Pecador.
Pecador.
Annabelle Maxwell es una de las mejores novicias del convento de la sagrada caridad, ella tiene claro su objetivo, convertirse en monja y servir a Dios el resto de su vida, pero ¿Qué pasará cuando Bastián Jones se atraviese en su camino? ¿Qué hará Annabelle cuando Bastián le demuestre lo bien que se siente convertirse en una pecadora? De la mano de Bastián, Annabelle conocerá cada uno de sus límites y de sus más bajas pasiones. «El corazón del hombre está inclinado al mal, pues bien, después de esa noche el mío se inclinó y se postró a los pies de Bastián Jones»
32
Románticas
Que Comience el Juego
Que Comience el Juego
Lucia Cadaval nunca, pero nunca se enamora, nacer, crecer y convivir con 3 hermanos es saber que los hombres son unos terribles casos en el amor y nunca cree en palabras bonitas de un chico. Aparte de eso, la infidelidad de su padre hacia su madre le agrego mas azúcar al pan. Para Lucia pronto llegara a su vida el juego mas intenso, ella sera consciente de todas las reglas del juego pero solo una se le pasara por alto. Nunca sabes si terminaras enredada entre el amor, el juego, la lujuria y el deseo, nunca sabes cuando llegara el dolor y la decepción a tu vida. Como dice un dicho: El que huye de ese mal, de ese mal muere.
57
Románticas
ATRACCIÓN ITALIANA
ATRACCIÓN ITALIANA
Amaba el romance, pero no creía en príncipes azules ni en finales felices. Más bien me atraía los príncipes negros, aquellos misteriosos hombres, que lo único que hacen en ti, es activar una atracción difícil de quitar, que te hacen descubrir ese lado oculto que todos tenemos, esos que tienen el cartel de prohibido y peligro con luces de neón alrededor suyo. Exacto, los chicos malos. Y Alessandro Rizzo lo era. La primera vez que lo vi, su belleza me deslumbro. La segunda vez que coincidimos, decidí hablarle. Lo que no contaba, era con la ignorada olímpica que me dio, fuera de ponerme triste, me puso ansiosa y deseosa por conseguir su atención. La tercera vez, lo tenía apuntándome con un arma en la cien. La cuarta, lo estaba salvando de la muerte. Sabía que no estábamos hechos para estar juntos, su mundo y el mío eran muy distintos...o eso pensaba yo. Pero la atracción que había, era mucho más fuerte que la razón. Sabía de antemano que solo yo perdería en esto, pero no lo pensé dos veces, y me tire al abismo sin tener la certeza de que sería atrapada al caer. Solo podía pensar. ¿Estará él, al final del abismo?
68
Románticas