿Acaso había malinterpretado algo?

Pero había demasiadas personas alrededor como para aclarar el malentendido. Joshua tomó del brazo a Hazel y le dijo: "Ven conmigo, te ayudaré a cambiarte".

Hazel había pensado en resistirse. Pero al escuchar sus palabras, se envolvió aún más con el abrigo y el vestido y siguió rápidamente a Joshua.

El incidente ocurrió en un abrir y cerrar de ojos. El estudio quedó paralizado por la sorpresa.

El director del estudio no daba crédito.

¿Su presidente había sido abofeteado? Y aunque parecía comportarse como un pervertido antes del golpe, había logrado llevarse a la chica con él.

"Calma, todos. El hombre es parte de nuestro personal y está a cargo de manejar las emergencias", aclaró el director.

Mientras la conmoción aún reinaba, el director anunció desde el escenario: "Que pase el siguiente, por favor".

Hubo murmullos entre el público por un momento, pero nadie le dio mayor importancia.

Hazel siguió a Joshua hasta una oficina.

Al cerrar la puerta, Joshua se volvió hacia Hazel y, con una expresión impasible, le ordenó: "Desnúdate".

"¿Cómo?" Hazel lo miró fijamente antes de replicar: "Dijiste que me ayudarías a cambiarme, ¿dónde está la ropa?"

Joshua frunció el ceño, impaciente. Aunque solía ser paciente, en ese momento no quería perder ni un segundo.

Sin previo aviso, estiró la mano y tiró de la chaqueta del traje.

Hazel, asustada, se apartó de un salto e intentó darle otra bofetada. Pero Joshua le sujetó la muñeca.

El abrigo y el vestido se deslizaron al suelo. Hazel soltó un grito y con la mano libre intentó cubrirse el pecho.

Rápidamente, Joshua le capturó la otra muñeca y le inmovilizó ambas manos a la espalda.

Hazel luchó, pero retrocedió y Joshua la acorraló contra la pared.

La mirada de Joshua se fijó en la marca de nacimiento de Hazel, y su rostro adoptó una expresión enigmática.

"La posición y la forma coinciden con esta marca. ¿Será realmente ella?" se preguntaba Joshua.

Hazel se sintió como si un balde de agua fría le cayera encima. Solo su ropa interior la protegía ahora. Solo había sentido tal vulnerabilidad una vez antes, el otro día...

Mirando a Joshua, Hazel exclamó con asombro: "¡Eres tú!".

"¿No me habías reconocido antes?" Joshua no salía de su asombro. Recordó su anterior encuentro y no pudo evitar encontrarlo gracioso.

"Así que después de desvestirme el otro día, ¿ahora vienes a desvestirte ante mí como penitencia por tu falta?" Joshua esbozó una sonrisa irónica y comentó: "Qué deferencia la tuya".

"¡He venido para participar en la selección preliminar!" Hazel estaba fuera de sí.

"Oh, cierto. Gracias por recordármelo." Joshua dijo, con una sonrisa maliciosa, "Entonces, ¿de verdad aspiras a tener un hijo conmigo?"

"¿Quién querría tener un hijo contigo? ¿Quién diablos te piensas que eres?", Hazel lo miró con ira.

"Soy Joshua, Joshua Denmark."

Hazel se quedó sin palabras.

Había acudido a una entrevista para ser madre subrogada y había sido el propio Joshua quien había organizado el evento.

De alguna manera, las chicas que asistían deseaban tener un hijo con Joshua.

Sin embargo, Hazel se resistía a creer que el hombre frente a ella fuera Joshua. ¡Para ella, no era más que un pervertido que se aprovechaba de las mujeres!

"Si realmente eres Joshua, ¿podrías dejarme ir?", Hazel forzó una sonrisa.

"Ni lo sueñes." Negó con la cabeza, "No me creíste. Solo buscas escapar."

Hazel no encontró palabras para responder.

"No es adecuado tener esta conversación de esta manera."

"A mí me parece perfectamente adecuado."

"¡No, señor Joshua!", gritó Hazel, "¿Te atreverías a cambiar de lugar?"

"Si lo hiciéramos, tú te escaparías", dijo Joshua con franqueza.

"Prometo que no lo haré, ¿vale?", Hazel estaba al borde de las lágrimas.

"No me convences."

Ella tenía la mirada esquiva, siempre buscando la oportunidad de huir. Él no permitiría que se escapara.

"¿Qué pretendes hacer?", preguntó Hazel casi en la desesperación.

"Soy realmente Joshua Denmark", dijo él, frunciendo el ceño.

"Está bien."

"¿No me crees?"

"¡Claro que te creo! ¡Eres Joshua Denmark, el presidente del Grupo Denmark, de acuerdo?"

"Aún así no me crees", afirmó Joshua serenamente.

"¡Ya basta!", Hazel estalló, "¡Eres un bastardo, un canalla! ¡Voy a empezar a gritar si no me sueltas ahora mismo!"

"¿Estás segura?", los ojos de Joshua brillaron con astucia, "Un hombre tiene muchas maneras de silenciar a una mujer. ¿Quieres comprobarlo?"

Hazel lo miró con furia.

Al menos... Joshua aún no había hecho nada indebido con ella. Mejor no provocarlo más en ese momento.

Joshua se sintió algo decepcionado al no haber causado una buena impresión.

"Esa noche, me topé con unos tipos que estaban molestando a tu amiga y la ayudé. Pero ella terminó vomitando sobre mi abrigo. Y justo en el momento en que me lo estaba quitando, tú apareciste", explicó. Luego agregó: "Todo fue un malentendido. ¿Tu amiga no te lo comentó?"

Hazel lo miró con frialdad. No le creía ni una palabra y, para colmo, Summer tampoco había dicho nada al respecto.

"Al parecer, tu amiga no te informó sobre el incidente", observó Joshua, con una mirada penetrante.

"Me parece que hay un malentendido. ¿Podrías dejarme ir?" Hazel intentó pedirlo de la manera más cortés posible.