Amor a primera vista

Amor costero
Amor costero
"No me hagas forzarte a abrir las piernas bruscamente, pequeña. Mantenlas abiertas para mí, tú quieres esto, ¿verdad? Dime si quieres detenerte, ¿de acuerdo?" Preguntó con su voz seductora, yo asentía en señal de respuesta. ****** Marissa vivía una auténtica historia de Cenicienta, con una madre fallecida y un padre que se casó de nuevo, dejándola con dos hermanas molestas y de corazón amargo. Su padre estaba sumido en su trabajo. Nunca se ocupó de ella, ya no era la niña mimada de papá. Finalmente, se mudó de casa, escapando de aquel ambiente venenoso. Y dejó atrás a su querido padre. Había perdido toda esperanza en él, ya que no era alguien a quien él valorara. Se encontró viviendo en un pequeño pueblo costero, buscando paz, amor y su propio final feliz. Era una romántica incurable, que leía demasiadas novelas de amor. ****** Nate estaba reparando su corazón roto en la casa de playa de su hermano. Siempre le había encantado ese tranquilo pueblo costero. Hasta que un día conoció a una joven con tendencias suicidas. Ella invadía constantemente su mente con sus sensuales imágenes una y otra vez. Era demasiado joven para él, apenas tenía la edad legal. Y resultó ser una romántica empedernida. Necesitaba mantenerse alejado de ella. Pero, obviamente, no podía, ya que ambos deseaban constantemente la compañía del otro.
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Erótica
Mi rey licántropo personal
Mi rey licántropo personal
Victoria Gibberson, una joven de 18 años con habilidades telepáticas, capaz de leer la mente de los demás cuando lo desea. Más que un don, era una maldición. Hacía un año que sus padres habían fallecido en un accidente de tráfico, así que tras finalizar el instituto, decidió cambiar de aires y se mudó a un pequeño pueblo llamado Pearly Canines, junto a su tía. Sin embargo, algo en ese lugar era inquietantemente peculiar. Un encanto extraño e inexplicable lo envolvía. Lo que más desconcertaba a Victoria era la atracción innegable que sentía hacia un chico llamado Alexander Hunter. Él la miraba fijamente, como si pudiera descifrar sus secretos más ocultos, transmitiéndole una atención que rozaba lo sobrenatural. ​ No le facilitaba las cosas que una noche, él se acercara, se inclinara hacia ella y le susurrara de manera seductora al oído: "Hola, compañera. Dejémonos llevar por el amor."
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Hombrelobo